Un tercio de los docentes de Catalunya están dispuestos a dejar la profesión, según USTEC
Una encuesta del sindicato apunta que el 45% del profesorado se siente mal o muy mal psicológicamente
BarcelonaLa situación es "crítica". Es el último aviso de los sindicatos del sector educativo. Más de una tercera parte del personal docente de Catalunya (36%) está dispuesto a dejar su profesión, un fenómeno que ya se conoce como "gran renuncia docente" y que se eleva hasta el 43% entre las personas con más nivel de formación, tales como los doctores. Así lo indica el último estudio del sindicato USTEC-STEs (IAC) que ha distribuido una encuesta -hecha con el asesoramiento de la doctora Irene Rodríguez de la Universidad Pompeu Fabra- entre los más de 90.000 docentes públicos de Catalunya, de la que ha obtenido más de 14.000 respuestas.
De los datos se desprende que los que tienen más ganas de abandonar son los hombres (42%), sobre todo los más jóvenes –de entre 31 y 44 años–, mientras que entre las maestras y profesoras la cifra se sitúa en el 34%. Por etapas educativas, el personal más quemado con su profesión son los equipos docentes de los centros de formación de adultos (40%) y los de la ESO (38%), seguidos de cerca por los de bachillerato (30%).
El malestar que refleja el estudio es tan evidente que más de la mitad de estos maestros y profesores saturados aseguran que se plantean abandonar en un plazo de entre 5 y 10 años. También hay un 27% de hombres y un 22% de mujeres que lo harían, si pudieran, ese mismo año. La mayor parte (37%) dicen que se marcharían si encontraran un trabajo de estatus y salario similares, mientras que un 42% lo dejarían pero a cambio de un mejor salario.
¿Y por qué motivos no pueden más? Entre los factores que hacen menos atractiva a la profesión los propios docentes destacan los conflictos con otras personas, la carga mental y de horas de trabajo y la burocracia. Según los resultados de la encuesta sindical, una de cada cuatro personas que trabajan en el ámbito educativo dedica más de 13 horas a casa. La gran mayoría (88%) tienen la percepción de que el volumen de trabajo ha aumentado mucho en los últimos años y más de la mitad, el 64%, aseguran que terminan trabajando seis días a la semana. Un 17% van más allá y mantienen que tienen trabajo de la escuela todos los días.
"Debería trabajar de 7 de la mañana a 6 de la tarde"
Maria y Helena, ambas maestras de primaria, coinciden en que es necesario ponerse “límites” en las horas que trabajan, pero que han tenido que necesitar ayuda para hacer “sólo” las horas “justas”. "Ahora mismo considero que estoy muy bien, pero estos recursos no me han venido regalados, los he pagado yo con mi dinero", asegura Maria. En cambio, Helena afirma que ha "renunciado" a hacer más horas, ya que para ofrecer una atención óptima a los niños debería trabajar "desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde".
Todo ello hace que la misma percepción sobre la salud mental y física de los docentes sea delicada. Casi la mitad de los maestros y profesores aseguran que su salud psicológica es "mala" o "muy mala". El grado de malestar, además, aumenta entre los trabajadores más jóvenes y destacan en el ranking de malestar el personal que da clases en los institutos escuela. El 41% de los docentes también apunta que la gestión de las direcciones es poco democrática y la tildan de "insatisfactoria". "Algunos equipos directivos se han convertido en una autoridad absoluta", admite Helena.
Sin esperarlo, Helena estuvo 3 meses de baja por ansiedad. Un día, estaba en el aula con los alumnos y sufrió una crisis de ansiedad en plena jornada y tuvo que ir al hospital. “Cuando la doctora me vio entrar, enseguida identificó que tenía una crisis de ansiedad y me envió a casa. Ese día yo no sabía que iba a por la baja”. Helena ya no pudo volver a la escuela hasta el próximo curso.
La situación no cambia en la secundaria. El Salva, coordinador y profesor de tecnología, ratifica este desgaste y pone énfasis en el aumento de trámites burocráticos. Este profesor está convencido de que cada vez tienen "más trabajo en casa" y que "nadie hace las 37 horas y media" de su horario. También lamenta el poco tiempo que tienen para atender a todos los alumnos. "La inclusión en un aula con 32 alumnos es imposible, no puedes llegar a todos", explica.
De hecho, según el estudio del sindicato USTEC-STEs (IAC), la sobrecarga de trabajo también hace que el 29% de los encuestados aseguren que su salud física es mala. Un parámetro, el de la salud física, que va directamente relacionado con los problemas económicos o de precariedad que sufren: a más problemas económicos peor salud física.
Dignificar la profesión
Para revertir la situación el sindicato propone una batería de medidas que mejoren las condiciones laborales en el sector, entre las que destacan algunas peticiones históricas, como la reducción de ratios en las aulas, la reducción de la burocracia, revertir los recortes y un aumento salarial. "Hay que mejorar de forma radical las retribuciones iniciales de los docentes", asegura el sindicato a las conclusiones: "Los ingresos mínimos deberían situarse en torno a los 2.500 euros netos mensuales e ir incrementando a medida que se acumulen experiencia o responsabilidades" , subrayan. Como horizonte, la USTEC señala que todos los centros deberían acercarse al modelo de gestión de las zonas de escuela rural, que consideran "un modelo de éxito".