Barcelona reduce un 60% la población de palomas en las zonas con pienso anticonceptivo

El Ayuntamiento trabaja en una campaña para evitar que los ciudadanos les den comida

Gerard Mira
2 min
Coloms comiendo pienso anticonceptivo en la plaza Cataluña de Barcelona.

BarcelonaBarcelona ha conseguido reducir un 60% la población de palomas en las zonas donde se ha administrado pienso anticonceptivo a través de diferentes dispensadores. El Ayuntamiento puso en marcha en 2017 una iniciativa para frenar la natalidad de las colonias de palomas con maíz recubierto de nicarbazina, un fármaco veterinario que impide la formación de huevos viables y produce una infertilidad reversible en las hembras si se deja de suministrar. Hoy en día, el balance es "muy positivo", según la directora de Bienestar Animal del consistorio, Carme Mati: "Los datos nos dicen que este sistema realmente funciona y que nos permite controlar las colonias superpobladas".

Barcelona cuenta con 44 dispensadores en funcionamiento que engloban 36 colonias de palomas repartidas por el territorio, pero estos puntos se mueven si se detectan necesidades en otra zona. "Se pueden modificar los puntos de tratamiento según nos convenga", afirma Mati. En 2017 se contabilizaron 3.801 palomas que empezaban el tratamiento. Ahora, cinco años después, la población de las colonias de palomas que comen del pienso de los dispensadores es de 1.523, es decir, se ha reducido en 2.278 ejemplares la población de estas colonias de pájaros. Durante el 2021, los resultados muestran una reducción del 27% (562 palomas) respecto a la población contabilizada antes de iniciar el tratamiento. Se tiene que tener en cuenta, sin embargo, que este tratamiento se enfoca solo a unas colonias determinadas y no a la totalidad de estas aves de la ciudad, que según los últimos censos es de 103.226 ejemplares.

El pienso anticonceptivo no es la única medida que ha implementado el Ayuntamiento para controlar la población de estos pájaros. Mati explica que la estrategia está articulada por "dos patas imprescindibles más": el control de los espacios de nidificación y reposo y el control de la cantidad de alimentación que reciben por parte de la ciudadanía.

El problema de la alimentación

La directora de Bienestar sentencia que buena parte del trabajo que se tiene que hacer para reducir la superpoblación de estas aves pasa por cambiar drásticamente el volumen de alimento que les facilita la población. "Tener tanto alimento disponible hace que crezcan desmesuradamente las poblaciones y que aumenten las concentraciones", añade. Mate alerta que las grandes congregaciones pueden desembocar en graves problemas de salubridad, y por eso desde el Ayuntamiento han creado una campaña de concienciación ciudadana.

La campaña pretende disuadir a los grandes alimentadores, que son todos aquellos que pueden llegar a proporcionar más de cinco kilos de comida diaria, y los alimentadores regulares, que dan entre uno y cinco kilos al día. "Hay que hacerles entender que las palomas no nos necesitan, que ya tienen su manera natural de alimentarse", comenta. Para luchar contra esta problemática, sobre la cual se han recibido más quejas ciudadanas a partir del confinamiento del 2020, el Ayuntamiento trabaja con informadores municipales, agentes cívicos, educadores sociales y agentes de policía para identificar a los alimentadores e interaccionar con ellos para disuadirlos.

Desde el Institut Municipal de Mercats de Barcelona (IMMB) también están haciendo un seguimiento de la presencia de palomas en todos los mercados para evitar problemas de salubridad pública y de molestias a los concesionarios y los usuarios de los mercados. Durante el 2021 se tomaron medidas en el Mercat de Sants y en el de la Barceloneta, entre otros, y este 2022 ya se está trabajando, o está previsto hacerlo, en el Mercat de la Boqueria y en el de Santa Caterina.

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