Sucesos

Marihuana de Tailandia y Canadá: Cataluña importa a pesar de ser la gran productora de Europa

Vigilancia Aduanera ha intervenido más de dos toneladas de droga provenientes de estos países, por mar o por aire, en seis meses

Un paquete de los 260 intervenidos en uno de los operativos
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BarcelonaCataluña es el gran centro de producción de marihuana de Europa. Se produce en masías abandonadas de Les Garrigues, en los bosques del Pallars, en naves industriales abandonadas del área metropolitana de Barcelona o en chalets levantados en la periferia de muchos pueblos de la Selva. "En Vidreres y en Maçanet hay urbanizaciones donde una casa sí, una no, tienen plantaciones de cannabis en el interior", explican los cuerpos policiales. Sin embargo, pese a que Catalunya se ha convertido en el gran granero del continente, ahora la marihuana llega también de fuera. La Agencia Tributaria ha comisado en el aeropuerto de El Prat y en el Puerto de Barcelona 1.214 kilos de marihuana provenientes de Tailandia y Canadá. Sin embargo, aquí hay que sumar 467 kilos que entraron por el puerto de Huelva y 642 kg más que la policía canadiense detuvo en el puerto de Montreal y que se dirigían hacia Barcelona. Son más de dos toneladas de droga intervenidas en siete operativos en los últimos seis meses.

No es un fenómeno puntual. Se trata de una nueva tendencia que puede llegar a modificar el negocio de la droga en Cataluña. Los narcotraficantes locales lo saben desde hace tiempo. Hace casi un año, uno de ellos –que durante quince años ha hecho mucho dinero con el tráfico de marihuana y cocaína– alertaba a este diario del cambio de paradigma: "Ahora viene de Tailandia. Tienen buena luz para las plantas; es de alta calidad y la legislación es más beneficiosa". También los abogados acostumbrados a tratar con los caballeros de la droga lo saben bien. "El negocio de la marihuana ha terminado, el mercado está migrante: Francia ya tiene plantaciones, y ahora también se importa desde Canadá y Tailandia. Y, además, es de mejor calidad y más barata", explicaba hace unos meses un abogado en el ARA.

Más prudentes son los cuerpos policiales ante este posible cambio de paradigma. Eso sí, fuentes de los Mossos d'Esquadra admiten que todo lo que sea que la marihuana venga de fuera y no se produzca aquí es menos dañino para el país. El hecho de que la marihuana arraigara en Catalunya, con miles de pequeñas plantaciones repartidas por todo el territorio, hizo que empezaran a proliferar las armas de fuego. Las organizaciones criminales las adquirían para protegerse de los asaltos de otros lados para robarles la mercancía.

Cuarenta y seis cajas llenas de marihuana comisadas por la Agencia Tributaria y que custodian en una sala en el paseo Josep Carner

"Es un partido nuevo", avisan fuentes de Vigilancia Aduanera. Es nuevo porque hasta ahora prácticamente no se revisaban las mercancías que vendían, vía avión o barco, de Canadá. Ahora, en toda España se están mirando más a fondo por ese repunte. Con Tailandia ya existía un punto más de vigilancia, pero sobre todo por el tráfico ilegal de tabaco. Pero ahora también ha aumentado. Todo se hizo evidente esta primavera. El 30 de abril la policía canadiense ya avisó a las autoridades españolas de que habían detectado un contenedor marítimo con 643 kilos de marihuana. Salía de Montreal y venía a Barcelona. Un mes después, el pasado 23 de mayo, llegó al puerto de la capital catalana un contenedor proveniente de Tailandia que transportaba material textil. Pero entre la mercancía había 796 kg de marihuana.

Los agentes de Vigilancia Aduanera hicieron una entrega controlada —esperan que alguien recoja la droga para detenerle— y fue hasta un almacén de Barcelona. Allí detuvieron a una persona. La droga, a priori, se dirigía a Madrid. Pocos días después, se recibió un envío muy similar a Huelva. De nuevo había mucha droga, hasta 467 kilos de marihuana, provenientes de Tailandia. Precisamente, Andalucía también se considera uno de los huertos europeos de la marihuana. Las plantaciones se concentran en la zona de Granada. En Toledo también está muy arraigada, esa conflictividad, según fuentes policiales. Ahora la investigación de estos tres primeros envíos en tan poco tiempo todavía está abierta.

Más intervenciones

Pero la cosa no termina ahí. Ese mismo abril llegó al aeropuerto de El Prat un avión de mercancías proveniente de Tailandia. Entre cajas y cajas había 121 kilos de marihuana. De nuevo, Vigilancia Aduanera hizo una entrega vigilada y detuvieron a una persona que acudió a recoger la droga. Y esta intervención también demuestra un cambio: hasta ahora, se enviaban cantidades pequeñas de droga por avión, y sobre todo se utilizaba paquetería, o una persona intentaba llevar una maleta llena de droga. Ahora ya han superado esta frontera y están enviando grandes cantidades. Esto, según fuentes de Vigilancia Aduanera, hace necesario un mayor control de las mercancías en el aeropuerto.

Lo demuestran otras tres intervenciones: el 24 de abril intervinieron en el aeropuerto de El Prat hasta 121 kilos de marihuana que venían de Tailandia. Apenas hace un mes, el 12 de noviembre, un avión de mercancías que venía de Canadá llevaba 79 kilos de marihuana. Una semana más tarde, el 18 de noviembre, pillaron a otro. Un avión de Canadá transportaba varias piezas de coche y, escondidos, había 153 kilos de marihuana. De nuevo, se detuvo a una persona durante una entrega vigilada. Esta droga todavía está en la sede de la Agencia Tributaria, en una pequeña sala de poco más de 10 m2 llena de cajas –ahora hay 46– y bajo grandes medidas de seguridad. En el suelo, con muchas serrín, todavía está la marca de material decomisado en el pasado que se estropeó.

Droga en pintura

Llegue en barco o en avión, las nuevas rutas de la droga también han cambiado la forma de transportarla. Ahora, sobre todo en el tráfico de cocaína, la técnica más habitual es el gancho ciego. Antes los traficantes abrían un contenedor en los puertos sudamericanos y metían la droga en varias bolsas en el fondo. La empresa que movía la mercancía prácticamente nunca sabía nada. Ahora, en cambio, esconden las substancias entre la mercancía. Y no lo hacen de cualquier modo. El 13 de agosto llegó al puerto de Barcelona un contenedor lleno de botes de pintura provenientes de Tailandia. Dentro, en contacto con la pintura, había bolsas de marihuana envasadas al vacío. Estaban enganchadas al fondo del bote y los agentes de Vigilancia Aduanera tuvieron que despegarlas con destornilladores y haciendo fuerza. En total, había 65 kilos de marihuana y se detuvo a una persona que recogía la droga.

"Nos sorprende que con la marihuana que hay aquí la lleven", afirman fuentes de la Agencia Tributaria, una reflexión que también comparten voces de los Mossos. La principal conclusión es que les debe salir muy barata su fabricación para que puedan pagar los gastos de transportarla hasta aquí y aún saquen un beneficio.

El marco legal de ambos países

En 2022 Tailandia despenalizó el cannabis y fue el primer país asiático en hacerlo. Esto provocó que afloraran miles de tiendas relacionadas con esta industria, sobre todo en las áreas turísticas del país. Tres años después, en junio del 2025, el gobierno tailandés dio marcha atrás y ahora sólo es legal para uso médico con receta. Canadá, por su parte, es uno de los países con una legislación más avanzada: desde 2018 los adultos pueden comprar, poseer y consumir cannabis legalmente para uso recreativo. El marco legal fija que una persona, en público, puede llevar hasta 30 gramos de cannabis seco encima. Además, el número de plantas que pueden cultivarse en casa también está limitado: cuatro por casa.

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