Barcelona

Las luces de paseo de Gràcia, la selfie más peligrosa: "No he matado a alguien de milagro"

La Guardia Urbana aumenta el patrullaje e implementa las primeras restricciones después de un puente caótico

4 min
Dos personas fotografiándose con las luces de Passeig de Gràcia detrás.

BarcelonaEl semáforo se pone verde; comienza la cuenta atrás. Una familia completa, con su marido, su mujer, su hija y su abuela, ya tienen el móvil preparado. "Tenemos poco tiempo". Salen corriendo, se paran en medio del paseo de Gràcia de Barcelona, ​​y se hacen una selfie los cinco con las luces de fondo. El semáforo de peatones empieza a parpadear y terminan el recorrido también corrientes. Cuando la aventura parece que ha terminado, la madre dice que quiere una foto ella sola cuando se vuelva a poner verde. Santo volvemos.

Al fondo de la foto de la familia sale un bus de la línea 19 parado en el lateral de paseo de Gràcia, a punto de llegar a la Gran Via. Se cierran las puertas y el conductor arranca. "Estos días no he matado a alguien de milagro –comenta–. Ahora vigilo constantemente. Entre los coches, los taxis, los patinetes, las bicis... ahora solo me falta que haya personas", dice resignado. Gira a la derecha por la Gran Via. El semáforo está verde para los coches, pero dos personas atraviesan como si tal cosa. Cuenta que estos días es un no parar. "Y yo no paro de tocar el claxon", dice. Sobre todo, lo hace para advertir a gente que se está haciendo fotos. "Tengo que subir paseo de Gràcia por el carril bus, pero ahora lo hago invadiendo un poco el carril de los coches". En ese momento frena de golpe porque una moto se ha incorporado a última hora en el carril bus. "Ahora ya no sólo son las motos, hay mucha gente que se pone en mi carril haciéndose fotos. O se pone en la acera y se asoma para quedar bien", va diciendo.

Es lo que hacen tres chicas alemanas de 25 años a la altura de la calle Consell de Cent. Una de ellas estudia aquí y han venido a verla dos amigas. No se acaban de agradar sólo asomándose y se ponen en el carril bus. "Ya vigilamos, si no viene nadie", dicen. Pero ¿por qué es tan importante esa foto? La respuesta la tiene un chico unos metros más abajo: "Todo el mundo se hace la foto; pues tendremos que hacerla, ¿no?" Al cabo de unos minutos, está colgada en su Instagram. Él también se pone en medio del carril bus, pero un agente de la Guardia Urbana le llama la atención.

Un hombre haciéndose una foto en un paso de peatones de paseo de Gràcia.

La policía ha aumentado la presencia uniformada en esta zona después de un puente de la Purísima caótico. Decenas de personas hicieron de forma masiva lo que hoy todavía hacían algunos (muchos menos) visitantes. De hecho, la Guardia Urbana puso cintas en los árboles para que sólo atravesaran la carretera por los pasos de peatones. Este lunes no ha sido necesario ponerlas. Desde la policía recuerdan que es necesario respetar la señalización. Por su parte, la asociación vecinal contra la contaminación Eixample Respira ha propuesto al Ayuntamiento crear grandes zonas peatonales, donde se restrinja la circulación de vehículos, en las áreas donde hay más afluencia de gente durante las noches, jefes de semana y festivos.

Hasta ahora, no se ha registrado ningún atropello. Un motorista recuerda que hace dos semanas estuvo a punto de atropellar a una chica que se estaba haciendo una selfie en paseo de Gràcia con Gran Via. "Fue de tres palmos". Él conducía por la Gran Via y giró en dirección a paseo de Gràcia, cogiendo una rotonda con poca visibilidad en la salida. Allí hay un semáforo que no se pone verde hasta que el peatonal está rojo, pero se encontró a la chica. Estaba justo en el centro. "Si paso un metro más hacia la derecha...", dice, y añade que ahora siempre pasa mucho más lento por esa zona. Más aún después de que al cabo de unos días viera como otro motorista tuvo que esquivar a un hombre que hacía lo mismo.

La Guardia Urbana ha aumentado su presencia uniformada en la zona.

La zona más crítica es de la Gran Via hasta Consell de Cent. La hora punta, según fuentes policiales, es desde las 18.30 h (cuando se encienden las luces) hasta las 20 h. "En estas horas nunca paso", comenta un taxista. "¿Seguro que quieres bajar ahora por paseo de Gràcia?", pregunta otro taxista. Pone primera y comienza a bajar. "Tienes que pensar que a veces estamos parados mientras el semáforo se pone verde, se pone rojo y vuelve a verde", comenta. Ahora, al igual que el bus, circula por los carriles centrales por si acaso. "Es que ellos saben que no los vamos a atropellar, ponen cara. Mira este", dice en referencia a un chico que está en medio del carril bus haciéndose una foto.

"Nosotros vamos con mucho cuidado", dicen la Conxita, Montserrat, Asunción y Dolores. Todas pasan de los 70 años. Corriente, se han parado en medio del carril y han tomado una fotografía rápida. "Las luces son majestuosas", comenta Conxita. Ellas, todas de Barcelona, ​​ahora viven en otros pueblos y han venido a hacer lo que hacían de pequeñas: chocolate con nata en la calle Petritxol y ver las luces. Ahora, también los fotografían. Una moda arriesgada transversal. De los más jóvenes a los mayores. Y de los turistas, a los barceloneses de toda la vida.

stats