Fauna

Rakus, el primer orangután visto curándose a sí mismo con un ungüento de plantas medicinales

Un estudio de investigadores alemanes e indonesios comprueba cómo el animal seleccionó hojas que los humanos utilizan para la malaria o la disentería

ARA
3 min
La herida cutánea bien visible en el rostro de 'Rakus'.

BarcelonaLa automedicación podría no ser sólo un ejercicio humano. Al menos ahora se ha documentado un caso en la fauna. Se trata del Rakus, un macho orangután que vive en la isla indonesia de Sumatra y que sorprendió a la comunidad científica cuando fue capaz de elegir una planta de la selva y aplicarse la sobre una herida cutánea en la cara.

Esta historia comienza a media mañana del 22 de junio del 2022, cuando se observa que Rakus tiene una herida abierta en la cara, posiblemente fruto de una pelea con algún otro macho. Hasta aquí, nada fuera de la ley de la selva. La gran sorpresa del equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Alemania y de la Universidad Nacional de Indonesia es que, horas después, el animal seleccionó cuidadosamente las hojas de una planta y después de masticarse las bien aprovechó el zumo resultante para cubrir la lesión cutánea.

La planta en cuestión no es cualquiera, sino la Fibraurea tintoria, una trepadora muy habitual en esta zona protegida de Sumatra y que los residentes locales también utilizan con fines medicinales para los beneficios en el tratamiento de la disentería, la diabetes o la malaria. Los científicos observaron que el orangután untaba repetidamente el líquido resultante de mascar las hojas y las aplicaba después directamente a la lesión, al igual que hacen los humanos para curar una herida, según explica la primatóloga y bióloga cognitiva Isabelle Laumer, quien ha dirigido la investigación. Incluso, tras untarse la herida, Rakus se mantenía relajado y descansaba, como se recomienda a los humanos tras la aplicación de un remedio.

Cinco días de seguimiento

Los científicos siguieron los movimientos de ese orangután. Todos los días la herida presentaba mejor aspecto, hasta que al sexto día se comprobó que la herida había cerrado bien, es decir, había cicatrizado correctamente y no presentaba ninguna irregularidad ni muestra de infección. Lo raro es que los orangutanes no tienen en su dieta habitual la Fibraurea tintoria, lo que hace sospechar que no fue casualidad la elección, precisamente, de estas hojas, porque, además, hizo una pasta masticada con la voluntad de cubrir sólo la parte lesionada de su cara, ninguna otra parte de su cuerpo . "Según nuestro conocimiento, éste es el primer caso documentado de tratamiento activo de heridas con una especie vegetal con propiedades médicas por parte de un animal salvaje", apunta Caroline Schuppli, bióloga evolutiva del instituto y una de las autoras principales de linforme publicado en la revista Scientifics Reports.

Mosaico de fotografías en las que se aprecia la curación progresiva de la herida del Rakus.

De la observación del Rakus, el equipo de científicos señala que las capacidades cognitivas que se necesitan para su comportamiento de autocurarse con una planta "pueden ser tan antiguas como el último antepasado común de orangutanes y humanos". Es decir, hace 13 millones de años, cuando ambas especies se separaron. "Sin embargo, aún está por investigar cuáles son exactamente estas capacidades cognitivas. Mientras que esta observación muestra que los orangutanes son capaces de tratar sus heridas con plantas, no sabemos hasta qué punto entienden el proceso", detalla la investigadora.

En este punto, Laumer indica que el gesto de aplicarse el remedio natural sobre la herida podría ser fruto de una "innovación individual accidental" del Rakus, que descubriera accidentalmente el poder de sanación mientras se alimentaba de Fibraurea tinctorioay, por tanto, se untara "sin querer el jugo de la planta a sus heridas". Pero la propia investigadora apunta que el orangután también podría haber aprendido ese comportamiento de otros compañeros de especie de su área de nacimiento.

La planta en cuestión es rica en furanoditerpenoides y alcaloides de protoveratrina, que se sabe que tienen propiedades antibacterianas, antiinflamatorias, antifúngicas, antioxidantes y otras actividades biológicas relevantes para la cicatrización de heridas. Ahora el equipo investigador tendrá que corroborar, en un estudio que se publicará el próximo año, si efectivamente Rukus es el primer animal no humano que ha hecho un ejercicio de autocuidado y entra en el libro de la historia.

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