La muerte “cruel” y “salvaje” de una niña de 13 años en Vilanova i la Geltrú

El jurado popular tendrá que decir si la condena es por asesinato u homicidio

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El asesino confeso de la niña de Vilanova i la Geltrú entrando en  bloque de pisos donde se produjeron los hechos, en una imagen de archivo.

Barcelona“Pido justicia, no venganza”, ha dicho la abuela de Laia, la niña de 13 años asesinada en junio del 2018 en Vilanova i la Geltrú. Después de que el viernes se constituyera el jurado popular, este lunes la abuela ha sido uno de los primeros testigos del juicio que los próximos días recordará un crimen que la fiscal ha calificado de “cruel”, “salvaje” y “brutal”. “Unos hechos estremecedores”, ha añadido, que los abuelos han revivido con los minutos de desesperación que pasaron el 4 de junio del 2018 cuando faltaban pocos minutos para las siete de la tarde. Tanto la abuela como el abuelo han explicado que aquella tarde el padre de la niña, al ver que no llegaba a tiempo a recogerla a la escuela, les pidió que fueran ellos.

La menor estuvo en casa de los abuelos hasta que el padre llamó para decir que lo esperaba en la calle con el coche. En una rutina habitual, la menor marchó del piso y el abuelo ha afirmado que vio como bajaba “el primer escalón”. La abuela tenía la costumbre de mirar por el balcón para asegurarse de que la niña, como hacía con el resto de los nietos, se encontrara con los padres. Pero nunca la vio salir por la puerta de acceso al edificio. Por eso cuando al cabo de escasos minutos el padre pulsó el interfono para preguntar si la menor ya había bajado, la abuela ha declarado que le respondió: “Laia no ha salido del bloque”. En aquel momento montaron una búsqueda improvisada para encontrar a la niña.

El acusado, a la izquierda, durante el juicio en la Audiencia de Barcelona.

De entrada la buscaron en la calle, porque el padre había aparcado el coche al lado contrario de donde lo acostumbraba a hacer. Al no localizarla afuera, empezaron a llamar las puertas de los otros pisos del edificio. Cuando pulsaron el timbre del 1º 1ª, tardaron unos minutos en abrir y el abuelo ha explicado que dijo que no había que esperar porque no habría nadie. La razón es que la mujer que vivía allí estaba ingresada en el hospital donde le hacían compañía su marido y una hija. Pero el hijo de la pareja, en contra de lo que creían los abuelos y otros vecinos –que pensaban que continuaba en la China–, estaba en el piso. La primera vez que llamaron el hombre tardó en abrir y enseguida se les sacó de encima pero insistieron una segunda vez y descubrieron la escena del crimen.

“Espectáculo dantesco”

Ninguno pone en duda que el hombre, ahora acusado en el juicio y que tiene 45 años, mató a la niña porque él mismo lo confesó poco después. Lo que tendrán que decir los cinco hombres y las cuatro mujeres que forman el jurado popular es si la condena tiene que ser por asesinato o por homicidio. La Fiscalía y la acusación particular –que representa a la familia de la menor– piden que se le condene por asesinato y también agresión sexual a la niña, mientras que la defensa del acusado quiere que sea por homicidio en legítima defensa, bajo la influencia de las drogas y sin delito sexual. El abogado de la familia ha descrito la escena del crimen como un “espectáculo dantesco” cometido por alguien “calculador que sabía perfectamente” lo que hacía, como sostiene la fiscal.

En cambio, la tesis de la abogada del hombre es que él vivía “una situación de caos” porque su madre se moría y esto, sumado al consumo de drogas, hizo que “perdiera el contacto con la realidad”. “Veía que se estaba defendiendo de un atacante”, ha asegurado sobre el asesinato de la menor. Las dos hermanas del acusado han mantenido que tomaba drogas a pesar de que nunca lo habían pillado consumiendo. En sus testimonios, han definido al hombre como alguien “aislado” que había trabajado de cocinero, que acostumbraba a encerrarse en su habitación del piso de los padres y que pedía dinero. También ha declarado la ex pareja del acusado, que ha explicado que el día del crimen la hija que tienen en común vio a su padre “extraño”, motivo por el cual había marchado del piso.

La abuela de la niña ha descrito el hombre como alguien que “no miraba nunca a la cara ni a los ojos”, que siempre iba con la cabeza gacha pero que hasta entonces no había dado problemas. La Fiscalía y la acusación particular quieren que se le aplique la prisión permanente revisable, lo cual dependerá del veredicto del jurado porque al menos tiene que considerar al hombre responsable de asesinato.

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