100 millones de toneladas al año: el CO₂ que los bosques de Europa ya no pueden absorber
Un estudio publicado en 'Nature' revela que se ha reducido en un tercio la capacidad de los árboles europeos para absorber carbono
Cerdanyola del VallèsLos bosques, aliados clave en la lucha contra el cambio climático por su capacidad de absorber dióxido de carbono (CO₂), están perdiendo eficacia en Europa.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista Nature, liderado por Mirco Migliavacca, investigador del Joint Research Centre y con la colaboración del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y el CSIC, alerta de que esta capacidad de secuestro de carbono está en clara disminución. La investigación muestra cómo la absorción anual de carbono forestal en Europa ha caído de 457 millones de toneladas de CO₂ entre 2010 y 2014 a 332 millones de toneladas absorbidas cada año entre 2020 y 2022. Esto representa una reducción de cerca de un 30% en sólo una década, pero datos de 2025 "van en la misma línea y el declive podría ser aún mayor".
Este descenso pone en grave riesgo los objetivos climáticos de la Unión Europea, que se ha comprometido a alcanzar la neutralidad climática en 2050. En este marco, se había fijado para 2030 una meta de absorción de 310 millones de toneladas de CO₂, una cifra que, a la vista.
Causas más allá del cambio climático
Las causas detrás de ese declive en la capacidad de absorción de carbono de los bosques europeos son múltiples y están interrelacionadas. Peñuelas señala que entre las causas principales se encuentra "el aumento de la tala de árboles", impulsada por una demanda creciente a escala europea y global y el aumento de perturbaciones naturales como incendios, tormentas y plagas, a menudo seguidas de tales prematuras para retirar la madera muerta o quemada. Además, la reducción de las repoblaciones y el envejecimiento de los bosques también limitan su crecimiento y capacidad para absorber CO₂.
Peñuelas también destaca que "las oleadas de calor y las sequías, cada vez más frecuentes, reducen el crecimiento de los árboles" y afectan directamente a su productividad, así como "el aumento de incendios, plagas y tormentas, que incrementan la mortalidad de los árboles".
Una gestión forestal inteligente para revertirlo
Los autores del estudio proponen "implementar políticas integradas" para hacer frente a la problemática de los bosques europeos. El investigador del CSIC señala que estas políticas deben ir dirigidas, en primer lugar, a "mejorar la monitorización y el seguimiento de los flujos de carbono y la salud de nuestros bosques, no sólo los catalanes, sino todos los europeos, mediante el uso combinado de datos satelitarios y datos terrestres".
En paralelo, el estudio defiende una transformación profunda en la forma de gestionar los bosques europeos. La gestión forestal debe tener otros objetivos más allá de producir madera. "Hay que apostar por una gestión sostenible y climáticamente inteligente que considere los bosques como espacios que nos aportan muchísimos más servicios aparte de la producción de madera, como la protección del suelo, la regulación del ciclo del agua y el hábitat para la fauna y la flora. Y hay que entender que los bosques con más especies y con estructuras más resilientes al cambio climático," apunta Peñuelas.
El estudio propone un equilibrio entre la actividad productiva, como la tala, y la conservación de los hábitats naturales, y recomienda una gestión forestal que combine bosques de diferentes edades y niveles de protección. Así, se alternarían áreas destinadas a la producción sostenible con zonas de conservación estricta, lo que favorece la biodiversidad y ayuda a mantener el carbono almacenado en madera viva, madera muerta y suelo.
En cuanto a la reforestación, los expertos alertan de que será fundamental seleccionar cuidadosamente los lugares para plantar nuevos árboles en Europa, ya que la escasez de agua condicionará el éxito de estas iniciativas. Por eso, esta estrategia sólo será viable en zonas con condiciones climáticas favorables.