Barcelona tiene el aire más limpio de los últimos 25 años, pero sigue lejos de los límites marcados por la OMS
En 2023 todas las estaciones de la ciudad alcanzaron niveles que se enmarcan dentro de los límites que marca Europa
Barcelona"La calidad del aire es la mejor desde que se mide en Barcelona. Hoy tenemos el aire más limpio de los últimos 25 años", ha anunciado este lunes la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, en la presentación del informe de 2023 de la evaluación de la calidad del aire que cada año realiza la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). Después de un 2022 de moderado aumento de contaminación en la capital catalana con la salida del confinamiento y la pandemia, el año pasado Barcelona logró dos objetivos importantes: se cumplieron todos los límites europeos de contaminación –más bajos que los que marca la Organización Mundial de la Salud (OMS)– y, en promedio, el aire de la ciudad tuvo los niveles de contaminación más bajos del último cuarto de siglo.
Ahora bien, a pesar de las dos metas conseguidas, el aire de la ciudad condal continua están mucho más contaminado de lo que marca la OMS para proteger la salud y los niveles de polución quedan lejos de los límites legales que el Parlament Europeo ha fijado para los principales contaminantes atmosféricos de cara a 2030.
En Barcelona la ASPB mide la contaminación del aire a partir de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) –el contaminante más vinculado a la circulación de vehículos– ya los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5). Este año los tres indicadores han cumplido los valores límites legales en la Unión Europea en la decena de estaciones de control atmosférico que registran la contaminación en distintos puntos estratégicos de la ciudad.
El principal motivo de la mejora de datos de polución en las calles barcelonesas es la bajada del nivel de dióxido de carbono (NO2) que en sólo un año ha bajado seis puntos (de 38 µg/m³ a 32 µg/m³) en las estaciones de tráfico (las centralitas que detectan niveles más elevados de la ciudad). La caída de este contaminante entre el 2022 y el 2023 es la mayor de la última década si no se tiene en cuenta la excepcionalidad de la pandemia en el año 2020. De hecho, es el mayor descenso que se ha experimentado desde que se registra esta sustancia contaminante, sólo comparable a las caídas de récord que se vivieron entre 2006 y 2007, y entre 2012 y 2013, ambas de seis puntos como en el último balance.
La tendencia a la baja también se ha experimentado en cuanto a las partículas en suspensión que hay en el aire barcelonés, aunque en menor medida, ya que, más allá de pequeñas bajadas, los niveles de PM10 y PM2, 5 se mantienen estables en la ciudad de Barcelona desde el año 2013.
A pesar de la reducción de la contaminación de los últimos meses, la situación todavía no es buena. Mientras Barcelona celebra un nivel de dióxido de carbono de entre 21 y 32 µg/m³ en función del tipo de estación que registra la sustancia, la OMS recomienda unos niveles máximos de 10 µg/m³ para proteger la salud de los ciudadanos. En el mismo sentido, la ciudad condal tampoco llega a cumplir los estándares legales de 20 µg/m³ de NO2 que el Parlamento Europeo pretende aplicar en 2030 a todos los estados miembros.
1.300 muertes al año
Por lo que se refiere al motivo de las mejoras, Bonet asegura que "no es fruto de la casualidad, sino de decisiones políticas". En este sentido, desde el consistorio insisten en que para la reducción de la contaminación ha sido clave la entrada en vigor de la zona de bajas emisiones (ZBE), puesto que ha permitido la descarbonización de la movilidad. De hecho, según datos del Ayuntamiento de Barcelona, en 2023 por primera vez los coches con etiquetas ECO (verdes) superaron a los que poseen etiquetas B (los que llevan el adhesivo amarillo y están más restringidos para ser más contaminantes ) en la ciudad. También apuntan a la reducción de tráfico que ha promovido la pacificación de las calles y el incremento de uso de la bicicleta.
Pese a la reducción de los niveles de polución, el impacto de la contaminación en la salud de los barceloneses sigue siendo alarmante. Según el informe de la ASPB, cada año mueren 1.300 personas en la capital catalana por motivos relacionados con la contaminación. Concretamente, del total de muertes naturales, el 8% pueden atribuirse a efectos de la contaminación. En el mismo sentido, la presencia de sustancias contaminantes en el aire es la causante de 800 nuevos casos de asma infantil al año (el 36% del total) y de 120 diagnósticos anuales de cáncer de pulmón (el 12% de los nuevos casos).