Movilidad

El gobierno español mantendrá la gratuidad de Cercanías durante el 2023

En el primer mes de la medida solo ha habido 8 días en los que el servicio ha funcionado sin averías, cortes o retrasos

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Un fallo eléctrico provoca nuevos retrasos a Renfe durante toda la tarde

BarcelonaLa gratuidad de los billetes de Renfe se alarga durando todo el año que viene. Así lo ha anunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, este mediodía en el marco de la presentación del proyecto de presupuestos aprobado por el consejo de ministros después del acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. Seguir con las bonificaciones del 100% en los billetes de tren tendrá un coste de 660 millones de euros más por parte del Estado.

"Lo hemos vinculado a los presupuestos porque lo convertimos en una política estructural para el año próximo: pretendemos aligerar las rentas de las familias", ha explicado Montero. La iniciativa, asegura la ministra, "supone un ahorro importante ante la inflación y es una apuesta por la movilidad sostenible".

El anuncio se ha hecho público la misma semana en la que se cumple un mes en vigor de la gratuidad. Estos primeros 30 días, sin embargo, en Catalunya la medida ha quedado eclipsada por las incidencias en Cercanías. De hecho, septiembre se ha convertido en uno de los meses con averías y cortes más importantes en la red de los que se recuerdan. Desde que se pusieron en marcha los billetes 100% bonificados, el 1 de septiembre, solo ha habido 8 días en los que el sistema ferroviario ha rodado como una seda, sin ninguna incidencia, ningún corte ni ningún retraso oficial.

Las averías (principalmente de la infraestructura –gestionada por Adif– pero también de dos trenes de Renfe) han sido las claras protagonistas: se han repetido uno de cada dos días; en total, 15 días del mes. En algunos casos, además, a estas incidencias todavía se han añadido grandes cortes del servicio, como el de las obras de La Sagrera que empezaron el 17 de septiembre y que también han alterado significativamente varias líneas. En total, 22 días de problemas en Cercanías frente a 8 de calma.

"Ha sido uno de los peores meses con diferencia desde que yo estoy en la dirección de Transportes: ha sido nefasto", sentencia la directora de Transportes y Movilidad de la Generalitat, Mercè Rius. Las incidencias ya empezaron el día 5 de septiembre, coincidiendo con el arranque del curso escolar. Ese día un tren averiado entre el Garraf y Sitges provocó retrasos graves en la R2 Sur. Pero no fue ni mucho menos la peor avería. La siguieron muchas más, como por ejemplo varios fallos de los sistemas de señalización, problemas en las catenarias, falta de corriente eléctrica y otras incidencias –estas menos previsibles– fruto de fenómenos meteorológicos o de la actividad humana, como las trombas de agua de Tarragona del día 23 –que obligaron a cortar varios servicios–, la caída de dos árboles sobre las vías o los atropellos por invasión de la vía. "Así se hace muy difícil valorar el impacto de la medida", admite Rius.

Entre todas las incidencias, hay cuatro que destacan especialmente por su magnitud este último mes. Se trata, por orden cronológico, del gran apagón del sistema que sufrió Catalunya el día 9 de septiembre; de una avería que también provocó el caos durante todo un viernes; de los cortes de La Sagrera que se alargarán hasta mediados de diciembre, y, finalmente, de los problemas derivados de las trombas de agua de final de mes. Con todo, Renfe hacía ayer una valoración positiva de este primer mes.

La operadora española asegura que ha entregado casi medio millón de abonos gratuitos en Cercanías y Media Distancia durante septiembre y asegura que esto "supone que el 11,5% de la población activa de Catalunya ha adquirido títulos rebajados", calculaban el lunes desde el ministerio de Transportes. Del total de títulos, el 83,5% corresponden a Cercanías (374.663) y el 16,5% a Media Distancia (82.355). "Ha habido una buena aceptación de la medida en Catalunya y hemos incorporado nuevos viajeros que antes utilizaban principalmente el coche, y esto ayuda también a nuestros objetivos de mejorar el medio ambiente", dice el portavoz de Renfe, Antonio Carmona, que matiza que los problemas más graves que ha habido por parte de Renfe han sido las actuaciones de La Sagrera: "Se trata de unas obras imprescindibles, que se tienen que llevar a cabo, pero sí somos conscientes de que los cortes han modificado las rutinas de los viajeros y han añadido tiempos a los recorridos. Alterar la movilidad nunca deja una sensación positiva", admite. Aún así, Renfe recuerda que mueve al día casi 1.000 trenes y que "la mayoría funcionan correctamente".

La Generalitat, que hace años que batalla para conseguir el traspaso definitivo de Cercanías –tanto de los servicios como de las vías, y también el dinero para poder ejecutarlo todo–, lo ve diferente. "Nunca nos ha acabado de convencer esto de la gratuidad y la rebaja de tarifas. Lo hemos hecho por el momento social y económico y porque la decisión de Renfe era de Madrid", explica Rius. "[La medida] Augmentarà el déficit para las administraciones en el coste del transporte público y, por lo tanto, es una medida de pan para hoy y hambre para mañana que tensiona mucho el sistema", dice la directora de Transportes.

El Govern mantiene que si lo que se quería era ayudar a los usuarios y fomentar el transporte público "se podría haber hecho de otro modo". "Había que ser más quirúrgico. Por ejemplo, bonificando más a quien más lo necesita: esto sería más justo y menos arriesgado para el sistema", dice Rius, que añade que lo que quieren los pasajeros "no es un servicio gratuito sino un servicio que funcione".

El apagón que todavía se investiga

Este septiembre quedará marcado tanto por la gratuidad como por ser el mes del apagón. El día 9, el sistema informático que regula la red ferroviaria sufrió un fallo mientras se actualizaba, según la versión oficial, que tardó horas en solucionarse. Ese mismo día Adif y el gobierno español aseguraron que harían una investigación interna para aclarar qué había fallado y para poner medidas para evitar que se repitiera en un futuro. A estas alturas, sin embargo, todavía no hay más datos de lo que pasó. "No sabemos nada más, estamos a la espera", lamenta Rius. "Si en un periodo más bien corto no nos explican nada, se los preguntaremos nosotros", añade.




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