El horario de las terrazas tensiona el gobierno de Colau

Collboni se desmarca de los comunes y niega cualquier intención de reducir el horario nocturno

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Terrazas de la avenida Gaudi de Barcelona

BarcelonaLa masiva ampliación de terrazas de bares y restaurantes en la ciudad de Barcelona está provocando tensiones entre el equipo de gobierno de la alcaldesa Ada Colau. Solo seis días después de que el gobierno municipal confirmara al ARA que se planteaba avanzar el horario de cierre de las terrazas para aligerar el exceso de ruido en once zonas críticas de la ciudad, el primer teniente de alcaldía, Jaume Collboni, ha asegurado que no será así de ninguna de las maneras. "Hemos dicho que en las áreas tensionadas no se consolidarán las terrazas poscovid, pero en ningún caso se ha hablado de horarios. Todo el mundo puede estar muy tranquilo porque esto no va de horarios, va de uso del espacio público”, ha dicho este jueves en un nuevo encuentro con sus socios de gobierno.

Lo cierto es que no hace ni una semana el gobierno municipal salía al paso de las quejas de vecinos que proliferan en varios puntos de la ciudad y aseguraba que empezaría por Enric Granados a buscar soluciones contra el ruido nocturno y que lo haría hablando con los restauradores y los mismos vecinos. Tal como avanzó el ARA, parte del remedio que se estudiaba pasa para avanzar una hora el horario de cierre de las terrazas en los once puntos detectados como los más problemáticos. De hecho, el regidor de Transición Ecológica, Eloi Badia, hablaba de "microcirugías" que se adaptarían a la problemática específica de cada zona para garantizar el descanso de los vecinos a partir de las 23 h.

La propuesta, en cualquier caso, choca de pleno con el Gremio de Restauradores y organizaciones patronales como Foment, Pimec o Barcelona Oberta, que ya han emitido un comunicado conjunto oponiéndose a cualquier cambio en los horarios y reprochando también al gobierno de Colau que haya confirmado, eso sí, que las terrazas ampliadas durante la pandemia se eliminarán en seis zonas del Eixample que se consideran bastante saturadas.

Collboni ha salido al paso del alboroto que ha provocado entre los restauradores abrir el melón de los horarios y ha descartado cualquier cambio en este sentido, lo que ha desencadenado la enésima discrepancia con sus socios de gobierno en un tema, el de las terrazas, en el que los comunes sí que cuentan con el apoyo de ERC, tal como quedó claro en el último pleno municipal.

Los problemas de ruido en la ciudad han ganado protagonismo y visibilidad en los barrios. Vecinos de una veintena de zonas de Barcelona que sufren los problemas derivados de un exceso de decibelios (en muchos casos vinculados a las terrazas) han empezado a organizarse y preparan una manifestación para el 16 de junio a la plaza Sant Jaume para denunciar que el ruido "mata". De hecho, el gobierno de Colau ya ha avanzado que este mes harán controles sonométricos en las once zonas más críticas para ver el alcance del problema. Los 45 decibelios es el límite que fija la Organización Mundial de la Salud (OMS) para preservar la salud en horario nocturno, mientras que durante el día el tope es algo más permisivo, de 53 decibelios.

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