La negociación para reformar la reserva del 30% llega a la hora de la verdad
Collboni afronta una semana clave para cerrar un acuerdo con Junts si quiere cumplir uno de sus compromisos del mandato
BarcelonaEste jueves se cumplió un mes desde que Jaume Collboni se puso a sí mismo uno ultimátum con la reforma de la reserva del 30%. Desde las jornadas del Círculo de Economía, el alcalde de Barcelona instó a Junts y ERC a cerrar ya un acuerdo para modificar la norma. Entonces llegó a decir que le gustaría aprobar la reforma en la comisión de Urbanismo de ese mismo mes, un anhelo que no pudo cumplir. Ahora, sin embargo, las negociaciones encaran la recta final: las conversaciones con Junts se han multiplicado y el desenlace se vislumbra inminente. Si el gobierno municipal quiere llevar la modificación del 30% a la próxima comisión de Urbanismo, debería aprobarla en la comisión de gobierno de este jueves.
Se abre así la cuenta atrás para saber si Collboni puede cerrar o no un pacto que es una de sus grandes promesas del mandato. Pese a que en público ha interpelado siempre tanto a Junts como a ERC, las negociaciones del gobierno municipal se han centrado por ahora en los junteros, con encuentros también entre el alcalde y el líder de Junts en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis. El acuerdo, apuntan fuentes de ambos lados, no está cerrado, pero sí se han acercado posiciones. Hasta el punto de que esta semana, en una entrevista en Café de ideas de La 2 I Radio 4, Collboni abría la puerta a hablar de la rebaja del 4% en el IBI que demandan desde Junts para aprobar la reforma del 30%.
La fiscalidad es uno de los flecos que quedan sobre la mesa de negociación, en la que, por parte del gobierno, participan además del alcalde también la primera teniente de Urbanismo, Laia Bonet, y el cuarto teniente de Economía y Vivienda, Jordi Valls. En la misma entrevista, Collboni apuntaba a uno de los requisitos que pone el Ejecutivo municipal para rebajar el IBI: subir la fiscalidad al turismo. El objetivo es que la recaudación del consistorio no se reduzca a pesar de todo. "Lo que no voy a hacer es debilitar los ingresos públicos", subrayó Collboni. Esta compensación podría llegar a través del incremento de la tasa y el recargo turístico que el Ayuntamiento quiere impulsar una vez se apruebe el decreto del nuevo impuesto en el Parlament.
Además del IBI, el paquete de medidas sobre vivienda que Junts ató a la negociación del 30% incluía otros aspectos como que el Ayuntamiento reclame a la Sareb la cesión de los 823 activos inmobiliarios que tiene en la ciudad, crear ayudas nuevas, como una línea de préstamos municipales de 3.500 euros por familia con menores a cargo para que puedan cubrir gastos de entrada en un piso de alquiler. Además, pedía revisar los criterios en el tanteo y retracto para aplicar criterios de "vulnerabilidad real".
En las conversaciones entre PSC y Junts han jugado un papel también Fomento y el sector inmobiliario, que llevan tiempo empujando para reformar una normativa a la que responsabilizan de haber detenido la construcción de vivienda en el centro de Barcelona. La propuesta del gobierno municipal que está sobre la mesa prevé, entre otros aspectos, permitir que el 30% de la vivienda social no deba hacerse como hasta ahora en el mismo edificio, sino que se pueda hacer en una finca cercana dentro del mismo barrio o en un barrio cercano.
ERC enfría su apoyo
Si finalmente el gobierno municipal llega a un acuerdo con el grupo de Junts en Barcelona para reformar el 30%, todavía quedará un escollo: el visto bueno de la dirección nacional de los junteros, que está al caso en todo momento de cómo avanzan las conversaciones en la capital catalana. Pero en la dirección también hay voces contrarias a dar oxígeno a un Collboni al que no perdonan que arrebatara la alcaldía a Xavier Trias en el último minuto con los votos de los comunes y del PP.
Aunque con los votos de Junts tendría suficiente para sacar adelante la medida, Collboni ha insistido en público en meter a ERC dentro del saco de los partidos con los que quiere sacar adelante la reforma del 30%. Sin embargo, los republicanos han enfriado en las últimas horas la posibilidad de suscribir un pacto en el que también esté Junts. Lo hacía este mismo jueves la líder del grupo, Elisenda Alamany, en una publicación en X en la que avisaba al alcalde de que las políticas de vivienda de ERC y Junts se asemejan "como un huevo a una castaña".
Los comunes, por su parte, son contrarios a cualquier tipo de cambio en la normativa, ya que consideran que si no está dando los resultados esperados se debe a que los promotores han frenado la construcción a la espera de que el gobierno de Collboni modifique la norma.