El fuerte impulso de Colau a la vivienda pública no cumple todas las promesas

El Ayuntamiento tiene ahora 2.239 pisos en construcción y prevé acabar el mandato con un parque de gestión municipal de 12.000

4 min
Ada Colau durante la colocación de la primera piedra en una nueva promoción al barrio de la Marina del Prado Rojo

BarcelonaLa rendición de cuentas por la promesa de construir 4.000 viviendas públicas de alquiler y sumar 4.000 más mediante la compra o las cesiones acompañó a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante su primera etapa al frente del Ayuntamiento. El baile de cifras entre gobierno y oposición sobre lo que se estaba haciendo y las acusaciones de haber vendido imposibles se repitieron casi en cada pleno. Y todavía duran. El entonces responsable del área de Vivienda, Josep Maria Montaner, detallaba al principio del mandato que habían podido entregar las llaves de unos 830 pisos de obra nueva pero que dejaban las bases puestas para que en el mandato siguiente pudiera haber una acelerada, con 4.700 viviendas en algún punto del proceso de producción. De hecho, en el plan de la vivienda que presentaron en 2016 se marcaban el reto de hacer casi mil pisos cada año: 8.854 viviendas nuevas hasta el 2025. Y ahora el gobierno de comuns y socialistas en la ciudad saca pecho de estar liderando esta aceleración y dice que tiene 2.329 pisos en obras o a punto de empezarlas.

"Se está construyendo más vivienda pública que nunca", ha enfatizado la alcaldesa aprovechando el acto de colocación de la primera piedra de una de las nuevas promociones en el barrio de la Marina del Prat Vermell. En total hay en marcha o a punto de iniciarse 34 promociones y una inversión de 316 millones. La ciudad, según aseguran en el gobierno municipal, ha logrado un "hito histórico" con este ritmo de generación de pisos públicos, cuando en los últimos 17 años se hacían entre 500 y 800 por mandato, a pesar de que algunos veteranos de la casa enfrían la euforia y remarcan que el ritmo había sido superior durante los años 90 y principios de la década del 2.000 –fuentes socialistas apuntan que se habían llegado a hacer 1.100 al año–. El cambio sustancial es que ahora se impone el régimen de alquiler para garantizar que el parque público crece.

Si se suman todas las vías posibles de generar vivienda, el consistorio calcula que acabará este mandato, en 2023, con un parque de unos 12.000 pisos públicos de alquiler, cuando en 2015 era de 7.500. Un paso más que notorio pero que se queda a las puertas de lograr la promesa de doblar en dos mandatos el parque de gestión municipal y, por lo tanto, llegar a los 15.000. "Nos estamos acercando", ha dicho la alcaldesa, que ha detallado que ahora el parque que gestiona el consistorio tiene unas 10.000 viviendas, 2.500 más, por lo tanto, que cuando los comuns entraron en el consistorio.

El gobierno municipal, sin embargo, no ha concretado cuánta obra nueva ha construido hasta ahora y defiende que desde el 2015 trabaja con la previsión de 6.100 pisos a desarrollar en 2023 a través de diferentes vías, como la construcción delegada en cooperativas, y que la cifra final, si se suman operaciones como los 900 pisos que se han podido comprar hasta ahora, se acercará a las 8.000 viviendas. "No todos acabados en 2023", ha remarcado la concejala de Vivienda, Lucía Martín. En el paquete suman, también, los primeros pisos del futuro operador metropolitano, que se harán en alianza con un privado. El concurso para escoger socio se tiene que resolver antes del verano. Y Colau ha vuelto a pedir hoy más implicación al Govern en la construcción de vivienda.

El nuevo barrio de la Marina

En cuanto a las nuevas promociones en marcha, cerca del 80% de las viviendas públicas que se están haciendo de alquiler y el resto se dividirán en coviviendas, pisos en derecho de superficie –los adjudicatarios compran el derecho de usar el piso durante 75 años– y los que se hacen para realojar a los afectados por transformaciones urbanísticas, como los de las Casas Baratas del Bon Pastor. Donde más se promueven es en la Marina del Prat Vermell –446–, en la Zona Franca, donde se está levantando un nuevo barrio que se calcula que en una primera fase acogerá a unos 10.000 vecinos, entre promociones públicas y privadas, y que después podrá crecer hasta los 30.000 o 40.000.

Hoy la alcaldesa; la concejala de Vivienda, Lucía Martín, y el concejal del distrito de Sant Martí, Marc Serra, han participado del acto de la primera piedra de la tercera de las promociones municipales que se impulsan en la zona: la de la calle Ulldecona, 2-10. Y han colocado en la cápsula del tiempo elementos como una copia de decálogo del derecho a la vivienda, una bolsa de monedas y los diarios del día. También han participado representantes vecinales; la decana del Colegio Oficial de Arquitectos de Catalunya, Assumpció Vilà, y el presidente del Gremio de Constructores de Obras, Josep Gassiot.

Esta promoción, que se prevé que esté terminada durante los primeros meses del 2023, supone un impulso municipal de 9,2 millones de euros. Y es la tercera de las que se impulsan en la zona, donde ya hay en obras muy avanzadas, como la covivienda La Chalmeta, que gestiona la cooperativa Llar Jove y suma 32 viviendas, y una promoción, también en obras, en la calle Cal Cisó, con 108 pisos de alquiler que se tendrían que entregar a finales del año que viene. Queda para empezar una cuarta iniciativa municipal de construcción, que será la más grande, con 234 viviendas, en la calle Acer.

stats