¿Un septiembre con más lluvia de lo normal? La esperanza para los embalses
Los modelos estacionales coinciden en dibujar un mes con más lluvias de lo que tocaría
BarcelonaTras las lluvias de la primavera y de inicios de verano los embalses de las cuencas internas catalanas subieron hasta el 37% de su capacidad, un valor bastante superior al que tenían exactamente un año atrás. Un verano bastante cálido, con lluvias muy restringidas en las comarcas pirenaicas y un elevado consumo de agua, ha hecho que las reservas de agua hayan vuelto a bajar de forma progresiva, hasta llegar ahora al 30,87% (hace un año estaban en el 23,5%). La situación es especialmente dramática en comarcas como el Priorat, donde el sector agrícola sufre los efectos de una sequía muy persistente que ha hecho que los embalses ya se encuentren en el 1% de su capacidad, y que ha obligado a los municipios a realizar cortes de agua para intentar alargar la vida de la poca agua disponible.
La vista está puesta ahora en el mes de septiembre, que climáticamente es uno de los meses más lluviosos del año en buena parte del país. Los precedentes de los últimos años no invitan a la ilusión: en septiembre del 2023 fue lluvioso en las Terres de l'Ebre, pero muy seco en el resto del país, con entre un 30% y un 70% menos de precipitación del que tocaría en toda la mitad norte; y el del 2022 sólo fue lluvioso en el noreste y en el Tarragonès, con precipitaciones muy escasas en el resto del territorio. Ahora, sin embargo, la situación podría revertirse, o al menos eso indican los principales modelos meteorológicos estacionales. Si hacemos caso de la previsión del modelo americano, vemos cómo prevé un septiembre muy lluvioso en toda la fachada marítima del Mediterráneo occidental, con acumulaciones de precipitación superiores a la media en lugares como Cataluña, Comunidad Valenciana o la costa argelina.
El modelo europeo (ECMWF), que también hace previsiones por períodos semanales, prevé una primera semana de septiembre normal o algo más lluviosa de lo que tocaría en nuestro país y una segunda semana bastante más lluviosa de lo normal, coincidiendo geográficamente con el modelo americano en las zonas con mayor anomalía positiva de precipitación (es decir, donde va a llover más de lo normal).
¿Qué son los modelos estacionales?
Sin embargo, para entender la fiabilidad de esta previsión es necesario conocer un poco el funcionamiento de los modelos estacionales. Estos modelos son aquellos que nos dan una idea de la precipitación o la temperatura que podemos encontrar a semanas o meses vista, y que pueden llegar a decirnos si el próximo otoño o invierno tendrán un comportamiento más o menos cálido o lluvioso. Normalmente, los pronósticos meteorológicos tienen una fiabilidad extremadamente elevada a dos o tres días vista, ya que se basan en unas condiciones iniciales que están próximas en el tiempo y, por tanto, no pueden tener grandes cambios. Si miramos más allá, sin embargo, la fiabilidad va disminuyendo porque entre el momento en que el modelo hace el pronóstico y el momento a pronosticar hace mucho tiempo y, por tanto, hay muchas variables a tener en cuenta que pueden alterar completamente la situación . Así pues, aunque estos modelos nos indiquen un septiembre lluvioso, es necesario ser prudentes y ver cómo se acaba desarrollando todo.
¿Cómo han evolucionado los embalses?
A principios de este año, el pantano de Sau, termómetro del estado de los embalses, estaba en poco más del 5% de su capacidad, el valor más bajo de su historia. Gracias a las lluvias de primavera ya los chubascos estivales que se han registrado en los últimos días, esta situación inédita se ha revertido y ahora el embalse está en el 25,4% de su capacidad. Pese a seguir siendo una cifra baja, es superior al total que acumulaba hace un año, que era un 23,6%.
Otro pantano que también ha aumentado la reserva es el de Susqueda. En 2023 tenía un 28% de capacidad de agua, y en agosto ya registra más de un 41%. Es el mismo caso que el embalse de la Baells, en Cercs, que este año acumula un 11,1% más de agua que el pasado verano. De forma creciente, pero en menor medida, la toma de Darnius Boadella también dispone de más agua, con un 21,6%, a diferencia del 20,9% de capacidad que tenía el año pasado.
El caso de los embalses de la zona del Priorat y el Baix Camp no es tan positivo. Los pantanos de Riudecanyes y Siurana son las dos excepciones de esta tendencia creciente de acumulación de agua, ya que ambos anotan porcentajes inferiores de agua respecto a la pasada temporada. El pasado año Riudecanyes estaba a poco más del 5% de su capacidad, y este año la cifra ha disminuido aún más, hasta el 1,8%. El pantano de Siurana se encuentra en la misma situación: del 5,8% de que disponía el año pasado, ahora sólo acumula un 1,5%.