Más allá de la gestión de las incidencias y la agilidad a la hora de su gestión, también se ha trabajado para homogeneizar los criterios para centros de nueva construcción. "Homologamos todos los materiales, sistemas e instalaciones que más se adaptan a nuestros usos, ya que después son mucho más fáciles mantener", explica Garcia. También, cuando una escuela necesita un material nuevo, se intenta que sea el mismo para todas para tener stock en caso de que se tengan que sustituir. Si cada arquitecto o dirección pone el lavabo que le gusta –apunta el director de equipamientos educativos del Consorci–, la gestión para conseguir otro cuando se estropea es mucho más complicada. "Pero si tenemos cuatro modelos para todos, habrá stock disponible para cuando sea necesario", concluye.
Casi 8.000 incidencias en medio año: así se gestiona el mantenimiento de las escuelas en Barcelona
Hace año y medio se modificó por completo el sistema para revisar el estado de los centros educativos de la ciudad
BarcelonaEn Barcelona existen hasta 308 escuelas públicas. Se ubican en edificios históricos, en bloques rehabilitados o incluso en inmuebles de nueva creación, en espacios casi novedosos de trinca. Esto implica que cada centro puede tener unas necesidades y unos ritmos de mantenimiento muy diferentes y más teniendo en cuenta que son espacios donde cada día conviven cientos de personas durante horas.
De media, el Consorcio de Educación recibe cada día 78 peticiones para resolver incidencias de mantenimiento en escuelas (no en institutos, porque dependen directamente del departamento de Educación). Solo desde enero pasado se han realizado 7.895 intervenciones para solucionar incidencias de mantenimiento en centros educativos en la ciudad, lo que supone una media mensual de 1.578 actuaciones.
"Si todo esto no lo haces con un procedimiento muy actualizado y estricto es fácil que acabes siendo totalmente ineficiente", reconoce el director de equipamientos educativos del Consorci, Antoni Garcia Salanova. Detalle que hace cuatro años realizaron una revisión de las principales problemáticas tras recibir muchas quejas, sobre todo de falta de información y de pérdida de eficiencia en el mantenimiento, y desde enero del 2024 la gestión se realiza con un nuevo croquis: hay tres formas de comunicar o detectar una incidencia en las escuelas de Barcelona.
Brigada itinerante
La primera es la detección que realizan las brigadas de mantenimiento que visitan todos los centros dos veces al mes. "Han un mantenimiento preventivo que ya marca la norma y que es periódico; no depende de que ocurra nada", aclara el director de equipamientos. Los trabajadores de estas brigadas son los que solucionan las incidencias más usuales y más fácilmente resolubles, y la previsión es que a partir del próximo enero estas visitas pasen a ser semanales.
Referentes de zona
La segunda forma es a través de los referentes técnicos de zona (RTF). "Es la persona que nos representa y sabe de todas las actuaciones de mantenimiento, mobiliario, obra nueva y necesidad de mejora de todas las escuelas de su zona", detalla Garcia. Desde el pasado año hay 10 referentes –uno por cada distrito–, y cada centro "sabe a quién debe llamar directamente" para comunicar cualquier incidencia, especialmente las más urgentes. Estos profesionales también tienen una pequeña capacidad económica para aprobar gastos por incidencias menores y evitar que haya un tapón en aspectos que se pueden resolver de inmediato.
'Ticketing'
Este año se ha introducido una tercera vía de comunicación de incidencias, el Ticketing. Esta nueva herramienta para sistematizar toda la información y los procedimientos es similar a las que se utilizan para realizar el seguimiento de un producto cuando lo compras por internet, pero, en este caso, también "permite mantener informados a los centros de qué punto se encuentra la gestión de su incidencia". La dirección de la escuela puede marcar el tipo de necesidad para dirigir la demanda directamente al departamento que corresponda y evitar la demora de tener que filtrarlo manualmente. Además, les da información sobre cuándo se hacen las podas o la prevención de electricidad para que "vean que algunas de las peticiones ya no es necesario hacerlas, ya que pronto se actuará".
Priorizar la urgencia
El Consorcio debe solucionar las incidencias con un límite de tiempo concreto. Con las que son urgentes, como un escape o un pequeño incendio en la cocina, el Consorcio debe garantizar la presencia de profesionales en un máximo de una hora y debe solucionar el problema antes de que pasen 24 h. En este sentido, todas las escuelas tienen un listado concreto de lo que se fija como urgente y qué no. Si la calificación de la incidencia es ordinaria, los tempos son algo más flexibles. "Como máximo debemos estar atendiéndolo antes de 48 horas y la resolución [de cómo se gestionará] debemos darla antes de siete días", detalla Garcia.
En todas estas actuaciones, sin embargo, existe un criterio que se aplica siempre: que el estado de mantenimiento de las escuelas sea equivalente. "Hace muchos años que decidimos que teníamos que trabajar por colaboración y no por competencia, porque nos habíamos llegado a encontrar con familias que se empadronaban en otro sitio para poder ir a una escuela que tenía mejores instalaciones –recuerda el técnico–. Mejorar mucho un centro desequilibra toda la escolarización y favorece la segregación", explica.
El objetivo es que la familia no tenga dudas sobre qué centro elegir y opte por lo que tiene cerca de casa porque está en las mismas condiciones que el de la otra punta del barrio, concluye Garcia: "Si tenemos un 7 en mantenimiento, lo tendremos en todas las escuelas. No priorizaremos que una tenga un 9 si otra se debe".