Vecinos de Vallcarca se autoconstruyen una parada de bus ante la negativa del Ayuntamiento de Barcelona

BarcelonaLos vecinos de Vallcarca llevaban años topando con un muro cuando reclamaban al Ayuntamiento una marquesina para la parada del bus 87 en la calle de la Farigola. Cansados ​​de recibir siempre la negativa como respuesta, este jueves se organizaron para construir una con sus propias manos, donde, por fin, poder esperar al autobús sentados y protegidos de la lluvia. En un santiamén, un grupo de vecinos montaron en un solar junto a la parada –hasta ahora un palo con un cartel– una estructura de madera con un banco y un techo. Una marquesina como las que hay en la gran mayoría de paradas de autobús, pero sin el techo amarillo ni un cristal trasero. La única parada autoconstruida de la ciudad.

"En Vallcarca no se piden permisos para hacer las cosas", presume Aran Llivina, miembro de la plataforma vecinal Som Barri, en conversación con el ARA. Denuncia que el Ayuntamiento hace años que "se ha despreocupado" del barrio, y subraya que esto ha hecho aflorar una fuerte cultura de autogestión que va más allá de la marquesina del 87. Sin embargo, admite que en la operación de este jueves late en parte el efecto de la película sobre el autobús 47 que estos días está en cartelera en los cines. "Recoge el espíritu de buscar soluciones, de no delegar en las administraciones", apunta. "Parece que al PSC les gusta mucho la película sobre el 47, pero que no la han entendido", lamentaban el jueves desde la cuenta de X de Som Barri.

No es la primera vez que los vecinos de esta zona de Vallcarca actúan por cuenta propia para resolver la problemática de la parada del 87, que gestiona la empresa Monbus. Hace meses ya construyeron un banco de madera que instalaron en la acera para que los vecinos que lo necesitaran pudieran sentarse mientras esperaban el autobús. Sin embargo, entonces la Guardia Urbana lo retiró porque ocupaba espacio público.

Este jueves agentes de la policía local de la capital catalana también se acercaron al barrio al saber de la construcción de la nueva marquesina. Sin embargo, esta vez no pudieron retirar la instalación porque los vecinos la han construido junto a la acera, pero dentro de un solar de titularidad privada que lleva años vacío y que los vecinos ya hace tiempo que se han hecho suyo eliminando las vallas y plantando viñas.

Los motivos del Ayuntamiento

Fuentes municipales explican que si hasta ahora no se ha instalado una marquesina en este punto del barrio se debe a que no se cumplirían los requisitos sobre accesibilidad al espacio público. La normativa establece que entre la marquesina y la línea de la fachada debe haber al menos 1,8 metros, además de un espacio entre el bordillo y la marquesina de entre 80 y 90 centímetros más. En el caso de la calle Farigola, la acera tiene una anchura total de 1,8 metros, mientras que la anchura de las marquesinas oficiales que se usan en Barcelona es de 1,5 metros. Ahora, dado que la marquesina hecha por los vecinos no está en la acera sino en un solar privado, no hay afectación sobre el espacio público y el Ayuntamiento no puede decir nada.