La unidad de los sindicatos de educación se agrieta por el papel de la escuela concertada
CCOO, UGT y USOC se desmarcan de una manifestación que incluye la demanda de eliminar los conciertos
BarcelonaHace un mes, después de las cinco jornadas de huelga de marzo, los sindicatos de educación anunciaron que el tercer trimestre no sería "tranquilo" y amenazaron con más movilizaciones, incluso con una huelga, si la conselleria de Educación no revertía los recortes el curso que viene. Constatado el desacuerdo total entre las organizaciones y la conselleria, los sindicatos empezaron a preparar las protestas, entre las cuales hay una manifestación el sábado 14 de mayo. A pesar de que los sindicatos hasta ahora habían mostrado mucha unidad en su pulso contra el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, el papel de la escuela concertada ha abierto una pequeña grieta entre las diferentes sensibilidades de las organizaciones.
Los sindicatos que representan tanto a los docentes de la pública como a los de la concertada –UGT, CCOO y USOC– se han desmarcado de la movilización que impulsan los sindicatos USTEC, Intersindical, ASPEPC y CGT y a la cual se han añadido la principal asociación de familias (Affac) y la organización juvenil Sindicat d'Estudiants. La protesta, sobre la cual darán detalles este miércoles en una rueda de prensa, leva el lema "La comunitat educativa diu PROU! Per una educació pública de qualitat" (La comunidad educativa dice BASTA! Por una educación pública de calidad).No estarán los docentes de la UGT, CCOO y USOC porque la Affac ha exigido que entre las reclamaciones constara la eliminación de la subvención a las escuelas concertadas. "No podemos estar de acuerdo con eliminar la escuela concertada. Lo que queremos es mejorar las condiciones laborales de los que trabajan, que también tienen unos derechos y han hecho dos días de huelga en marzo", dicen fuentes de la UGT. No se descartan, sin embargo, otras acciones sindicales unitarias.
Campaña sindical
Todo ello se enmarca en un contexto muy influenciado por las elecciones sindicales que habrá el próximo marzo. De hecho, según el departamento de Educación, esta cita electoral es probable que haya condicionado, también, las negociaciones y la importancia de la batalla por el relato que durante las últimas semanas ha marcado el conflicto entre sindicatos y conselleria. La chispa definitiva saltó cuando el Govern anunció el adelanto del inicio del curso escolar sin consultarlo antes con la comunidad educativa. Los sindicatos hicieron presión para aplazar un curso el cambio, pero ante la negativa de Cambray, decidieron ir a la huelga, sumando otras reivindicaciones sindicales.
Después de semanas negociando, Educación planteó una última oferta a los sindicatos, que pasaba por reducir una hora lectiva el horario de los maestros en primaria a partir del curso que viene y hacer lo mismo en ESO, bachillerato y FP el curso 2023-24. Las organizaciones sindicales rechazaron la propuesta porque no afectaba todos los docentes a la vez, y la conselleria rubricó la carencia de acuerdo publicando la resolución para las nuevas plantillas sin incorporar las contrataciones extra que suponía esta medida.
Lejos de aflojar, los sindicatos han optado desde entonces por mostrar con contundencia su distancia con Cambray, y han boicoteado algún acto en público, como el que el conseller tenía que hacer en la UB, a pesar de que los sindicatos CCOO, USOC y la Intersindical no se hicieron eco de la protesta en sus redes sociales. Cambray criticó las imágenes de "personas violentas" y dijo que "no representan" a los maestros. En un artículo al ARA, el conseller repasa las principales políticas que quiere impulsar y avisa, en una referencia velada a los sindicatos, que "quien se opone a estas transformaciones no está pensando en el alumnado".