El covid se ensaña con la población migrante de Europa

Europa urge a los estados a proteger a las comunidades con más riesgo de contagio y más reticencias a vacunarse

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Migrantes al distrito londinense de  Hounslow , Inglaterra

BarcelonaEl covid se ha ensañado con la población migrante y las minorías étnicas de Europa: en algunos países, estos colectivos están "desproporcionadamente" representados en los registros de infecciones, hospitalizaciones e, incluso, defunciones debido al virus, según denuncia el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, en inglés). El ente constata en un análisis publicado este jueves que, a pesar de las evidentes diferencias en la migración de los estados miembros, los inmigrantes, las personas en una situación administrativa irregular, los refugiados y los solicitantes de asilo humanitario tienen más riesgo de contagiarse y enfermar gravemente que la población nacida u originaria de los países europeos. Evidentemente, no todos los inmigrantes han sufrido la crisis del mismo modo: su situación depende del trato y la consideración que les proporciona cada país de acogida.

El organismo plantea varios factores de riesgo social, económico y de salud que han originado estas desigualdades y, si bien insiste que no hay datos homogéneos para la Unión Europea, destaca tres. El análisis asume que estos colectivos suelen tener trabajos esenciales o de primera línea (hostelería, transporte y servicios), que muchos viven en barrios desfavorecidos y en alojamientos masificados –algunos en centros de detención o de internamiento para extranjeros (CIE)– y que tienen menos acceso a los sistemas sanitarios y a los mensajes de salud pública, a menudo por barreras lingüísticas. Todo ello, subraya el ECDC, los hace más reticentes a vacunarse o a pedir asistencia médica en caso de tener síntomas de la infección, lo cual agrava su estado de salud y aplaza los tratamientos.

De los 453 millones de habitantes de Europa, un 12% son personas migrantes. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en 2018 había más de 3 millones de personas refugiadas con solicitudes de asilo pendientes de resolver y la Unión Europea calcula que vivían cerca de 4 millones de personas sin documentación. El análisis del ECDC, que ha usado estadísticas de los diferentes países de la Unión Europea y el Reino Unido y bases de datos globales como la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), asegura que los diferentes grupos de migrantes han estado más expuestos al virus, sobre todo durante la primera oleada, que fue la más cruda. “Las personas migrantes y las minorías étnicas han sufrido más desigualdades en salud debido a la pandemia. Varios estudios demuestran que las personas negras, asiáticas, latinoamericanas y de comunidades indígenas tienen más riesgo de contagiarse y enfermar gravemente", señala el análisis del organismo europeo.

Diferencias entre países

Por ejemplo, durante la primera oleada, el 42% de las infecciones detectadas en Noruega correspondían a personas migrantes, así como el 26% de los casos en Dinamarca. En España, en el municipio madrileño de Alcorcón, la incidencia bruta entre inmigrantes fue superior a la de la población estatal, con 8,8 y 6,5 casos por cada 100.000 habitantes, respectivamente. Las cifras, sin embargo, están infraestimadas, puntualiza la ECDC. Y en Barcelona, el análisis constata que hay una elevada proporción de positivos entre los vecinos de barrios más desfavorecidos y, sobre todo, entre las personas inmigrantes que provienen noroeste del África, como Marruecos o el Sáhara Occidental, y de América Latina.

Los datos sobre hospitalizaciones por covid con pacientes migrantes son más limitadas, pero la ECDC sí que ha observado que en Italia y en España las probabilidades de acabar hospitalizado debido al covid crecían en el caso de los migrantes, especialmente por la desconfianza y los problemas de acceso al sistema sanitario. Un estudio demostró que durante la primera oleada en Italia el 7,5% de todos los contagios detectados eran personas extranjeras diagnosticadas de manera tardía y muchas acababan entrando en una unidad de cuidados intensivos (UCI) con un mal pronóstico. Otro estudio, en este caso con 2.345 pacientes hospitalizados en Madrid, resolvió que el 16,6% de los enfermos no eran europeos –eran mayoritariamente latinoamericanos– y que estos ingresaban más a menudo en la UCI. En concreto, un 18% de los migrantes entraban en el área de críticos respecto al 9,6% de los españoles.

En lugares como los Países Bajos y Francia –también el Reino Unido– las tasas de defunción han sido bastante más elevadas en este grupo poblacional que entre sus nacionales. En los Países Bajos, por ejemplo, entre el 9 de marzo y el 19 de abril de 2020 la sobremortalidad para los inmigrantes de países extracomunitarios fue un 47% superior a la esperada, y en Francia las personas nacidas en el extranjero representaron el 15% de las defunciones registradas entre marzo y abril del año pasado, frente al 13% del mismo periodo de 2019. En concreto, en Francia aumentaron un 54% las muertes entre los inmigrantes del norte de África (Argelia, Marruecos, Túnez), un 114% en el caso de las personas de África subsahariana y un 91% en cuanto a Asia.

El informe pide a los gobiernos europeos que diseñen programas específicos para acabar con los problemas de desconfianza hacia la vacuna por parte de estos grupos sociales y les recomienda crear mensajes de salud pública específicos elaborados conjuntamente con las comunidades afectadas, con información y mensajes traducidos a las principales lenguas de los inmigrantes.

Los factores de la desigualdad
  • Trabajo y condiciones socioeconómicas Muchos migrantes trabajan en trabajos precarios con más exposición al virus y, durante la pandemia, han perdido sus fuentes de ingresos. En muchos países europeos, además, tienen más probabilidades de vivir en alojamientos compartidos o masificados que los no migrantes. En todos los países de la OCDE, los inmigrantes tienen el doble de probabilidades de vivir en viviendas superpobladas que los nativos (el 17% ante el 8%), también porque son más propensos a vivir en casas multigeneracionales, con implicaciones para la transmisión entre los miembros más jóvenes del hogar a los más vulnerables. Un ejemplo en España: el 59% de los pacientes ingresados a un hotel medicalizado de Madrid entre marzo y mayo de 2020 eran migrantes y su principal motivo de derivación era la carencia de viviendas para hacer aislamientos.
  • Acceso al sistema sanitario Muchos migrantes que viven en Europa manifiestan preocupación por que el tratamiento del covid pueda ser de pago o desconfían de los sistemas de salud, por miedo a que les identifiquen si son indocumentados, lamenta el ECDC. El ente se hace eco de un estudio de la OMS que constató que no todos los migrantes pedirían atención médica en caso de sospecha de infección por miedo a la deportación, la carencia de disponibilidad de los proveedores de atención médica o el derecho a la asistencia sanitaria. Las barreras pueden ser de ámbito organizativo, como la necesidad de interpretación, mediadores culturales y desafíos geográficos y de transporte, y de ámbito individual que incluyen un estado socioeconómico deficiente, aislamiento social, carencia de apoyo, discriminación y estigmatización.
  • Reticencia a las vacunas El ECDC remarca que algunas subpoblaciones de migrantes de Europa tienen tasas más bajas de vacunación y actitudes más desconfiadas hacia la vacunación en comparación con la población autóctona, dejándoles desprotegidos ante el virus. Algunos creen que la vacuna es un "engaño" o califican el covid de "enfermedad occidental" y tienen miedo de ser utilizados como "conejitos de indias". La falta de información en su lengua o de intervención sociocultural hace que crean que la vacuna les alterará el ADN, que está diseñada para controlar a la población, que pueda afectar a la fertilidad o que no está permitida por su cultura, creencia o religión.
  • Espacios masificados y sin capacidad de aislarse Hay un número nada despreciable de personas migrantes que están alojadas en centros de detención o que viven en refugios para personas sin hogar en Europa, dos entornos de alto riesgo para la transmisión del covid. Son espacios masificados, con instalaciones de higiene deficientes y una capacidad limitada para aislarse. Hay un ejemplo muy claro, según el ECDC: en el centro de recepción de migrantes de Ellwangen, en Alemania, se informó que los casos de covid pasaron de 7 a 259 en una semana, a pesar de que la instalación se había puesto en cuarentena. En poco más de un mes, el 68% de los 600 solicitantes de asilo del centro estaban infectados.
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