Educación

La falta de docentes por el desprestigio de la profesión afecta a toda Europa

Los expertos descartan que la causa sea sólo el sueldo y alertan del envejecimiento de las plantillas

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Profesores y exprofesores del instituto Joan Salvat Papasseit de Barcelona.

BruselasEl discurso sobre la supuesta buena vida de los docentes y de una falta general de profesionalidad y ganas de trabajar del sector ha ganado peso en los últimos años. Buenos sueldos, vacaciones largas, trabajo asegurado, buenos horarios y poco trabajo: a grandes rasgos, así se ve la profesión. Ahora bien, si las condiciones laborales son tan buenas, ¿por qué faltan maestros y profesores en Catalunya y, en general, en toda Europa? La respuesta, coinciden los expertos, es sencilla. "Ya sabemos cuáles son los tópicos, es un trabajo muy desprestigiado, pero la realidad es que ni cobran tanto ni trabajan poco, y a menudo deben dar clases en malas condiciones", resume en el ARA el portavoz del centro de investigación europeo Friends of Europe, Dharmendra Kanani.

De hecho, según el estudio de la Unión Europea Escasez de profesores en la UE, la falta endémica de docentes es un problema que el Viejo Continente arrastra desde hace décadas y que se ha acentuado en los últimos años, especialmente a partir de la pandemia. Tal y como explica al ARA el autor del informe, el doctor en economía de la educación Giorgio Di Pietro, el cóvid ha hecho "aún más pesada y menos atractiva la profesión" porque ha obligado a muchos maestros a aprender a toda prisa nuevas técnicas para enseñar telemáticamente. También les ha supuesto "más carga burocrática y administrativa, y de trabajo en general", lo que "ha hecho perder interés" a los jóvenes de querer ser profesores y ha animado a los mayores a "jubilarse antes de tiempo". En este sentido, el reto principal del sector educativo en toda la UE es el reemplazo, ya que no se ocupan las vacantes de los profesores que terminan. "Ya podemos decir que estamos ante una crisis", insiste Kanani. Además, si no se remedia, el problema puede ir a más en los próximos años. "A estas alturas, el 40% de los profesores de la Unión Europea tienen más de 50 años", alerta el portavoz del think tank europeo.

En algunos países, la situación empieza a estar al límite. En Francia, por ejemplo, Emmanuel Macron ha levantado polvareda al asegurar que durante sus mandatos ha logrado resolver "el problema de las largas ausencias de profesorado", sobre todo para cubrir bajas de larga duración. Sin embargo, diferentes sindicatos y asociaciones de familias niegan que esta sea la realidad. Esto se debe en gran parte, tal y como admite el propio departamento de Enseñanza gala, a las dificultades que tiene a la hora de encontrar profesores.

Ocurre lo mismo en Alemania. La Fundación Robert Bosch calculó que en el 2023 faltaron entre 30.000 y 40.000 maestros y profesores en el país germánico, y estiman que en el 2030 faltarán unos 80.000. De hecho, según el estudio Escasez de profesores en la UE, más allá de los dos grandes estados del bloque europeo, Francia y Alemania, casi todos los países comunitarios necesitan más profesores, si bien las administraciones evitan dar datos exactos sobre cuáles y cuántas vacantes tienen.

"No es sólo una cuestión de sueldo"

Uno de los motivos por los que muchos jóvenes calificados descartan la opción de dedicarse a la docencia es el sueldo, sobre todo en secundaria, en aquellas especialidades que en el sector privado se suele pagar mejor. Sin embargo, tal y como remarca Dharmendra Kanani, "no es sólo una cuestión de dinero, y ni mucho menos es la principal causa de la falta de profesores". En este sentido, el portavoz de Friends of Europe señala que "el gran problema es el desprestigio de la profesión" y no tanto una cuestión de carencia de recursos materiales, "aunque una cosa va ligada con la otra".

En este sentido, Kanani lamenta que el Viejo Continente haya dejado de tener el respeto a los maestros que les tenía tiempo atrás, algo que "se nota con el nivel de inversión de las administraciones públicas en la enseñanza". "Hay que destinar un porcentaje más elevado de nuestro PIB, si no en el futuro nos resentiremos", destaca Kanani, que lo compara con otras potencias mundiales, como la India, donde "se invierte mucho más en educación y lo tienen claramente como una prioridad".

Para revertirlo, el doctor Giorgio Di Pietro enumera diferentes factores que deben potenciarse para que los jóvenes y la sociedad en general tomen conciencia de la importancia de la enseñanza y los profesores tengan el reconocimiento social que merecen. En primer lugar –señala el experto– hace falta "un buen ambiente de trabajo" y que, por tanto, las instalaciones de los centros educativos sean las adecuadas y que las ratios de alumnos por profesor no sean demasiado elevadas. También apuesta por "dar más autonomía a los docentes" a la hora de decidir qué y cómo enseñan, ofrecerles los "recursos adecuados para dar clases de forma efectiva" o, entre otros, "que tengan más oportunidades de promoción" y no tengan la sensación de estar estancados profesionalmente.

Catalunya no es la excepción

La Generalitat, como la gran mayoría de administraciones de la UE y pese a las peticiones del ARA, evita hacer público exactamente el nivel de carencia de profesores. Sin embargo, la consellera de Educación, Anna Simó, admitió en el Parlament el pasado miércoles que en estos momentos "hay 22 vacantes no cubiertas hasta finales de curso y 418 sustituciones pendientes en toda Catalunya". Diferentes sindicatos y asociaciones del sector docente de nuestro país han denunciado la falta de profesores, especialmente en lengua, tecnología o, en general, en formación profesional. Sin ir más lejos, según el Marco Unitario de la Comunidad Educativa (MUCE), el pasado curso quedaron más de 22.000 sustituciones sin cubrir en escuelas e institutos.

En este sentido, el coordinador del máster de secundaria de la Universidad de Barcelona, Diego Calderón, asegura al ARA que "casi todo el mundo" que realiza los estudios de posgrado para ser profesor acaba encontrando trabajo como docente. Sin embargo, en Finlandia menos del 10% de los estudiantes que quieren ser docentes lo consiguen –admite Calderón– "sin demasiada motivación ni espíritu de ser profesor", si bien "eso acaba revirtiéndose en la gran mayoría de los casos". "No podemos castigar a todo un sector por unos pocos, es clave para la enseñanza de nuestro país y para nuestro futuro", remarca Calderón.

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