“Hemos tenido que reforzar las medidas anticovid por la variante británica”

El Hospital de Olot detectó la nueva mutación en el brote que sufrió en enero

El Hospital de Olot ha detectado la variante británica entre los contagiados afectados por el brote que sufrió a principios de enero

Girona/BarcelonaEra la noche del 31 de diciembre cuando el director médico del Hospital de Olot, Jaume Heredia, recibió una llamada urgente de los responsables del centro. Habían detectado que dos profesionales que trabajan en la unidad covid habían dado positivo y que había dos pacientes no-covid que presentaban síntomas. “Saltaron todas las alarmas: en seis meses prácticamente no habíamos tenido casos de transmisión y, de golpe, dos trabajadores y dos pacientes se habían contagiado”, recuerda Heredia, que relata que siguieron el protocolo e hicieron un cribaje en todo el hospital. El resultado: diez pacientes y tres profesionales contagiados, que aumentaron los días posteriores hasta diecisiete enfermos y once trabajadores.

“No entendíamos cómo, haciendo las mismas cosas que antes, habíamos podido tener esta explosión de casos entre el personal y los pacientes”, admite Heredia, que se reunió con el resto de responsables del centro para intentar averiguar qué podría haber provocado el brote. “Planteamos varias hipótesis: ¿nos habíamos relajado con alguna medida? ¿No estábamos limpiando lo suficientemente bien? ¿O teníamos la variante británica?”, se preguntaban. 

Después de comprobar que se habían cumplido todos los protocolos aplicados, el 11 de enero decidieron enviar a secuenciar una muestra de una de las personas infectadas para mirar si era de la variante británica. Y, a la semana siguiente, confirmaron sus sospechas: uno de los contagiados tenía la nueva mutación. “Avisamos a Vigilancia Epidemiológica e hicimos investigación de otros casos: con una sola muestra no puedes sacar ninguna conclusión”, indica el director médico, y añade: “Y sí, encontramos un cierto número de casos, pero todavía tenemos que determinar en qué grado está corriendo”, puntualiza.

Mascarillas FFP2 para todo el personal

Paralelamente al brote del hospital, las autoridades sanitarias detectaron que se incrementaban exponencialmente los contagios en la Garrotxa, especialmente a partir del 9 de enero. “En tres o cuatro semanas se multiplicaron por diez el número de casos, era evidente que pasaba algo”. Ante esta situación, el equipo directivo del hospital decidió volver a repensar todas las medidas de protección. 

“Sabemos que la variante tiene una transmisión más alta, de entre un 50% y un 70%, y que se concentra de manera mucho más elevada en el aire. Había que aumentar todas las medidas un grado de seguridad”, destaca Heredia. Así, hasta enero, todos los profesionales que trabajaban en la unidad covid iban con mascarillas FFP2 y una quirúrgica y el resto del hospital solo llevaban la quirúrgica. “Ahora en la unidad covid vamos con mascarillas FFP3, gafas estancas y bata impermeable. Y, en el resto del centro, todo el mundo va con FFP2”, indica el director médico, que también relata cómo revisaron todos los circuitos de ventilación e instalaron purificadors y filtros de aire en las diferentes unidades para tratar de reducir los niveles de concentración del virus en el ambiente.

Heredia, además, subraya que ahora hay que analizar las edades de los contagiados por la variante británica para intentar prever la presión hospitalaria que sufrirán próximamente. "Si la mayoría son menores de 40 años, habrá una repercusión menor en el hospital, pero si corre entre mayores de 50 años, me preocupa mucho más", admite el director, que recuerda que el Hospital de Olot no tiene UCI, sino camas para pacientes agudos, y que los tienen que trasladar cuando empeoran.

Más transmisión

El Hospital de Olot no es el único centro donde han detectado la presencia de la variante británica. También la han localizado en la residencia Monstacopa de la capital de la Garrotxa. Según ha explicado el coordinador de residencias en la región de Girona, Xavier Arrebola, el 31 de diciembre comprobaron que una trabajadora dio positivo. Hicieron el cribajea todos los residentes y empleados y detectaron diecisiete residentes y cinco trabajadores más contagiados.

“Desde el primer momento se aplicaron protocolos: se aisló a los positivos y se sectorizó el centro”, certifica Arrebola, que también relata que, a pesar de las medidas anticovid, no dejaron de salir positivos. “La dirección del centro no se lo explicaba, tuvo otro brote en septiembre y lo pudieron controlar muy bien. Pero ahora, aplicando el mismo protocolo, vimos que las cifras seguían creciendo y que salían positivos de todas partes”.

Con el asesoramiento de los técnicos de Salud Pública analizaron todos los circuitos y protocolos, pero no encontraron ningún error y decidieron enviar a secuenciar una muestra de un positivo. “Nos confirmaron que era de la variante británica”, señala el coordinador de residencias, que, por su experiencia, confirma la mayor capacidad de contagio de la mutación. “Mi sensación y percepción después de tratar muchos brotes en residencias es que la británica es más contagiosa”. En la residencia de Olot el brote provocó un total de 14 muertos y contagió a 114 personas: 59 residentes y una cuarentena de trabajadores.

Cribaje en las escuelas

Para intentar cortar las cadenas de contagio e intentar reducir la incidencia del virus, el departamento de Salud empezará mañana un cribaje en seis centros escolares de la Garrotxa, donde se ha detectado un índice más elevado de casos. El primero será el IES Garrotxa y, los días siguientes, se seguirá por las escuelas Pia, Pla de Dalt, Sant Roc, el Institut Bosc de la Coma y la Escola Joan Maragall de Santa Pau. Además, la conselleria está estudiando si impulsa otras medidas para parar los contagios en la Garrotxa, donde parece que no tienen freno después de semanas en crecimiento exponencial. 

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