Gripe todo el año y bronquiolitis antes de tiempo: el covid ha revolucionado los virus estacionales
Los expertos señalan que los virus respiratorios han cambiado su comportamiento típico y circulan durante todo el año
BarcelonaLa temporada de los virus respiratorios ya ha empezado. Los datos evidencian un aumento de todas las infecciones respiratorias agudas —eminentemente la gripe, el que causa la bronquiolitis infantil (VRS) y el covid— después de dos años en los que el coronavirus campava a su aire. Los expertos consultados por el ARA avisan de que el comportamiento de los microorganismos ya no es tan típico: no parecen tan estacionales y, además, se desconoce qué duración e intensidad pueden tener los brotes clásicos. La gripe está lejos de los niveles epidémicos, según el Sistema de Información para la Vigilancia de Infecciones en Catalunya (Sivic) con datos de la semana de el 26 de septiembre al 2 de octubre, pero su presencia es continuada desde el marzo pasado, cuando se relajaron las medidas de contención como la mascarilla. Y desde hace unos días se observa un repunte precoz de bronquiolitis infantil que, si bien no supone un problema para el sistema sanitario, pone en guardia a los pediatras, todavía sorprendidos por los picos fuera de temporada, en verano y el septiembre pasado.
Tradicionalmente, y sabiendo que los virus pueden ser imprevisibles, la gripe acostumbra a circular y causar más estragos entre los meses de diciembre y febrero, mientras que el VRS tiene su auge entre noviembre y diciembre. "Ahora todos los virus clásicos vuelven a circular. Son los mismos de antes, sí, pero el calendario y su presentación no son los mismos", afirma el epidemiólogo del Hospital Clínic Antoni Trilla. Coincide con él el director clínico del Servicio de Pediatría del Hospital Germans Trias i Pujol, Carlos Rodrigo: "Ha cambiado la epidemiología de los virus y no sabemos los motivos concretos. Solo se salvan los rinovirus, los causantes de los resfriados comunes, y ya durante la pandemia sobrevivieron al covid". Los expertos apuntan a la pandemia, que ha desplazado durante mucho tiempos a otros virus, y a factores climáticos, como las condiciones de temperatura y humedad que ha alterado el cambio climático, para intentar explicar este cambio de comportamiento.
"Esta parece una temporada atípica: la gripe nos han acompañado casi todo el año y las detecciones de VRS, que otros años todavía no habríamos visto, ya sugieren que estamos a las puertas de un nuevo pico epidémico", resume Andrés Antón, jefe de la unidad de virus respiratorios del servicio de microbiología del Hospital de la Vall d'Hebron. La gripe, a estas alturas con unos 10 casos por cada 100.000 habitantes, sigue en niveles de circulación bajos, pero si antes prácticamente desaparecía durante buena parte del año, ahora el goteo de contagios parece más estable anualmente. De momento, el gran pico se dio la primera semana de abril (con 64 casos por cada 100.000 habitantes), pero la tasa de diagnósticos para la primera semana de octubre, el momento a partir del cual arranca oficialmente la vigilancia de virus respiratorios, multiplica por 6 la tasa de la misma semana de la temporada 2020-2021; por 17 la de los años 2019-2020, y por 7 la de los años 2018-2019. Y solo esta semana se están registrando un 40% más de contagios de la gripe que el anterior, sobre todo entre los niños de 5 a 14 años.
El jefe del servicio de pediatría del Hospital Sant Joan de Déu, Juanjo García, califica de “nada habitual” la circulación tan sostenida y temprana en el tiempo de estos dos virus. A pesar de que confía que el otoño y el invierno puedan acabar siendo muy similares a los de antes de que estallara la pandemia, también admite que posiblemente la estacionalidad de estos microorganismos “ya no acabe de ligar” con la que tenían hasta ahora. “El virus sincitial se ha avanzado un poco y empezamos a ver algunos casos de niños que se han contagiado en la escuela o porque el hermano se lo ha pegado. Si los últimos dos años no veíamos tantos, a pesar de que seguro que había, era porque había muchas medidas de distanciamiento físico”, explica. Como siempre, el VRS se ensaña especialmente en los menores de 2 años, que son también los más vulnerables a sufrir problemas graves por el contagio.
Con todo, el sincitial también está afectando a niños más grandes que no se contagiaron en los últimos dos años por protección del covid y que se espera que pasen el virus más levemente que si lo hubieran cogido de lactantes. "Siempre será mejor cogerlos a los 3 años que a los 3 meses", dice Rodrigo. García matiza que de la gripe todavía no se han tenido que visitar niños en el hospital y que la gran mayoría de cuadros clínicos compatibles se atienden en la atención primaria, que es la puerta de entrada al sistema sanitario. Así, las urgencias pediátricas, uno de los puntos más débiles en los hospitales cuando empiezan a llegar los meses más fríos del año, siguen tranquilas.
"Ojalá haya epidemias más repartidas"
Los expertos están a la expectativa. Para Trilla, es importante tener en cuenta que la labor de vigilancia epidemiológica que se hace ahora no tiene nada que ver con la que se hacía antes, pero también subraya que la epidemiología ha tenido que hacer un reset después del covid. "Hacía dos años que estos virus estaban parados y ahora vuelve a haber cocirculación, no podemos asegurar que se seguirán unos patrones normalizados. Cuando se den más condiciones de frío y de vida en el interior, veremos qué pasa. Pero esperamos estos virus", explica. Y lo mismo pasa con el covid, que vuelve a estar en aumento entre personas de más de 65 años, si bien la tasa se mantiene estable con 42 casos por cada 100.000 habitantes. "Ahora bien, tampoco sabemos si el SARS-CoV-2 tendrá una circulación más estacional y limitada o si veremos más brotes a lo largo del año", plantea García.
La ilusión de los especialistas consultados es que el adelanto del calendario permita que el goteo de contagios siga dándose el máximo de tiempo posible y que las vacunas se administren con tiempos para proteger a la población más vulnerable. "Así se evitaría un impacto grave en las urgencias", concluye Rodrigo. De momento, continúa, hay que estar preparados pero no preocupados: "Y ojalá en vez de tener todas las epidemias a la vez de noviembre a febrero se repartan más en el tiempo". Para Antón, esta circulación y exposición casi continuada a los virus podría ayudar, porque inmunizaría progresivamente a la población y no tendría las consecuencias de una entrada viral repentina.
El comportamiento del virus en el hemisferio sur acostumbra a dar pistas de cómo podrían comportarse las epidemias en nuestra casa. "Australia ya ha visto gripe temprana y con más casos entre niños, pero no de gravedad. No sabemos si aquí nos afectará igual o no, pero siempre hay que estar atentos", dice Trilla. Pero Antón es algo más escéptico con esta comparativa: "No podemos hacer el mismo relato que hacíamos en temporadas anteriores, porque Australia fue uno de los últimos países en abrir fronteras y limitó la introducción y transmisión de los virus. ¿Y si ahí la población estaba menos expuesta e inmunizada que aquí?"