Emergencia social

El número de empadronados sin domicilio fijo en Barcelona se multiplica por diez en ocho años

La síndica reclama al consistorio barcelonés una "moratoria" en la baja del padrón de las direcciones postales de las ONG

BarcelonaLa Síndica de Greuges ha pedido al Ayuntamiento de Barcelona "una moratoria" para dar de baja a las personas empadronadas en las direcciones postales de entidades del tercer sector hasta que no se pueda garantizar que no quedan desprotegidas y que no se vulneran los suyos "derechos fundamentales". En una carta enviada a estas ONG, avanzada por el diario ARA, el responsable del registro general del consistorio notificaba que a partir del mes de junio se elimina la vía del empadronamiento colectivo sin pernoctación en las sedes de las ONG. Con esta decisión, se darán de baja las 1.700 personas empadronadas por este canal.

Las trabas para empadronarse son una constante en muchos municipios de Cataluña, que exigen a los solicitantes requisitos excesivos que no se ajustan a ley o que alargan los tres meses de plazo. Las entidades sociales, como la Síndica de Greuges, han denunciado en distintas ocasiones que la prohibición de dar de alta, aparte de no ajustarse a ley, deja fuera de derechos básicos a las personas más vulnerables de la sociedad. En este campo de negativas, Barcelona ha destacado por tener su registro abierto a personas que no tienen domicilio fijo o que tienen una vivienda precaria.

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De hecho, en ocho años este tipo de empadronamientos sin domicilio fijo se han multiplicado por diez y han pasado de 4.815 a 45.016 este mes de mayo. Sin embargo, en estos primeros cinco meses del año ha habido una ligera disminución, según el seguimiento del consistorio, ya que se empezó en enero con 46.500.

A raíz de la baja de las personas empadronadas en las sedes de las ONG, la institución que dirige Esther Giménez-Salinas ha abierto una actuación de oficio para conocer todos los detalles y cuántas personas se verán afectadas por los nuevos criterios. El cambio cogió por sorpresa a las entidades que, desde hace años y con la autorización del Ayuntamiento, empadronan a las personas vulnerables que atienden que, por diferentes motivos, no acuden a la vía ordinaria. El perfil de personas afectadas es diverso, aunque mayoritariamente sobreviven en la calle o en asentamientos informales, o, como la mayoría, viven realquilados en habitaciones y el propietario no les deja empadronar en el domicilio porque algunos temen perder prestaciones sociales.

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Pérdida "transitoria"

Las entidades también pedían tiempo, y lamentaban que, con tan pocas semanas de margen, no podrían avisar a muchos de los que habían empadronado. Además, cuestionaban cómo llegaría a una población que sobrevive a menudo al margen para hacerles saber que una vez se tramitaba la baja debían iniciar los trámites del alta en el padrón. El consistorio ha anunciado que, con el afán de agilizar todo el proceso, ha reforzado los circuitos del empadronamiento y el personal de educadores de calle, que tendrán que realizar las comprobaciones en los domicilios para corroborar que se reside, aunque según las circunstancias de cada uno podrá estar registrado en un domicilio ficticio. El objetivo es que los datos del padrón sean lo más ajustados posible a la realidad. En caso de no poder probar la residencia en Barcelona, ​​deberá tramitarse "el empadronamiento en el municipio y la dirección de la residencia habitual lo antes posible".

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En respuesta a la petición de la síndica, el Ayuntamiento de Barcelona facilitará la información detallada sobre cómo funcionará el circuito de empadronamiento y asegura que acompañará a las entidades "durante el tiempo necesario para poder realizar los trámites necesarios garantizando que en ningún caso nadie quede descubierto".

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Uno de los temores de las ONG consultadas por este diario es que la baja del padrón represente un obstáculo para personas que están en medio de procesos de regularización de su situación administrativa, renovando el permiso de residencia oa la espera de cobrar una prestación social. En todos estos casos es necesario estar dado de alta en el padrón municipal y también que no haya ninguna interrupción. Para estos casos, la síndica reclama que las solicitudes que se presenten a consecuencia de un cambio de domicilio dentro de Barcelona se gestionen como una modificación del padrón y no como una baja seguida de una alta, porque —insiste— la pérdida de empadronamiento, aunque sea transitoria, como parece contemplarse en este caso, puede vulnerar derechos básicos de personas que ya tienen perfiles de especial fragilidad.