Collboni sube las tasas a turismo y terrazas para pactar los presupuestos
El alcalde propone subir al máximo el impuesto a los pisos turísticos ya los cruceros de corta estancia
BarcelonaEl gobierno municipal de Jaume Collboni ha enseñado este martes las cartas con las que afronta su primer gran debate al frente del Ayuntamiento: los presupuestos de 2024. Lo ha hecho con la presentación de unas cuentas que por quinto año consecutivo crecen hasta situarse en una cifra récord de 3.735 millones de euros y que tienen en sus ordenanzas fiscales algunas de las principales novedades: la subida al máximo –hasta los 4 euros– de la tasa turística en las viviendas turísticas y en los cruceros de corta estancia que pasan menos de 12 horas en la ciudad, y el fin de la bonificación del 75% de la tasa de terrazas, que quiere sustituirse por un modelo progresivo que penalice más a quien más espacio público ocupe.
En rueda de prensa, el cuarto teniente de alcalde, Jordi Valls, ha explicado que con estos cambios el Ayuntamiento prevé recaudar alrededor de 95 millones de euros provenientes del conjunto de la fiscalidad asociada a la actividad turística, por lo que las tasas asociadas al turismo "pasan a ser la tercera figura fiscal del Ayuntamiento" en cuanto a recaudación, por detrás del IBI y la plusvalía. "En otras ciudades ya es la segunda", ha explicado Valls, que, sin embargo, ha subrayado que este incremento "no tiene nada que ver con ir contra el turismo", sino que busca que los visitantes de Barcelona contribuyan a costear los servicios para a los ciudadanos.
La otra gran novedad en cuanto a las ordenanzas fiscales es el fin de la bonificación del 75% de la tasa de terrazas que ha estado vigente desde 2020 y que los propios socialistas obligaron a prorrogar un año más para aprobar las cuentas de Colau en el 2023. Este martes, en cambio, Valls ha presentado un nuevo modelo progresivo que apuesta por que pague más quien más espacio público ocupe. En concreto, la propuesta del gobierno municipal –y que ahora deberá pactarse con los grupos– es que los bares y restaurantes paguen cerca del 67% de la tasa –que cambia en función de la zona de la ciudad– por las primeras cuatro mesas, y que este porcentaje vaya creciendo hasta el 100% a partir de la duodécima mesa en el exterior.
El impacto de la medida, según cálculos del Ayuntamiento, hace que en lugar de los 2 millones de euros que recibirían si se mantuviera la bonificación del 75% de la tasa de terrazas reciban 5,8, una cifra, sin embargo, inferior a los 8,2 millones de euros que obtendría el Ayuntamiento de la aplicación estricta de la ordenanza de terrazas vigente. Valls explicó que tuvo conversaciones con el gremio de restauradores sobre la propuesta, pero reconoció que "en ningún caso" se puede hablar de acuerdo. De hecho, el Gremio de Restauradores ha emitido un comunicado minutos después de la rueda de prensa asegurando estar "dispuestos a llegar a un pacto" pese a recordar que en campaña Collboni se comprometió a mantener la bonificación del 75%.
Una inversión de 777,6 millones de euros
Más allá de las ordenanzas fiscales, en cuanto a las grandes cifras del presupuesto de Barcelona para 2024, el consistorio prevé disponer de 3.735 millones de euros, lo que supone un incremento del 3,9% respecto a los del 2023. De éstos , 777,6 millones de euros se destinarán a inversiones pese a la reducción de fondos procedentes de los Next Generation, que en este ejercicio sólo aportarán 50 millones al Ayuntamiento. De estos recursos para inversiones –a los que cabe sumar los 64,7 millones del Instituto Municipal de la Vivienda y los 62,7 millones de BSM para alcanzar un total de 905 millones de inversión–, Valls ha explicado que la gran mayoría –152,7 millones– se destinarán a vivienda, mientras que 30 irán al Pla de Barris, 13,6 millones a la climatización de escuelas, 8 millones a la Rambla y 5 a la ronda de Dalt. Por otro lado, 384,2 millones servirán para continuar sufragando inversiones en marcha como la reforma de la ronda San Antonio o la Via Laietana. Valls ha defendido que la propuesta de presupuestos -los primeros que presenta el gobierno de Jaume Collboni y que prevén que el ahorro bruto se sitúe sobre el 17% y que el endeudamiento no supere el 35%- es "sólida, responsable y ambiciosa ".
La hora de las negociaciones
Una vez presentadas las cuentas, y a pesar de que las conversaciones con los grupos llevan semanas produciéndose, comienza la negociación real, con una primera fecha marcada en rojo en el calendario: la comisión de Economía del próximo 18 de octubre que debe permitir que, como mínimo, las ordenanzas fiscales salgan adelante. Collboni ha verbalizado reiteradamente que su objetivo de mandato es gobernar con los comunes y Esquerra, y el hecho de que buena parte del incremento de los ingresos previsto recaiga en el turismo y las terrazas puede ayudar al entendimiento con los de Ada Colau , si bien las cuentas no contemplan, por ejemplo, el incremento del IBI que planteaban este lunes los comunes ni la extensión del eje verde de Consell de Cent hasta la Meridiana.
Valls se ha mostrado confiado en que los grupos permitirán, como mínimo, la tramitación de los presupuestos el próximo 18 de octubre y que, a partir de ahí, se podrá abrir un "diálogo claro" que ha admitido que no sabe si será "corto o largo" pero del que, confió, salga un pacto. "No preveo prorrogar presupuestos", ha concluido.