El catalán que (no) hablan los jóvenes

Los estudios alertan de que el catalán pierde fuerza entre los jóvenes. El ARA reúne a chicos y chicas de entre 12 y 18 años para que expliquen cuánto y con quién hablan en catalán, qué referentes audiovisuales tienen (y a cuáles echan en falta) y qué propuestas hacen de cara al futuro. En esta conversación en muchas voces se hacen patentes todas las realidades –sociales y lingüísticas– de un país diverso

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Ilustración dossier Mari Fouz

BarcelonaLa chica de pueblo que habla siempre en catalán, el adolescente del área metropolitana que apenas lo utiliza para dirigirse a algún profesor del instituto o el joven que mezcla el catalán y el castellano sin darse cuenta. En una pantalla de ordenador caben muchas Catalunyas. Por ejemplo, la de Melissa, que desde su habitación en L'Hospitalet de Llobregat explica que “siempre” habla en castellano, tanto con los amigos como con sus padres, nacidos en Ecuador y que “no entienden mucho el catalán”. O la de Clara, de Roda de Berà, que habla en catalán con la familia y en castellano con las amigas. Y la de Júlia, que tiene 14 años y vive en Guixers, un pequeño pueblo entre Berga y Solsona, y que prácticamente solo habla en castellano las tres horas de clase en el instituto. Son solo algunos ejemplos de los testimonios de adolescentes que ha reunido el ARA, con la colaboración de Fundesplai, para debatir sobre sus usos lingüísticos. 

La conversación, que se hizo íntegramente en catalán y con representantes de diferentes zonas y realidades del país, deja algunas pistas clave: la mayoría –no todos– asocian el catalán a una lengua académica y formal, muchos la hablan en el aula pero no en el patio, y casi todos echan en falta referentes –ellos hablan de influencers– que se comuniquen en catalán de manera natural. 

¿Qué lengua te identifica?

La mayoría mezclan el catalán y el castellano en función del contexto

La Enquesta d'Usos Lingüístics de 2018 –el estudio se hace cada cinco años– revelaba un dato alarmante: el uso habitual del catalán se ha estancado desde el 2008. Después de la fuerte bajada de 10 puntos –del 46% del 2003 al 35,6% del 2008–, fruto de la oleada migratoria de finales de los noventa y principios del 2000, no se ha conseguido recuperar el porcentaje de gente que usa habitualmente el catalán, que ahora es de un 36,1%. En la conversación con los jóvenes, hay pocos que lo utilicen en todas las esferas de su vida. Uno de los pocos casos es Júlia: “En mi entorno todo el mundo habla en catalán, y si no fuera por lo que nos explica mi profesora de catalán, pensaría que el catalán es la lengua más hablada en Catalunya. A pesar de que yo no lo vea, soy consciente de que está en riesgo, en crisis”, afirma.

Àgueda, que también vive en un pueblo, pero en este caso del Alt Empordà, es un caso parecido: “Cuando fui al instituto me chocó mucho que los compañeros hablaran entre ellos en castellano, porque yo toda la vida había hablado en catalán. Primero me esforzaba y les hablaba en castellano, pero creo que no tengo que minorizar mi lengua y al final me he acostumbrado a responderles en catalán”, dice. 

Las cifras
  • 19,6% Solo dos de cada diez jóvenes barceloneses de entre 15 y 29 años tiene el catalán como lengua habitual
  • 42% El estudio de la Generalitat revela que prácticamente la mitad de la población utilitza igual el catalán y el castellano
  • 36,1% La Enquesta d’Usos Lingüístics de 2018 reveló que solo un tercio de la población usa habitualmente el catalán
  • 0,5% Según el CAC, Netflix ofrece 2 largometrajes y 4 series en catalán, así como 2 documentales subtitulados y una serie doblada

De hecho, el estudio de la Generalitat detecta una tendencia creciente de los usos lingüísticos combinados: un 42% usan de manera compartida el catalán y el castellano. Es el caso de Abril, que habla castellano en casa y catalán con algunas amigas, o de Clàudia, que usa el catalán con su padre y con los profesores y el castellano con su madre. ¿Y con los amigos? Con los amigos “depende”, dice. Los chicos y chicas aseguran que cambian en función del contexto. Por ejemplo, si se han conocido en la escuela o en los campamentos es probable que hablen en catalán, pero si saben que sus familias son castellanoparlantes pasan al castellano sin darse cuenta.

El otro extremo son los adolescentes que prácticamente solo hablan en catalán dentro del aula, con los profesores. Por ejemplo, el caso de Aitor, de Polinyà, y de Noa, de Cornellà, que hablan en castellano con la familia y con todos sus amigos. “Pero a veces los profesores me contestan en castellano”, matiza Noa. 

El porcentaje de personas que tenían el catalán como lengua habitual en 1998 llegaba al 45,3%. El retroceso ha sido evidente, y sobre todo es más acusado entre los jóvenes: solo el 19,6% de los barceloneses de entre 15 y 29 años tienen el catalán como lengua de uso primero, cosa que significa una caída de más de 10 puntos en solo 5 años. 

¿Cómo hablas en las redes?

Instagram o Twitter son un reflejo de su vida privada

Evidentemente, estas diferencias lingüísticas se reflejan en las redes sociales. Selma, del Vendrell, “nunca” ha puesto ninguna frase en catalán en sus redes sociales. En cambio, Júlia nunca ha escrito nada en castellano. “Las redes sociales me definen y no pongo nada en castellano porque tampoco me siento identificada”, argumenta. También hay una tercera vía, como Lluís. Habla en catalán en su vida privada, pero tiene en cuenta a quién se dirige cuando tiene que dirigir algún mensaje en público: “En YouTube, como es más internacional, utilizo el castellano, y en cambio en las redes sociales de los amigos, como Instagram, utilizo el catalán”. 

Momento del debate con los 12 jóvenes

¿Cómo valoras la situación?

Los hay a quien “no les sabría mal” la desaparición del catalán

Precisamente el caso de Lluís sirve de cebo para que Aitor, que tiene 13 años, explique cómo ve la situación: “Es un tema de globalización. Lo mejor es que todo el mundo te entienda y hablar un idioma que poca gente sabe hablar no ayuda”, asegura. Pero si todo el mundo tuviera este punto de vista, el catalán podría acabar desapareciendo. “A mí no me parece bien que el catalán desaparezca, porque cuanta más variedad haya mejor y porque, como dicen, el saber no ocupa lugar, pero no me sabría mal que pasara”, dice contundente. 

Àgueda replica enseguida alertando de que si el catalán se deja de hablar no solo se borraría un idioma, sino “una historia y una cultura”. Y lo tiene claro: “El catalán está en peligro de extinción”. “Lo veo en los adolescentes, en la manera que tenemos de expresarnos en nuestra vida cotidiana. Siempre hay alguna expresión que no nos sale en catalán. Si toda la vida hemos hablado en catalán y llega un día que no nos sale una palabra, algo está pasando”, afirma. 

¿Y qué está pasando? Clara, también de Berà, apunta que una de las razones es que hay gente a quien le da “vergüenza” hablar catalán en público. Está de acuerdo Clàudia: “Es verdad... Creo que sí está en crisis porque mucha gente habla en castellano porque es su zona de confort”.

La mayoría de chicos detectan que “en las grandes ciudades” es donde más difícil es oír catalán. “En L'Hospitalet nadie o casi nadie habla catalán en casa”, asegura Melissa. Ella, que mayoritariamente habla en castellano, cree que saber idiomas “es importante” porque ayuda a aprender otros. “El catalán facilita que aprendamos más lenguas”, dice. 

¿Qué referentes tenéis?

Los adolescentes echan en falta oferta juvenil en catalán

Si en una cosa están de acuerdo los jóvenes durante el debate es que les faltan referentes televisivos en catalán. Son adolescentes que crecieron con los dibujos del Club Super3 y que, cuando pasaron a la adolescencia, se quedaron a la intemperie: sin oferta juvenil en catalán, buscaron entretenimiento en las series de los canales Boing, Clan o Disney Channel. Lo explica Clàudia: “Cuando era pequeña siempre miraba el Super3, pero cuando me fui haciendo mayor pasé directamente a las cadenas en castellano, porque el Super3 lo veía infantil. Y entonces vi que no había nada en catalán para los chicos de mi edad”. Lluís la secunda: “Faltaría una opción de canal juvenil en catalán. Cuando yo era pequeño estaba el 3XL, donde hacían series adolescentes que mis padres no me dejaban ver. Ahora ya no está, y creo que falta una cosa parecida”. El Govern cerró el canal juvenil en 2012 con el objetivo de ahorrarse 12,4 millones de euros, una decisión que estos jóvenes consideran un error. “Si ha triunfado tanto el Super3 para niños de 3 a 7 años, ¿por qué no puede triunfar un canal de adolescentes?”, pregunta Àgueda. Ella cree que el problema es que “nadie se atreve a dar el paso”, pero deja claro que “si no te la juegas para intentar salvar la lengua, no se conseguirá nunca”. 

A la hora de consumir contenidos audiovisuales, recurren a plataformas como Netflix o HBO, donde el catalán es directamente marginal. Según el Consell de l'Audiovisual de Catalunya, la presencia del catalán en Netflix no supera el 0,5%. “A mí me gustaría que pusieran pelis en catalán. Es un pez que se muerde la cola: no lo hacen porque no tiene público, ¡pero es que no tiene público porque no lo hacen!”, dice Selma. Aitor, en cambio, tira agua al vino: “Que se traduzcan más series está bien, pero creo que no es posible, porque las compañías no están dispuestas a correr este riesgo económico”, alerta. Según Lluís, la solución pasa por “subvencionar los canales y los negocios en catalán” y así poder “institucionalizar” algún canal televisivo joven en catalán. 

Más allá del imaginario audiovisual, los jóvenes también echan en falta referentes de su edad que les hablen en catalán. “Una manera de promocionar el catalán es a través de los influencers. Creo que si son catalanes, podrían hablar en catalán”, dice Clara, y cita los casos de la tik-toker Abril Cols o la youtuber Paula Gonu, que, a pesar de que son catalanas, se expresan siempre en castellano en las redes sociales. “Abril Cols colgó un vídeo hablando en catalán con su hermano y recibió mucho hate”, lamenta. Ninguno de los participantes en el debate cita Adolescents iCat o XL, ni tampoco Canal Malaia, una plataforma digital con contenido en catalán, especialmente para el público adolescente y joven, que tiene cerca de 6.000 subscriptores en YouTube y 12.000 en Instagram. Una de sus impulsoras, Juliana Canet, acumula más de 36.000 seguidores en las redes, con vídeos relacionando el nuevo disco del rapero Bad Bunny y el escritor catalán Josep Carner o los éxitos de la cantante Taylor Swift con los grandes clásicos de la literatura catalana.

¿Qué proponéis para el futuro?

Piden potenciar el catalán en las escuelas... también de España

El debate acaba con propuestas de cara al futuro, y la mayoría pasan por reforzar el idioma en el sistema educativo. Una de las demandas es muy básica: “Que todos los profesores hablen en catalán en el instituto”, dice Clàudia. En Catalunya, la lengua vehicular en la escuela es el catalán, pero la mayoría de alumnos admiten que hay profesores, sobre todo en la ESO, que dan clases en castellano.

Àgueda pide a los políticos que “suban el nivel de lengua, porque en 4º de ESO es muy básico”, mientras que Aitor apunta alto: “Yo daría la posibilidad a los alumnos del resto de España de hablar en catalán en el cole. Probablemente la mayoría no querrán, pero se podrían animar y quizás sería una manera de eliminar el odio y la rivalidad entre comunidades”. El resto asiente, y aseguran que a ellos también les gustaría aprender euskera o gallego en la escuela. Selma toma la palabra y pide que quede clara una cosa: “Hablar en catalán en casa no quiere decir ser indepe, igual que ser de Madrid o hablar en castellano no es ser un facha”.

Lo que no parece tan claro es cómo se imaginan la situación del catalán a largo plazo. Mientras que para Aitor es desgraciadamente “inevitable” su desaparición, Àgueda reclama “luchar” para que esto no pase nunca.

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