ERC pincha en el intento de reprobar el gobierno de Colau y Collboni por la tasa turística
El recargo municipal al impuesto se empezará a cobrar en junio, a pesar del rechazo de la oposición en bloque
BarcelonaLlegado el ecuador del mandato, en el Ayuntamiento de Barcelona empieza el baile ya con el horizonte puesto en las elecciones de 2023. El pleno de este viernes tenía dos incógnitas: si el ex primer ministro francés, Manuel Valls, ya haría alguna referencia a la salida del consistorio, cosa que no ha pasado, y ver cómo se reajustan las relaciones entre partidos después del anuncio del jefe de filas de ERC, Ernest Maragall, de empezar una nueva etapa de más confrontación con el gobierno de Colau y Collboni, y que las discrepancias entre socios de gobierno se hagan cada vez más evidentes. El cambio de tono de los republicanos ha quedado claro en una proposición que buscaba la primera reprobación del mandato a miembros del gobierno de Colau. En concreto, para tres concejales socialistas (Jaume Collboni, Montserrat Ballarín y Xavier Marcé), por la manera en la que han gestionado la implantación del recargo municipal a la tasa turística, que fue una propuesta de los propios republicanos pero que ahora tanto ellos como toda la oposición consideran que se tendría que aplazar para dar tiempo al sector turístico a rehacerse y que, en cambio, el gobierno mantiene para el 1 de junio con la idea de que los 75 céntimos por noche que se empezará pidiendo de más a los visitantes no alterarán los planes de los turistas.
ERC no ha encontrado aliados en su ofensiva y la propuesta de reprobación ha quedado descartada con la única abstención de JxCat –que ha reprochado a los republicanos que no hagan "autocrítica" en su papel como impulsores del recargo– y los votos en contra del resto de formaciones. Sí se ha aprobado, con los únicos votos en contra de comuns y socialistas, la demanda de JxCat para no empezar a cobrar el recargo hasta el año que viene. Un texto que quedará en papel mojado porque el gobierno municipal ya ha dejado claro que no tiene previsto aplicar ningún cambio de calendario.
"No es un impuesto contra el sector, no afecta al bolsillo de los ciudadanos, sino que lo pagan suecos, americanos, chinos... y no tiene una afectación sobre las reservas", ha defendido el cocnejal de Turismo, Xavier Marcé, después de que el republicano Miquel Puig haya atacado a su equipo por no haber aplicado ninguno de los mecanismos previstos para volver a aplazar la entrada en vigor del recargo, que ya se aplazó en plena pandemia, y que se acordó que se discutiría dependiendo de la evolución de la situación económica. El gobierno municipal ya defendió en comisión que no llegaban a tiempo de hacer la modificación administrativa necesaria y hoy se ha reafirmado con la idea de mantener el calendario.
El Govern ya ha decidido atrasar la subida del impuesto hasta octubre. Pero en Barcelona no habrá más aplazamientos: el recargo, que se aprobó de manera definitiva a finales del 2020, prevé un incremento progresivo del importe a pagar. Este año será de 75 céntimos y llegará a los cuatro euros en 2023. Este impuesto se tendrá que añadir a los entre 65 céntimos y 2,25 euros que ya se pagan de base.
Los 'comuns' piden "tranquilidad" a ERC
Para el concejal de Presidencia, Jordi Martí, de BComú, no hay ninguna duda de que estos 75 céntimos de más por noche no alterarán los planes de los turistas, mientras que para ERC se envía un "mensaje deplorable" al sector, cosa que, entiende, justifica la reprobación de los concejales del gobierno que lo han gestionado. Todos, del PSC. Martí, en cambio, ha defendido que la única justificación que ve a la propuesta de los republicanos es la voluntad de mostrar un cambio de perfil a la oposición, de la "fiebre" de una precampaña que avisa de que si empieza ya "se hará demasiado larga". El portavoz de los comuns ha pedido "tranquilidad" a quien hasta ahora había sido el principal aliado en la oposición. Quedan dos años para las elecciones y, según el gobierno municipal, el que viene todos los esfuerzos se tienen que centrar en la recuperación, cosa que considera que se ha empezado a hacer con la reunión "productiva" que Colau mantuvo ayer con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. Los dos se prometieron ayer "lealtad" en la nueva etapa e hizo gala de espíritu de colaboración institucional.
El resto de grupos también han criticado la propuesta de reprobación de ERC. Cs los ha acusado de haberse dado cuenta de que "no han hecho oposición" y de desmarcarse ahora "de cara a la galería". Josep Bou, del PP, ha rechazado cualquier reprobación y ha elogiado el juego limpio entre concejales. Y Barcelona pel Canvi ha visto un "ejercicio increíble de cinismo".