Estabilizado el incendio de Martorell que ha quemado más de 195 hectáreas
El chispazo de una soldadura podría haber causado el fuego
Sant Andreu de la BarcaDespués de dos días de grandes llamas y más de 195 hectáreas quemadas, la mayoría de vegetación forestal, los Bomberos de la Generalitat han dado este anochecer por estabilizado el incendio declarado en una zona boscosa entre Castellví de Rosanes y Martorell. Los bomberos ya se mostraban a media tarde "muy optimistas", según ha avanzado Ricard Expósito, jefe de intervención del incendio, que ha explicado a los medios cómo se ha podido ir extinguiendo las "diferentes reproducciones, una de ellas muy vistosa", del fuego. Todo hacía pensar que la meteorología acompañaría –"Tenemos la previsión de tormentas a última hora del día", decía Expósito– y así ha sido. Antes de las 22 horas, se confirmaba el golpe final al incendio que ha movilizado a unas ochenta dotaciones y más de 280 bomberos. El responsable de la operación ha explicado también que ya se han iniciado los trámites para que las 174 personas desalojadas puedan volver a su casa.
Si nada cambia, este jueves entre el mediodía y la tarde se podría dar el fuego por "controlado de manera definitiva" y en los próximos días por extinguido. Aún así, los bomberos siguen la evolución y los posibles efectos que puede tener un frente de lluvias previsto para esta noche y madrugada en la zona que podría ir "asociado a viento y turbulencias previas al agua".
Hoy también se ha sabido que la posible causa del fuego es un chispazo. La hipótesis con la que trabajan la policía y los Agentes Forestales es que un hombre que usaba una radial en tareas de mantenimiento de una casa en la urbanización de Can Sunyer de Castellví de Rosanes generó un chispazo que saltó a los árboles y causó el fuego. Desde ayer por la tarde ya ha quemado más de 195 hectáreas de masa forestal entro en este municipio del Baix Llobregat norte y Martorell.
De momento no se ha podido identificar a la persona presuntamente responsable de originar el incendio, el más grave de esta temporada de verano, pero los Agentes Rurales tienen localizado el punto cero. Se trata de una casa al límite del bosque y que seguramente no dispone de la licencia de urbanización, un aspecto que el alcalde de Castellví de Rosanes, Adrià Camino, no ha querido confirmar porque ha dicho que ahora no era el momento de abordar estas cuestiones. El juzgado de guardia de Martorell se ha hecho cargo de las diligencias por una presunta “negligencia”, porque las altas temperaturas y la proximidad de los árboles hacían del todo desaconsejable usar herramientas que puedan causar chispazos. El sospechoso no ha sido identificado y no se sabe si se trata de un vecino o de algún operario que hacía tareas de reparación.
Mientras unas ochenta dotaciones terrestres y aéreas trabajaban todavía hoy para controlar las llamas, los 174 vecinos de Can Sunyer que fueron desalojados ayer por la tarde de su casa por la proximidad del fuego han pasado la noche fuera. Unos cuarenta han dormido en hoteles de Martorell y Sant Andreu de la Barca y, a pesar de que se espera que esta noche ya puedan volver, los alcaldes ya les han comunicado que pueden quedarse hasta que los bomberos no los autoricen a volver a casa. Además, catorce vecinos que estaban haciendo cuarentena porque eran positivos de covid han sido trasladados a un hotel salud de Barcelona, ha explicado Enric Llorca, el alcalde de Sant Andreu. En cuanto a los diecisiete usuarios de la residencia de gente mayor de Martorell que fueron desalojados por precaución, han pasado la noche en pisos adaptados y después de desayunar ya han podido volver al centro, en el barrio que hay debajo del punto de la AP-7 donde las llamas se acercaron más.
Carme García, una testigo del fuego, recuerda que cuando vio las primeras llamas cogió a sus hijos, subieron al coche y bajaron hacia Sant Andreu de la Barca. “Ahora solo sufro por los animales, por los perros y los gatos, porque no sé si tendrán suficiente comida”, se lamentaba después de que los alcaldes afectados confirmaran que, de momento, no pueden volver a casa pero que no hay ninguna casa perjudicada por el fuego.
Can Sunyer es una urbanización de casas, al lado del bosque y con unas calles estrechas, empinadas y con curvas, cosa que dificulta una eventual evacuación rápida si el viento gira inesperadamente. A Julio Chasco el incendio lo sorprendió en casa y tuvo que huir casi sin coger nada, alertado por los Mossos y la Policía Local, que pasaron casa por casa para pedir a los vecinos que bajaran hacia el pueblo. Explica que la virulencia del fuego lo sorprendió a medias porque la montaña es estos días “un polvorín”, lleno de hojarasca.