La Red de Atención a Personas Sin Hogar de Barcelona (XAPSLL) avisa de que es necesario "mucho más trabajo" para abordar el sinhogarismo y pide "más compromiso" a gobiernos y municipios para hacer frente a este fenómeno desde una "perspectiva de país". Así lo ha expresado su portavoz, Quico Manyós, en el marco de la acción callejera que se ha celebrado en la plaza de Sant Jaume de Barcelona por el día europeo de las personas sin hogar. Pese a remarcar que algunas instituciones sí hacen "esfuerzos", Manyós ha advertido de que es necesaria "otra mirada" para abordar el sinhogarismo y ha apelado a la "responsabilidad de la sociedad de incluir", informe ACN.
En Cataluña hay 1,4 millones de trabajadores pobres
Cáritas afirma que tres cuartas partes de las familias compaginan la prestación social con trabajos o formaciones para salir de la pobreza
BarcelonaCatalunya ha recuperado parte del pulso del mercado laboral después de la pandemia, pero existe una bolsa preocupante de 1,4 millones de trabajadores a los que el trabajo no les libra de vivir atrapados en una situación de pobreza y sin oportunidades de ascenso social. "La precariedad laboral es la nueva normalidad para una parte de la sociedad", según Cáritas, que en un informe sobre exclusión y desarrollo social que ha elaborado con la Fundación FOESSA a partir de entrevistas a 140.000 hogares de todo el Estado y de todas condiciones socioeconómicas. El trabajo concluye que la mejora global de los indicadores de la macroeconomía no se deja notar en el día. miembros están ocupados, y ni siquiera logran redondear el mes los que tienen la suerte de acceder a prestaciones sociales
En esta ecuación dramática de mercado laboral activo y mayor vulnerabilidad social hay que tener en cuenta que los incrementos de los sueldos no sirven para paliar la subida de los precios (el IPC). el impedimento de los inmigrantes en situación irregular por encontrar un trabajo. A estos factores hay que sumar los precios desorbitados de las viviendas, que empujan a familias a malvivir en habitaciones realquiladas oa destinar más de la mitad de los ingresos a pagar alquileres o hipotecas por no quedarse en la calle.
El estudio, que se ha presentado este jueves, señala que Cataluña tiene una de las tasas más elevadas de desigualdad de Europa, lo que refuerza los principales canales de vulnerabilidad: la vivienda, el empleo, la salud y las redes sociales. De hecho, un 8,5% de los trabajadores se encuentran en situación de exclusión social, un concepto que va más allá de la escasez material y un dato que cuestiona la idea de que el empleo es un escudo suficiente contra la pobreza y evidencia que se ha terminado la época en la que el trabajo revertía las desigualdades.
Mercado laboral sin leyes
Las familias en riesgo de exclusión son las que más empeoran respecto a 2018 por varios motivos: los que están ocupados en trabajos precarios o marginales se han doblado más, pasando del 3,1% al 7,9%; en un porcentaje similar también ha crecido el empleo sin contrato ni cotizaciones (9,6%). Es un mercado laboral sin normas, donde los trabajadores no tienen derechos ni estabilidad alguna en caso de accidente o si los hacen fuera de un día para otro. Afecta sobre todo a mujeres, jóvenes y personas inmigradas, que quedan al margen de las mejoras incorporadas a la última reforma laboral.
En la fotografía de la exclusión de Cáritas se rompe el estereotipo del rostro de la pobreza como un hombre solo que sobrevive al raso. El sinhogarismo es un gran problema.tiene una ley específica bloqueada en el Parlament— sin embargo, aparte, hay dos millones de personas en la exclusión residencial, que afecta a familias con hijos con discapacidad, madres solas, personas mayores, enfermos, dependientes o los que viven en viviendas sin condiciones dignas. "La vivienda ha dejado de ser un factor de protección", indicó el director de Cáritas Catalunya, Salvador Busquets, quien reclamó una política fiscal redistributiva y un pacto de estado para la vivienda.
A raíz de la encuesta ciudadana ya partir también del testimonio de las personas que Cáritas acompaña, el responsable del estudio, Raúl Flores, ha asegurado que se rompe la etiqueta de vividores de la pagueta que los más vulnerables arrastran históricamente para pasar a confirmar que lo que falla "es el sistema". En este punto, tres de cada cuatro familias en exclusión severa hacen todo lo que pueden salir y trabajan (en lo que pueden y cómo pueden), estudian o siguen itinerarios de inclusión. Entre 2021 y 2024, este porcentaje ha pasado del 68% al 77%, pero al final "chocan con barreras estructurales", ha explicado Flores, ya no sólo porque las ayudas son escasas sino porque falta un sistema para guiarles en el maremagnum de burocracia del centenar largo de prestaciones sociales.
El informe también constata que la pobreza se hereda: una criatura nacida en una familia con graves problemas sociales fácilmente será un adulto con los mismos problemas. Pero también alerta de que empiezan a detectarse adultos vulnerables que fueron criados en familias con mejores condiciones económicas. Para Cáritas, esto evidencia una dinámica de menos oportunidades vitales por la probabilidad de abandono educativo en las primeras etapas, tener un trabajo poco calificado y mal pagado y vivir de alquiler.