Contaminación

El TJUE condena al Estado por no hacer nada contra la contaminación del aire en el área de Barcelona y Madrid

El tribunal considera que se han superado los límites de polución de forma "sistemática" y no se han adoptado las "medidas adecuadas"

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Contaminación en Barcelona

BruselasRevés definitivo de las instituciones europeas a Barcelona, el Vallès Oriental y Occidental, el Baix Llobregat y Madrid por los elevados índices de contaminación del aire y por no adoptar las "medidas adecuadas" para poner remedio. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha condenado este jueves por la mañana al estado español por superar el máximo anual de dióxido de nitrógeno (NO2) —un contaminante relacionado al tránsito— de manera continuada desde 2010 hasta 2018 y no solucionarlo. "España no ha vigilado que no se superara de forma sistemática y continuada el valor límite anual fijado de NO2", concluye Luxemburgo.

A pesar de que la sentencia no contempla una sanción económica, la Comisión Europea puede aplicar multas al Estado a partir de ahora si sigue incumpliendo la legislación comunitaria. De hecho, Bruselas ya había advertido en más de una ocasión al estado español de que si no rebajaba los niveles de polución del aire lo acabaría llevando a los tribunales. Finalmente, en 2019, lo elevó al TJUE al considerar que ni las administraciones estatales ni locales lo solucionaban y que la situación era crítica. "Los estados tienen que adoptar planes de calidad del aire que establezcan medidas adecuadas y suficientes para garantizar que el periodo de superación de los límites [de contaminación fijados] en las zonas afectadas sea lo más breve posible", recuerda la denuncia del ejecutivo comunitario.

Concretamente, los estudios de Bruselas apuntan que Barcelona, els Vallès Oriental y Occidental, el Baix Llobregat, y Madrid han infringido de forma repetida entre 2010 y 2018 los límites permitidos de emisiones de NO2, que se sitúan en 40 microgramos por metro cúbico (µg/m³). Previendo que la sentencia del TJUE sería negativa, el Ayuntamiento de Barcelona aportó este martes datos sobre la reducción de emisiones de este contaminante y aseguró que el tránsito ha bajado un 31% en la ciudad este año y que, a falta de cerrar los datos de diciembre, roza el máximo permitido por la Unión Europea. Este año, hasta noviembre, se ha situado en 38 µg/m³, justo por debajo del tope estipulado.

El Ayuntamiento, sin embargo, se aferra a la "tendencia de mejora" que se ve en la curva de los últimos años –incluso sin tener en cuenta los dos años de pandemia, en los que la caída de la movilidad ayudó a cumplir con las directivas europeas– y confía en que el tribunal europeo lo tenga en cuenta en su resolución. "Nos preparamos para malas noticias porque se juzgan unos incumplimientos que existieron, pero también se analizará si se han implementado suficientes medidas", dijo el concejal de Transición Ecológica de Barcelona, Eloi Badia.

El Ayuntamiento considera que los niveles de este 2022 postpandémico ya pueden considerarse "estables" y, hasta cierto punto, la nueva normalidad en algunos indicadores como el teletrabajo, que, en consecuencia, reduce el número de desplazamientos: "Si antes representaba el 4%, la tasa es del doble y creemos que se mantendrá así", apuntó el regidor. También la movilidad privada, según las previsiones municipales, tendría que ser muy parecida en 2023 a lo que se ha visto ya este año: "La cifra no se moverá mucho más". Falta ver si los cambios que se introducirán en la ZBE en enero  para flexibilizarla y responder a algunas deficiencias que recogió la sentencia judicial que amenazaba con tumbar la medida pueden acabar teniendo efectos negativos en términos de emisiones contaminantes.

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