¿Por qué es más inteligente un loro que una paloma?
La acumulación de neuronas en una parte concreta del cerebro influye en la capacidad cognitiva de las aves, según un estudio
BarcelonaComer nueces no es fácil si eres un pájaro. A menudo el caparazón es demasiado duro y complicado de romper, por eso, una opción es coger la nuez con el pico, volar bien alto y, de golpe, soltarla sobre el asfalto de una carretera para que un coche la aplaste y facilite el trabajo. Así lo hace un tipo de corneja (una ave de la familia de los córvidos) que vive en Japón. La misma inventiva demuestra una parienta suya, la corneja de Nueva Caledonia, capaz de idearse un palé que usa para hurgar la tierra y hacer salir los insectos que después se comerá. Un tipo de garza real endémica en Estados Unidos usa pan como cebo para que los pescados se acerquen a la superficie y zampárselos. Todo ello son ejemplos de altas capacidades de innovar de algunas especies de aves, que se contraponen a otras con niveles cognitivos mucho más limitados, como las perdices o los faisanes.
El motivo de esta disparidad cognitiva, se había dicho hasta ahora, podía ser la medida del cerebro, pero un estudio afina mucho más al dar una respuesta de por qué un loro, por ejemplo, es más inteligente que una paloma. Las capacidades más sofisticadas de las especies se explican por una mayor concentración de neuronas en una parte estratégica del cerebro, el palio, que es la responsable de la cognición. Y es esta acumulación que se detecta en un lugar concreto lo que predispone que el cerebro se desarrolle más: "Lo que importa realmente es la medida relativa del cerebro, es decir, la medida que tiene en relación con el resto del cuerpo", matiza al ARA el investigador del CSIC y el CREAF Daniel Sol, que ha coliderado el trabajo publicado en Nature Ecology and Evolution.
El trabajo, de hecho, hace aportaciones relevantes en la controversia de hace años sobre si la medida del cerebro condiciona las capacidades cognitivas. “Los elefantes tienen un cerebro más grande que los humanos en términos absolutos. ¿Esto quiere decir que son más inteligentes que los humanos? No necesariamente, cuando lo que más importa es la medida relativa del cerebro. El de los humanos contiene más neuronas en el palio, y esto hace que sea más grande en proporción a nuestra medida que el de los elefantes”, subraya el investigador y colíder del estudio, Louis Lefebvre, psicólogo de la McGill University, en Montreal.
De acuerdo con el exhaustivo estudio científico a 111 especies de aves, los primeros de la clase dentro del mundo de las aves son los loros y los cuervos, capaces de comportamientos fuera del alcance de otras especies con plumas justamente porque cuentan con esta alta densidad de neuronas en el palio cerebral (el equivalente al neocórtex en los primates). A pesar de que el estudio se ciñe a las innovaciones que son capaces de hacer los pájaros para alimentarse –gorriones bloqueando los sensores de las puertas de supermercados para robar comida o carboneros abriendo los botes de leche que el repartidor deja en las puertas de las casas–, la cognición ya se ha observado en otros ámbitos, como por ejemplo en la capacidad de los loros para aprender algunas palabras.
Uno de los condicionantes de esta "plenitud cognitiva" es el tiempo que tiene el pájaro para desarrollarse una vez que ha salido del huevo, es decir, su esperanza de vida. "Vivir más tiempo aumenta el valor de resolver problemas mediante la innovación porque el tiempo que dedicas a aprender un nuevo comportamiento se compensa si el comportamiento ofrece beneficios durante más tiempo", apunta Sol.
Nueva técnica para contar neuronas
Uno de los méritos del estudio es su alcance, la capacidad de poner bajo la lupa muchas especies de pájaros diferentes y comprobar por qué se producen las diferencias cognitivas que son evidentes desde hace años. Según el ecólogo evolutivo del CREAF, hasta ahora se había estudiado mucho en materia de cognición en el ámbito de los primates porque son más cercanos a los humanos, pero el estudio muestra una "evolución paralela" en los córvidos y otras familias de aves.
Los resultados han sido posibles por la colaboración internacional con equipos de la canadiense McGill University, Charles University y el Institut de Recerca de la Biodiversitat (IRBio) de la Universitat de Barcelona. Ha resultado clave el desarrollo de la neurobióloga Suzana Herculano-Houzel y sus colaboradores de un nuevo método para contar neuronas, el fraccionador isotrópico, que hace posible contar neuronas de muchas especies en poco tiempo y de manera precisa. Además, ha participado el neurobiólogo Pavel Nemec, neurobiólogo de la Charles University de Praga, que es uno de los pocos expertos mundiales en la cuantificación de neuronas con esta técnica.