Récord de personas durmiendo en la calle en Barcelona
El último recuento de Arrels detecta a 1.384 personas al raso, un aumento que se atribuye a la falta de alternativas y recursos
BarcelonaNunca como hasta ahora había habido tantas personas viviendo en la calle. El recuento anual que hace una semana realizó la Fundación Arrels calcula que como mínimo son 1.384 (en torno al 8% son mujeres), 153 más que el año pasado, y eso que, como el recuento se ha realizado en pleno invierno, no incluye a las 75 personas que dormían en el Centro de Alojamiento de Emergencia (CAE) que el Ayuntamiento de Barcelona activa durante los meses de más frío. En cifras relativas, supone un aumento del 12% respecto a 2022 y un 56% si lo comparamos con las poco menos de 900 personas que se localizaron en 2015. De hecho, la entidad referente en el sinhogarismo sospecha que la cifra podría ser superior porque en algunos de los casos, los voluntarios detectaron una tienda o un menaje provisional vacíos donde se podrían cobijar a más personas.
El aumento de personas al raso no ha sorprendido al director de Arrels, Ferran Busquets. "No podemos pretender que haya una reducción si no se aportan soluciones al problema", reflexiona, y alerta de que las actuaciones y servicios que están realizando las administraciones "no son suficientes" para recortar el sinhogarismo. En este sentido, reclama más recursos para atender a estas personas y dar respuesta a las diferentes necesidades de este colectivo heterogéneo. En el recuento, los 510 voluntarios que recorrieron toda Barcelona encontraron a personas mayores y jóvenes, migradas, hombres y mujeres, solas o en pareja, y personas con enfermedades mentales o físicas que se estaban al raso. "Es necesario que nos ponemos de acuerdo para buscar soluciones y adaptarnos a todas estas necesidades", insiste Busquets, quien alerta de que "si no fuera por las prestaciones sociales y las entidades, la situación sería más dramática".
En el centro y la periferia
El recuento detectó a personas durmiendo en la calle en todos los distritos de la ciudad. Lo que más concentra es Ciutat Vella (339), seguido del Eixample (302). En tercer lugar están Sants-Montjuïc (209) y en cuarto Sant Martí (198). Pese a que entre los cuatro distritos del centro suman 1.048 personas sin hogar censadas, la cifra permanece estable respecto a otros años. En cambio, los voluntarios de Arrels detectaron más casos en los distritos alejados del centro: en Sarrià-Sant Gervasi se han doblado (78 este año respecto a las 34 personas detectadas en junio de 2022, el anterior recuento), también se han casi duplicado en Gràcia (57), y en Sant Andreu se han triplicado (49). En Nou Barris, el incremento detectado es ligeramente superior al del año pasado (64).
En la ciudad de Barcelona hay unas 3.000 plazas municipales para personas sin hogar, entre los centros propios y las camas que el Ayuntamiento contrata a hostales para estancias temporales. En total, se destina un presupuesto de unos 43 millones de euros para el cuidado de la pobreza extrema. Pero a menudo la queja del consistorio es que otros ayuntamientos catalanes invitan a sus sinhogares oa los pasavolantes a ir a la capital porque encontrarán más servicios específicos y, es cierto, que en los servicios sociales incluso se ofrece un billete de tren para facilitarles el viaje. Sin embargo, una reciente encuesta de la Fundación Arrels desmentía este efecto llamada y señalaba que sólo un 1% de los sinhogares se había trasladado aconsejado por otro ayuntamiento, mientras que la mitad de los que sobreviven a la calle llegados de fuera se trasladaron para buscar trabajo. Seis de cada diez nunca habían vivido en la calle hasta llegar a Barcelona.