¿Cómo gestiona el Govern los 1.000 millones que le debía el Estado en infraestructuras?
Territorio saca adelante cinco obras del ministerio y las primeras empezarán en el 2026
BarcelonaSeguir la pista de las partidas económicas entre el Estado y el Govern no es fácil. Y menos cuando cuecen desde hace años o incluso décadas, como es el caso de las partidas para hacer mejoras en infraestructuras. En el 2023 –coincidiendo con los pactos por la investidura de Pedro Sánchez– la Generalitat arañó dos pactos clave en este sentido: una partida de 914 millones de euros pendientes para hacer mejoras en las carreteras y el pacto de la B-40 o Ronda Norte, que suponía 200 millones de euros más. Hacía tiempo que la Generalitat trabajaba un modelo parecido al vasco para garantizarse ese dinero, las encomiendas o pedidos de gestión, y este lunes se ha explicado cómo se está invirtiendo ese dinero y en qué punto están las obras.
Así, el secretario de Movilidad e Infraestructuras de la Generalitat, Manel Nadal, ha detallado que el departamento cerrará el año con cinco encomiendas de gestión en marcha. Esto significa que, aunque la obra pertenece y la paga el gobierno español, la Generalitat es quien lidera la redacción de los proyectos y la ejecución de la obra; es decir, quien controla los tempos y también el diálogo con el territorio, "desde la proximidad". "El ministerio va pagando a medida que vamos haciendo. Esto permite, en primer lugar, acelerar las obras; en segundo lugar, garantizar que el dinero va llegando a Catalunya y evitar que las obras no se ejecuten y el dinero acabe al remanente del ministerio y, en tercer lugar, hacerlo con proximidad y diálogo con el territorio, que es la marca de esta casa", ha defendido Nadal. "Ya tenemos una experiencia exitosa con el carril bus de la B-23 en Barcelona, y ahora se replica", recordó.
Para Navidad, esta forma de proceder ha permitido a la Generalitat "asegurarse el dinero" y "duplicar" su capacidad de ejecución. En total, las cinco encomiendas movilizan 1.130 millones de euros hasta el 2033. Se trata de un dinero que ya estaba previsto y anunciado y que proviene del pacto para transferir los 914 millones de euros pendientes en infraestructuras y los 200 millones que supondrán las obras de la B-40 o Ronda Nord en Sabadell y Terrassa. Estos son los cinco grandes proyectos en marcha, sus partidas y las mejoras que prevén:
Eix Pirinenc (N-260): 260 M€
El convenio se firmó en noviembre del pasado año. En esta carretera, que recorre los Pirineos desde Pont de Suert a Puigcerdà, se harán obras para mejorar la accesibilidad, el firme y también de seguridad vial. Uno de los puntos más destacados será la nueva variante de Perves, una zona por la que actualmente pasa una carretera muy estrecha y que necesita "una mejora integral". El Gobierno hará una nueva carretera con túneles que facilite el paso en esta zona "tan complicada". También se están redactando mejoras en Senterada, Sort, y otros cambios más pequeños que mejorarán su funcionalidad.
Enlaces de la AP-2 y la AP-7: 250 M€
También está firmado y en marcha desde hace un año. El objetivo es crear siete nuevos accesos y mejorar diez ya existentes para dar mayor capacidad y seguridad a estas dos grandes vías. Algunas de las mejoras empezarán ya a partir del próximo año, en el 2026. Se harán nuevas conexiones a Masdenverge, en el puerto de Tarragona, en El Vendrell, en Banyeres del Penedès y en Vilafranca, para conectar con la C-15, en dirección Manresa. También están previstas mejoras de conexión entre la A-2, la B-40 y la C-55; un nuevo y mejor enlace a Abrera y una nueva conexión de la C-55 hacia la B-40 en Olesa. Igualmente, se reconfigurará la zona de Barberà, para dar "más solidez a ese nudo"; en Parets, para evitar la congestión de la C-17 en el acceso a la AP-7; a la altura de la Roca del Vallès, para simplificar los cambios ahora que ya no existen peajes; en Sant Celoni, para mejorar el acceso hacia la AP-7, en la C-35 y también en los accesos norte y sur de Girona.
Ronda Norte: 200 M€
Se trata de un pacto que supuso un largo toma y daca política y que finalmente se desbloqueó en verano de hace dos años. En noviembre de 2024 se firmó su convenio y ahora ya tiene los estudios informativos y ambientales licitados. Como la Generalitat tiene muy presentes las desavenencias por esta obra quieren "darle más potencia" con otros dos estudios, uno de movilidad y otro paisajístico. El objetivo es dar continuidad a la B-40 que llega a Terrassa para unir los sistemas urbanos de Terrassa y Sabadell, donde se encuentra la C-58. El trazado definitivo todavía no existe, pero el secretario de Movilidad aseguró a finales de septiembre en un acto en Sabadell que las obras empezarían en 2028.
Intercambiadores ferroviarios: 36 M€
Siguiendo la misma estructura la Generalitat también tiene en marcha la obra para realizar los intercambiadores ferroviarios de Volpelleres y el Hospital General. En este caso entra un tercer actor, la gestora de infraestructuras ferroviarias Adif, que también ostenta (y financia) parte de la obra. Sin embargo, la Generalitat es quien redacta los proyectos y ejecuta la obra. Esta infraestructura, que permitirá conectar la línea R8 de Cercanías con las líneas S1 y S2 de Ferrocarriles de la Generalitat en el Vallès, ya tiene el convenio firmado y "ahora es necesario activar los informes previos y poner en marcha las comisiones de seguimiento", según apuntan fuentes del departamento.
Maresme (N-II y C-32): 384 M€
La firma de este último convenio (en este caso es una subvención y no una encomienda porque la carretera es de titularidad catalana) es lo único que queda pendiente. Sin embargo, el ministerio ya ha aprobado la partida de 384 millones para salir adelante una de las obras que hace más años que se espera en el Maresme: la pacificación de la N-II y los accesos a la C-32. De hecho, las obras de la primera fase podrían empezar pronto, en el 2026. Esta infraestructura tampoco está exenta de polémica: hace sólo unas semanas la presión vecinal logró que el Gobierno diera marcha atrás y suprimiera uno de los nuevos accesos previstos en la C-32. Hay otros cinco previstos en la primera fase, y las plataformas vecinales y ecologistas del territorio ya han anunciado que también plantarán batalla.