El Priorat y el Baix Camp, sin agua (ni soluciones) hasta 2027
El Govern prevé tres grandes actuaciones en la zona, que no darán una respuesta inmediata a las necesidades de los municipios
BarcelonaEmbalses como el de Riudecanyes y Siurana al 2% de su capacidad frente al 40% de media de las reservas en el resto del país. La situación en el Priorat y el Baix Camp es “un drama” que a finales de junio ya anticipó el consejero de Acción Climática, David Mascort. Sin embargo, en el corto plazo, la Generalitat no contempla ninguna infraestructura que pueda evitar que algunos municipios de la zona deban abastecerse con camiones cisterna. El minitrasvase del Ebro de 1989 sólo llega a la costa, y mientras que el Alt Empordà –otra de las zonas donde la sequía ha hecho más estragos, pero que ya se ha empezado a recuperar– dispondrá de 12 desalinizadoras móviles , las soluciones pensadas para el sur del país son más complejas y no llegarán hasta dentro de tres años.
La Agencia Catalana del Agua (ACA) prevé tres actuaciones para disminuir la dependencia de los embalses en el Camp de Tarragona. La más conocida: la construcción de la desaladora del Foix, con producción inicial de 20 hm³/año –que puede llegar a los 30 hm³/año– y que podrá suministrar agua tanto a las comarcas de Tarragona como a las de Barcelona. Carles Conill, miembro coordinador del Observatorio Intercolegial del Agua de Catalunya, recuerda que, "desgraciadamente", es una solución prevista desde 2009 que, hasta hace pocos días, quedaba "pendiente de arrancar". En febrero, los gobiernos catalán y español vanacordar desatascar la ampliación de la desalinizadora de la Tordera y la construcción de la del Foix, pero hasta el martes, cinco meses más tarde, el Estado no ha anunciado el acuerdo para licitar ambas obras. Y la ejecución de la desaladora ubicada en el Garraf no está prevista hasta finales de 2028 o principios de 2029.
Otra infraestructura que debe aportar agua proveniente de fuentes no convencionales –es decir, agua que no se haya captado en los embalses– es la planta de regeneración prevista en la depuradora de Reus. Se trata de una solución “buena y viable” por el Observatorio y que serviría para obtener agua para usos agrícolas. El proyecto está en fase de redacción y todavía no se puede definir un horizonte temporal para que entre en funcionamiento. Ahora bien, teniendo en cuenta que todavía hay que terminar trámites, que debe definirse la inversión que se hará y que el tiempo de construcción aproximado de una planta de regeneración son dos años, esta solución no estará en marcha hasta finales de 2026 o principios de 2027, como mínimo. Y cuando esté a punto, Conill advierte que “el agua regenerada en Reus tendrá muchos chicos”, vaticinando una cierta competición para ver quién hace uso de esa agua.
Más agua del Ebro
La tercera solución –que en realidad son dos– implica desviar más agua del Ebro hacia el Priorat y el Baix Camp. Por un lado, el departamento de Acción Climática propone llevar agua del canal de riego Garriga-sur (que proviene del Ebro) en el embalse de Margalef. También se prevé poder conducir agua del Ebro desde la localidad de Garcia hasta el embalse de Els Guiamets, donde se almacenaría el volumen necesario para regar el Baix Priorat y se bombearía el resto hasta el pantano de Siurana.
Las dos soluciones, sin embargo, no dependen exclusivamente de las instituciones catalanas. Mientras que el agua de las cuencas internas la gestiona la ACA, el agua del Ebro y sus afluentes la gestiona la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) –adscrita al ministerio para la Transición Ecológica– y, por tanto, es necesario que ambas partes negocien cómo hacer estas infraestructuras. El departamento de Acción Climática dice que "están trabajando" y que "son optimistas", porque la CHE no se ha cerrado a esta propuesta. Ahora bien, esta actuación debería preverse en el plan hidrológico del organismo español, que no caduca hasta el 2027, y fuentes conocedoras aseguran que la CHE (con sede en Zaragoza) nada cambiará hasta que se cierre el nuevo plan dentro de tres años.
Una solución compleja y polémica
Por tanto, la única solución específica para las zonas que siguen sufriendo fuertemente la sequía es bastante compleja, tanto administrativamente como por la oposición que genera en algunos sectores de la ciudadanía. Por el lado administrativo, desde el Observatorio del Agua confían en que la Generalitat "lo conseguirá", pero también apuntan que, aunque "las confederaciones son una herramienta muy importante", "habría que dar alguna vuelta a la cogovernanza de el Ebro, puesto que son dos cuencas, pero es un único país”.
Al mismo tiempo, Conill recuerda que, desde hace años, existe una concesión de los regantes de Riudecanyes que les permite utilizar agua del embalse de Siurana. Si se vierte agua del Ebro a este pantano, “filant delgado significa que se pasa agua del Ebro a las cuencas internas”, apunta Conill. Sin embargo, desde el Observatorio consideran que “las infraestructuras deben estar para disponer de agua donde haga falta y llevarla de donde haya”, y no encuentran ningún problema, en este sentido.
No lo ven así desde la Plataforma en defensa del Ebro. Uno de sus miembros, Manolo Tomàs, advierte que “cualquier infraestructura que aumente la presión sobre el Ebro condena al Delta a la desaparición”. Ante una situación de emergencia climática, Tomàs considera que "es una incongruencia hacer lo mismo de siempre", es decir, "aumentar la presión sobre el río". Más allá de la afectación que tiene en el buen mantenimiento del Ebro, desde la plataforma apuntan que son necesarias soluciones diferentes, porque no es sostenible desviar más agua cada vez que necesitan en las zonas cercanas a la cuenca.
“Debemos ahorrar”
En la misma línea, la profesora titular de derecho administrativo de la Universidad Rovira i Virgili (URV) Anna Pallarés, autora de una tesis doctoral sobre planificación hidráulica, advierte que el cambio climático debe producir un cambio de paradigma, porque " si no nos estrellaremos". "Todo no puede ser obra hidráulica, también debemos acostumbrarnos a ahorrar agua”, afirma. La jurista apunta que hay que realizar cambios en el consumo y adaptarnos al nuevo contexto: “Es absurdo que tengamos piscinas privadas o que hagamos servir agua potable para estirar la cadena del inodoro”. muy vulnerable, porque la planificación hidrológica debe remar contra esto, ya la mínima que la climatología se sale de la media se gestiona el agua con planes de emergencia”, alerta.
Sobre la necesidad de buscar soluciones ante la emergencia climática, y “viendo que cada vez llueve menos y de forma más irregular, el Observatorio defiende interconectar las redes de Aigües Ter Llobregat (ATL) y del Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT)”. La interconexión debería ser reversible, tanto para traer agua de Barcelona a Tarragona como viceversa. Iría en la línea de la función de la desaladora prevista en Foix, que dirigirá el agua en función de las necesidades.
¿Fa dos años de cortes?
Para acabar con la falta de agua en el corto plazo, algunos municipios están optando por conectarse al Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT). Es el caso de Espluga de Francolí. Desde el consistorio fijan en finales de agosto o septiembre el horizonte para dejar de depender de los camiones cisterna y pasar a abastecerse con agua del minitrasvase. Se trata de una solución que hasta ahora el municipio había rechazado, pero poco antes de la pandemia, vista la situación de escasez de agua cada vez más recurrente, el ayuntamiento empezó a apostar por ella.
Con la pandemia los trámites quedaron parados, pero hace un par de años que el municipio sufre cortes de agua diarios (mayoritariamente por la noche) y ha decidido reanudar esta solución, que aún no está claro si servirá para poner fin a los problemas. En cualquier caso, se trata de una resolución más rápida que el resto, pero no inmediata: han pasado casi dos años, según el ayuntamiento, desde que se volvió a poner en marcha la apuesta por la conexión con el CAT hasta ahora.