Salud

Comer mal aumenta el riesgo de sufrir depresión

Investigadores catalanes defienden tener en cuenta la dieta para tratar trastornos mentales

Los alimentos altamente procesados estimulan al cerebro más rápidamente que algunas drogas.

BarcelonaLa depresión es un trastorno mental que tiene muchos factores de riesgo. Algunos no pueden modificarse, como la propia genética o los hechos traumáticos que te pueden suceder a lo largo de la vida. Otros, en cambio, sí pueden modificarse y tienen un impacto en el riesgo de desarrollar depresión o pueden ser un factor de intervención de una persona que tiene depresión. Un ejemplo es la dieta. Comer bien y de forma saludable puede tener un efecto protector frente a este trastorno, según un estudio del Instituto de Investigación del Hospital del Mar.

"Es un factor más a tener en cuenta. Se necesitan políticas públicas para mejorar la dieta de la ciudadanía e incluir la nutrición en los tratamientos de la depresión", defiende al ARA Camille Lassale, investigadora del Instituto de Investigación del ' Hospital del Mar que ha participado en la investigación. La revista European Journal of Nutrition ha publicado el estudio, que también ha contado con la participación del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), el CIBER de Enfermedades Cardiovasculares (CIBERCV) y el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal).

Los autores han evaluado cuatro tipos de alimentación: la dieta mediterránea, una dieta para prevenir la hipertensión, una dieta vegetariana y una última recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Todas ellas coinciden en determinados grupos de alimentos, como fruta, verdura y legumbres, así como en la limitación de la ingesta de carne roja y alimentos procesados. Ahora bien, Lassale remarca que existen diferencias en el consumo de pescado, lácteos y azúcar.

Los investigadores han incluido a más de 3.000 personas en el estudio, todas registradas en el Registro Gironí del Cor (Regicor). Los autores les realizaron un seguimiento durante seis años y, al final del período, se les sometió a un cuestionario para determinar si presentaban síntomas de depresión. Un 6% (184) la tenían, y menos del 2% sufrían depresión severa. Según Lassale, la dieta que mejores resultados presentó fue la mediterránea. "Debería incorporarse como medida de prevención de los trastornos de salud mental", insiste.

A su vez, un segundo análisis de los datos con cerca de 5.000 personas, esta vez teniendo en cuenta los datos del programa de analítica de datos para la investigación y la innovación en salud (PADRIS) de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Cataluña (AQuAS), permitió asociar directamente dieta y diagnóstico de depresión. El riesgo de desarrollar depresión era un 19% menor si se tenía en cuenta la dieta saludable propuesta por la OMS.

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