Pisos colmena

Los 'pisos colmena' vuelven a la ofensiva en Barcelona a pesar de las dudas legales

La empresa Haibu 4.0 admite que todavía tiene infraviviendas sin licencia activas mientras el Ayuntamiento promete perseguir la reactivación

Bru Domingo
2 min
Las obras de los pisos colmena en un local de la Bordeta ayer, cuando una comitiva municipal intentó sin éxito precintarlo.

BarcelonaCiento veinte euros al mes por vivir en una furgoneta aparcada en la calle y tener acceso a un espacio de cotrabajo donde se puede cocinar, trabajar o ir al lavabo: esta es la nueva fórmula con la que Haibu 4.0, la empresa impulsora de los polémicos pisos colmena en Barcelona, pretende volver a la ofensiva para implantarse en la capital catalana.

La empresa, que no detalla cuántos clientes ni tampoco cuántas furgonetas tiene, alegando "motivos jurídicos", asegura que ya ha inaugurado esta semana el primero de los siete locales de cotrabajo que quiere abrir en Barcelona. Según afirman sus promotores, el nuevo planteamiento tendría encaje legal y evitaría que se repitiera la situación de hace cuatro años, cuando el Ayuntamiento de Barcelona paró las obras en los pisos y precintó las viviendas, puesto que no disponían de licencia. Aun así, el consistorio ya ha manifestado que no permitirá ningún proyecto de este tipo en la ciudad, puesto que los considera "indignos, inmorales y peligrosos", y ha anunciado a través de la regidora de Vivienda, Lucia Martín, que desde la Unidad Antiacoso del Ayuntamiento se perseguirá "cualquier intento de reactivar el negocio ilegal de los pisos colmena".

Desde Haibu 4.0, en cambio, afirman que el nuevo proyecto tiene total cobertura legal, y que tendría que poder operar con normalidad. Para justificarlo, ponen el énfasis en la nueva distribución de los espacios planteada. Mientras que en los pisos precintados en 2018 los usuarios dormían en infraviviendas de menos de tres metros cuadrados situadas dentro de los pisos, en el proyecto actual los usuarios hacen noche en furgonetas sin motor aparcadas en la vía pública, y solo van a los pisos para disponer de servicios básicos como por ejemplo duchas, lavabos y zonas de trabajo con conexión a internet. Los promotores, pues, alegan que no existe ninguna normativa que impida que la gente duerma en vehículos y que se limite a usar los pisos colmena como zonas comunitarias asimilables, según la empresa, a espacios de cotrabajo.

A pesar de que la empresa reivindica la nueva fórmula con furgonetas como legal, fuentes de la compañía reconocen a este diario que todavía disponen de algunos pisos colmena activos y sin licencia –tanto viejos como nuevos– repartidos por Barcelona y su área metropolitana. Al mismo tiempo, no tienen ningún problema en admitir que continúan trabajando para construir más, esta vez en una macronave "con capacidad para 500 personas".

Un encaje legal cuestionado

Al margen de las tesis de los impulsores de los pisos colmena, el abogado especialista en derecho de la vivienda Pablo Feu apunta que los siete locales anunciados por Haibu 4.0 implican en ellos mismos "un fraude de ley", puesto que hacen pasar un espacio donde se hacen actividades propias de una vivienda (cocina, duchas, salas de estar…) por un supuesto espacio de cotrabajo. Por otro lado, la nave industrial que Haibu 4.0 tiene previsto abrir sería ilegal, según el abogado, si se tiene en cuenta que sin licencia no se puede compatibilizar la actividad comercial con la vivienda. Los 24 metros cuadrados de superficie mínima que la ley establece para cualquier habitación puesta en alquiler, además, también harían inviable legalmente que espacios que apenas miden tres metros cuadrados puedan ser considerados una vivienda digna y no una infravivienda, concluye Feu.

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