Tal y como ya preveían los propios sindicatos convocantes, la huelga de educación en el primer día de curso ha pinchado. El paro ha tenido un seguimiento que no llega al 1% en la mayoría de centros que ya han notificado la afectación de la protesta. Concretamente, con los datos del 61% de las escuelas e institutos de Catalunya registradas, el seguimiento de la convocatoria realizada por USTEC, CGT y la Intersindical fue del 0,89%, según el departamento de Educación. Sin embargo, la protesta sindical sí ha dejado imágenes de un corte puntual en la Gran Vía de Barcelona, una entrada en la sede de la Fundación Bofill y el silbido de una veintena de personas a la llegada del presidente Pere Aragonès y la consejera de Educación, Anna Simó, en una escuela para dar el pistoletazo de salida al curso escolar.
Pese al escaso seguimiento de la protesta sindical, la consellera de Educación se ha abierto a hablar sobre una de las cuestiones más criticadas durante los últimos meses por la comunidad docente: el adelanto del calendario escolar. Simó ha sido clara asegurando que las clases continuarán empezando antes del 11 de septiembre, pero ha explicado que, sin embargo, desde el departamento se abren a hablar con todos los agentes educativos para explorar nuevas formas que no impliquen empezar siempre el cuarto día de septiembre, tal y como había establecido el anterior consejero de Educación, Josep González-Cambray.
Primer día de curso con normalidad
Más allá de las protestas, el inicio de curso se ha vivido con emoción en los centros. En la Escuela Mercè Rodoreda de Barcelona, a falta de más de 15 minutos para que sonara el timbre que marca el inicio de las clases y el final de un largo verano, ya había un alboroto ensordecedor en la puerta. Familias, niños y niñas –e incluso mascotas– hacían tiempo ante la entrada del centro que corona un gran cartel de "Biblioteca abierta", un claro ejemplo de uno de los principales retos del curso que hoy comienza.
Por segundo año consecutivo, el curso comienza con un adelanto del calendario, pero esta vez los casi un millón de alumnos catalanes vuelven a la escuela con un horario lectivo completo. A pesar de haber tenido 75 días de vacaciones de verano, el regreso no es fácil para nadie. "Solo una selfie y ya está", imploraba una preadolescente a su madre. Se había encontrado con una de sus mejores amigas después de no verse en todo el verano y quería inmortalizar el momento haciendo una story de Instagram antes de que sus padres se llevaran el móvil para que no lo utilice en la escuela. Al lado Ricky y Maria de 5º chocaban la mano entre ellos para saludarse. Es el primer curso que les dejan venir solos a la escuela y habían quedado al encontrarse en la puerta. "¿No habíamos dicho a las ocho y media?", le reprochaba ella.
En el otro lado de la calle la escena era muy diferente. Yune lloraba desconsolada, pegada a su padre, Miguel. Su hermana pequeña, que todavía va a la guardería, le había acompañado para que la vuelta a la escuela no se le hiciera tan cuesta arriba, pero ni las caricias de la pequeña ni las palabras de ánimos del padre funcionaban. Por suerte de Miguel, la maestra que el curso pasado era la tutora de Yune entró en acción. Le abrazaba y le preguntaba cómo han ido las vacaciones mientras intentaba convencerla para ir hacia la esquina donde se agrupaban el resto de alumnos de su edad.
En pocos minutos los profesores de la escuela habían conseguido organizar el montón de niños que esperaban jugando a la entrada. Uno de los profesores hablaba con Joel. "¡Tío, estás más rubio!", le comenta, y él le espetaba: "Tú también tienes la barba más blanca". Mientras el padre de Joel preguntaba al maestro: "Hoy jornada intensiva, ¿no?" La pregunta se repetía varias veces, después de que el curso pasado muchos alumnos estuvieran todo el mes de septiembre dando clase solo por la mañana. Entre los padres y madres también se comentaba el precio y el horario del comedor. "¿Tú sabías que este año es más caro?", preguntaba una madre a otra mientras miraban cómo sus hijos aprovechan los últimos momentos de las vacaciones para jugar. "¡Aún nos quedan 10 minutos!", reivindicaba uno de ellos.
Sentados en un banco, mucho más calmados y en silencio, había cuatro niños con su abuela en medio. Era Teresa, que explicaba que antes de venir ya habían acompañado al mayor al instituto porque la madre trabaja. Ella es quien ha cuidado a los cinco nietos durante todo el verano. "Yo los quiero muchísimo, pero ahora cuando llegue a casa abriré una botella de cava para celebrar la vuelta a la escuela", reconocía.
Los retos del curso para la Asociación de Maestros Rosa Sensat
Recuperar la confianza de la sociedad en los maestros
"Quizás no es de lo que más se está hablando, pero sí que es significativo", asegura la presidenta de la asociación Rosa Sensat, Mar Hurtado. Considera que, después de una temporada con muchos cambios en los centros educativos, multitud de convocatorias de huelga y la introducción de nuevas metodologías, el sector nota que "la sociedad está cansada y que se proyecta poca confianza hacia los docentes". Para hacer frente a Hurtado apuesta por reconocer que en algunos momentos los maestros "no se han sabido explicar bien". Insiste en que deben "saber hacer entender a los padres y madres que las reivindicaciones son porque se quiere lo mejor para sus hijos e hijas y para buscar la calidad en educación. No para enfrentarnos ni para querer trabajar menos".
Escuela inclusiva
Aunque en 2017 se aprobó el decreto de la escuela inclusiva, que debía garantizar que los niños con necesidades educativas especiales puedan escolarizarse en centros ordinarios, desde Rosa Sensat alertan de que queda mucho trabajo por hacer para llegar a éste objetivo. Un reto que también reconoce el departamento de Educación, que ha aumentado el presupuesto destinado al apoyo de estos alumnos, pero todavía es insuficiente. Una muestra la encontramos en el Baix Penedès, donde casi una decena de escuelas han visto cómo se les reducía el número de horas de veladora para este curso. Hurtado reivindica que "si se exige una calidad educativa, es necesario dotar de recursos a los centros para afrontar las dificultades que supone tener una gran diversidad de alumnos en las aulas". La única manera viable es realizar un despliegue real del decreto de inclusión.
Implantación de los nuevos currículums
Este curso será el momento de consolidar los nuevos currículums escolares que se han aprobado en los últimos años en Cataluña. Unos currículos que apuestan por un aprendizaje más competencial y menos memorístico y que la presidenta de Rosa Sensat califica de "interesantísimos, pero difíciles de interpretar". Explica que es necesario formar a los docentes y acompañarles en el uso de estas nuevas metodologías porque "si los currículos no se aplican correctamente, el resultado que se espera no será el adecuado y no se podrán valorar correctamente".
Cultura de centro
La presidenta de Rosa Sensat alerta de que "la escuela ya no puede trabajar con pequeñas individualidades de maestros buenísimos". Explica que con la situación que se vive actualmente en las escuelas y dificultades emocionales que ha provocado la pandemia es más necesario que nunca "lograr generar una verdadera cultura de equipo dentro de los centros". Hurtado insiste en que para ello es necesario "encontrar tiempo de equipo y priorizar la coordinación", unas condiciones incompatibles con la inestabilidad de las plantillas y el poco tiempo que los docentes han tenido para preparar el curso debido al adelanto del calendario escolar.