Sociedad

Llevan a los juzgados la sobreexplotación del río Ter en plena sequía

Aigua es Vida recorre por la vía contenciosa el convenio entre el Ayuntamiento de Girona y el Consorcio Costa Brava que regula el uso del agua del río

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Integrantes de la plataforma Aigua es Vida y otras entidades ecologistas, frente al Ayuntamiento de Girona

GeronaMientras el caudal del río Ter mengua por la sequía, el volumen de agua que se extrae para el consumo humano crece. El flujo de su corriente está por debajo de la garantía del mínimo ecológico, pero, paradójicamente, la cantidad de agua que se capta está por encima del máximo fijado por la ley. El Ter sufre tanta demanda porque no sólo debe abastecer el grifo de la ciudad de Girona y sus alrededores, sino también las necesidades de los pueblos de la Costa Brava, con una alta demanda de agua por el turismo durante el verano. Así lo estipula el convenio firmado entre el Ayuntamiento de Girona y el Consorcio de Aguas de la Costa Brava (CCB), que acuerda hacer un uso compartido del recurso.

Varias entidades ecologistas, encabezadas por la plataforma Agua es Vida, , han impugnado este acuerdo, alegando que intensifica el estrés hídrico del río. En verano tramitaron un recurso por la vía administrativa en el consistorio gerundense, que fue denegado, y ahora han presentado una demanda en el juzgado contencioso de Girona, que ha sido admitida a trámite. "La administración con la mano izquierda aumenta los derechos de agua del río y con la mano derecha comienza a incoar expedientes a los ayuntamientos que gastan más agua en una época de sequía, es una contradicción flagrante", argumenta Pau Masramon, de Agua es Vida.

Los grupos denunciantes consideran que el convenio tiene como objetivo regularizar la venta de agua de Girona a la Costa Brava para que se puedan satisfacer los intereses del turismo masificado, en vez de priorizar la recuperación del caudal ecológico del Ter que marca la ley de aguas. En el 2017 pudo ponerse freno al trasvase de agua del Ter hacia Barcelona, ​​pero el peligro actual, aseguran, se traslada a la costa gerundense: "No tiene sentido hacer esfuerzos para disponer de más caudal para el Ter y ratificar al mismo tiempo uno convenio que regulariza un trasvase que seca el río por el otro lado", añade Masramon.

Control del agua para frenar la especulación urbanística

Para SOS Costa Brava, frenar la explotación turística del Ter es un punto clave para detener la especulación urbanística de la costa, puesto que, hasta ahora, un argumento del plan director urbanístico para evitar la construcción de viviendas de uso turístico o segundas residencias era la falta de acceso al agua en la zona. "En tiempos de sequía, hay que priorizar el consumo humano y no bienes recreativos", defiende Eugenia Pasqual, de SOS Costa Brava.

El convenio recorrido regula la titularidad de la estación de tratamiento de agua potable de Montfullà (Bescanó), que se amplió en 2008 y pasó de los 540 litros por segundo de extracción a los 1380 en 2012, 720 de ellos para el Consorci Costa Brava y 660 para Girona. Esta cifra actualmente se mantiene y supera en un 40% el tope de 1.000 l/s establecido por la ley del Ter de 1958. En la renovación del convenio, acordada por el Ayuntamiento de Girona el pasado 16 de junio, justo un día antes del cambio de gobierno municipal, sólo se regularizaron los documentos de la titularidad compartida, pendientes de actualizar, pero no se modificó la extracción accedente de la estación.

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