El certificado covid no reduce las colas en los laboratorios de Barcelona
La mayoría de los que recorren a los tests son jóvenes que no quieren arriesgarse a contagiar a la familia o necesitan un test negativo para viajar
BarcelonaEl certificado covid, que ha entrado en vigor este jueves dentro de la Unión Europea, no ha aligerado el trabajo en los laboratorios de Barcelona. A las puertas del laboratorio Echevarne, en la calle Provença, se han acumulado casi dos horas de cola este mediodía. La mayoría son jóvenes que necesitan los resultados negativos de un test de antígenos para poder viajar o bien que quieren proteger a sus familiares ante el incremento de contagios de covid que afecta, sobre todo, a los jóvenes. Es el caso de Alberto, originario de Castilla-La Mancha y que este fin de semana irá a visitar a sus padres. "Lo haces para estar más tranquilo", explica. Él no tendrá que presentar ningún test ni llenar ningún formulario para entrar en la comunidad. "Tengo familiares que todavía no tienen la pauta completa de vacunación y prefiero viajar seguro", añade Alberto.
Unos metros más allá, Viola, estudiante alemana de 29 años, espera sentada en una acera el resultado de una PCR. Mañana es un día importante: presenta el trabajo de final de máster y quiere asegurarse de que no hay ningún riesgo de transmisión. "Me hice un test de antígenos hace unos días y fue negativo, pero dicen que estas pruebas a veces dan errores". Viola dice que hasta ahora casi nadie de su entorno se había contagiado de covid, pero que en los últimos días han aflorado los casos positivos. Cree que abrir la vacunación a los más jóvenes irá bien para doblar la tendencia. "I no nos tendremos que hacer tantas pruebas, que son muy caras", añade. Viajará a Alemania la semana que viene para recibir la primera dosis de la vacuna.
Sin cita previa y resultados inmediatos
Esteban es el encargado de poner orden a una cola que no para de crecer y ya ocupa buena parte de la calle. "¡Hola! Para prueba covid, ¿verdad?", pregunta de manera mecánica a los que se acumulan a la puerta del laboratorio. Les entrega un ticket con el número de turno y el tipo de test que han pedido. "Es una manera de organizarlos porque ahora mismo solo atendemos sin cita previa y tenemos que saber si se quieren hacer una PCR, un test de antígenos o alguna otra prueba que no sea covid", explica sin pararse. Muchos clientes aseguran que han ido porque o bien sus empresas tienen convenio con el laboratorio, o porque es el primero que han encontrado que les ofrecía un resultado casi inmediato justo antes de marcharse de viaje.
Alba necesita una prueba negativa para poder viajar a Mallorca este fin de semana. Tiene 36 años y ya ha recibido la primera dosis de la vacuna, pero como no han pasado 15 días, se tiene que hacer o bien un test de antígenos o una prueba PCR. Confiesa que cuando compró los vuelos para ir a Mallorca no sabía que se tenía que hacer ninguna prueba y que si lo hubiera sabido habría escogido otro destino. "Me habría evitado toda esta parafernalia... pero ya tenía los vuelos comprados cuando me enteré". Se hace una prueba de antígenos y tiene el resultado al cabo de pocos minutos. Si fuera una PCR habría tardado 24 horas.
Otra Alba –esta de 17 años– también cogerá el viernes un vuelo a las Baleares, pero hacia Menorca. Y hace cola con su madre para conseguir una prueba. "Si sale positivo me quedaré aquí...", asume. Acabó la selectividad hace unas semanas y quiere viajar a la isla con unos amigos del instituto "para descansar y desconectar". Hace unos días, sin embargo, una compañera del centro de verano donde trabaja dio positivo y a pesar de que no es ningún contacto estrecho se tiene que hacer una prueba PCR para asegurarse de que no es positiva. "Es el protocolo de la escuela porque se considera que los niños son vectores, pero ellos se acostumbran a comportar mejor que los adultos", señala. Sobre el aumento de los contagios entre los jóvenes, asegura que muchos de los contagios se deben a "querer divertirse y olvidarse de las responsabilidades", pero reivindica que la respuesta masiva a la campaña de vacunación demuestra que la mayoría de los jóvenes quieren dejar atrás el virus.