Dolor de cabeza, mocos y estornudos: así han cambiado los síntomas del covid con la vacuna

Un estudio hecho con las aportaciones de cuatro millones de voluntarios identifica la evolución de la sintomatología del coronavirus

G.G.G.
3 min
Un joven haciéndose una prueba diagnóstica de covid  en un cribaje  en Sant Cugat del Vallès.

BarcelonaLa vacuna no evita el contagio de covid-19, pero reduce el riesgo de sufrir complicaciones graves. Y también minimiza la gravedad de los síntomas durante la enfermedad leve, según un estudio hecho con la participación de más de cuatro millones de personas de todo el mundo. El dolor de cabeza, la secreción nasal y los estornudos, junto con la fiebre y el dolor de garganta, son los principales síntomas que desarrollan las personas que se han vacunado completamente. Algunos síntomas "tradicionales" –los que figuran en la mayoría de webs gubernamentales– como el ahogo, la tos persistente y la fiebre son menos habituales entre los inmunizados y, en cambio, los estornudos, que hasta ahora no se habían incluido en el listado, se convierten en una de las manifestaciones de referencia para la detección del covid.

Esta información proviene de la aplicación ZOE covid symptom study, una iniciativa sin ánimo de lucro proyectada por la empresa de ciencias de la salud ZOE y la universidad King's College de Londres. Han recopilado información de los afectados por el virus desde el inicio de la pandemia, primero en el Reino Unido y después en todo el mundo. Y los resultados del estudio no solo sugieren un cambio de síntomas entre quienes ya están completamente vacunados, sino que también indican que una sola dosis cambia las reglas del juego: el dolor de cabeza y la tos persistente se mantienen como síntomas clave para identificar el contagio, pero también aparecen la secreción nasal, el dolor de garganta y los estornudos.

Antes se pensaba que estas manifestaciones de las vías altas respiratorias no estaban relacionadas con el coronavirus y que permitían diferenciar con bastante éxito estos contagios de otros cuadros gripales. Ahora esta apreciación quedaría caduca según los investigadores y, de entre las nuevas manifestaciones que empiezan a observarse más ahora, destacan los estornudos. "Si os habéis vacunado [parcialmente o totalmente] y empezáis a estornudar mucho sin ninguna explicación, os tendríais que hacer una prueba diagnóstica, sobre todo si vivís o trabajáis alrededor de personas con más riesgo de sufrir la enfermedad", plantean.

El director de este estudio, el epidemiólogo Tim Spector, explica que desde la aparición de la variante delta es habitual que el covid se confunda con "un resfriado fuerte" o estacional, sobre todo entre los más jóvenes. "Hemos examinado los principales síntomas de los usuarios de la aplicación desde principios de mayo y los de ahora no son los mismos. Por ejemplo, la fiebre sigue siendo bastante frecuente, pero la pérdida de olor ya no aparece entre los diez síntomas más habituales", dice Spector.

Menos cambios entre los no vacunados

Los únicos afectados que mantienen los síntomas incluidos en la clasificación original son los que no están vacunados. Sufren dolor de cabeza, fiebre y tos persistente, pero ya no es tan habitual que presenten pérdida de olfato (anosmia) o falta de aire, dos síntomas definitivos hasta ahora para detectar el covid. En general, la mayoría de los cambios son sutiles, pero pueden dificultar que los afectados sospechen que se han contagiado de covid y favorecer que piensen antes que sufren cualquier otro cuadro gripal. "Vemos síntomas similares en personas vacunadas y no vacunadas, pero aquellos que al menos habían recibido una dosis reportaban menos síntomas, más leves y de menos duración", explican los creadores de la aplicación. Y apuntan: "Esto sugiere que enferman de formas menos graves y mejoran más rápidamente".

Hay que destacar que la clasificación de los síntomas se basa únicamente en las informaciones que transmiten voluntariamente los mismos enfermos, pero no se tienen en cuenta ni la variante que ha causado la infección –si bien los investigadores aseguran que las mutaciones podrían tener un papel clave en este cambio– ni la información demográfica del voluntario, como por ejemplo el sexo o la edad. "Incluso las personas que se han vacunado todavía pueden ser susceptibles de contraer covid, pero los síntomas y la gravedad varían en función de la cantidad de dosis recibidas, también si no se ha recibido ninguna", afirman desde la empresa ZOE.

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