El H5N1 es un virus aviario y, por tanto, afecta sobre todo aves salvajes y aves de granjas. Lo que circula por América es diferente a lo que hay en Europa y los expertos ven poco probable que la mutación del otro lado del Atlántico llegue aquí, ya que hay pocas migraciones de pájaros que vayan de un continente a el otro. Aquí llegan aves infectadas mayoritariamente en otoño, cuando vienen de latitudes más al norte como Siberia: entran en Europa por Finlandia y van bajando en busca de climas más cálidos. El riesgo de gripe aviar es mayor en el norte de Europa, porque cuando estos pájaros llegan lo hacen cargados de virus y, a medida que van bajando, ya no excretan tantos patógenos. Las aves acuáticas, como patos, gansos y gaviotas, son reservorios naturales de la gripe aviar, es decir, son los principales huéspedes de esta enfermedad. El virus es capaz de infectar estas especies de forma muy eficiente y se replica con facilidad, ya que excretan en grandes cantidades. Además, estas aves no muestran síntomas, por lo que son especies de especial interés en cuanto a la vigilancia y, cuando hay circulación de la enfermedad, es necesario ir a deltas de ríos y humedales para analizar estos animales diana del virus .
¿Hay que preocuparnos la propagación de la gripe aviar en mamíferos?
Cataluña reforzará la vigilancia del virus con un protocolo dirigido a animales salvajes como zorros y hurones
Barcelona"Nunca nos hemos encontrado con una situación como esta. El H5N1 [responsable de la gripe aviar] es un virus que puede infectar a muchas especies de aves y mamíferos con un rango geográfico muy amplio. Tenemos que estar alerta, aunque que tampoco hace falta alarmarse. Queremos conocer hasta dónde puede llegar, por qué lugares del mundo circula y protegernos", avisa la investigadora de virus aviarios Kateri Bertran, del Centro de Investigación en Sanidad Animal del Instituto de Investigación y Tecnologías Agroalimentarias (IRTA-CReSA). Este 2024 se ha reportado la primera muerte humana por gripe aviar en el mundo y el virus cada vez es capaz de infectar más mamíferos, un escenario que ha activado algunas alarmas.
Ahora bien, ¿debemos preocuparnos? El riesgo de infección en humanos sigue siendo muy bajo y el de transmisión entre personas aún más. Sin embargo, su capacidad para infectar más y mejor ha cambiado la vigilancia que se hace de este patógeno, de acuerdo con las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés), que sugiere que también es necesario poner el foco en mamíferos salvajes. En Cataluña, se está acabando de cerrar un protocolo específico de vigilancia pasiva de la enfermedad en mamíferos carnívoros como zorros y hurones.
A partir de este año, pues, se analizará a estos animales cuando presenten sintomatología compatible con la infección o si se encuentran muertos en zonas de riesgo de circulación del virus, como lugares donde se detienen aves migratorias o lugares donde ya se hayan detectado animales infectados. Se trata de un sistema de vigilancia pasiva, es decir, que pone el foco en los animales que ya tienen síntomas o que están muertos, al igual que se hace con las aves salvajes. La autoridad europea recomienda ampliar esta vigilancia, porque se ha detectado un incremento de casos de infección en diferentes especies de mamíferos, como zorros, nutrias, tejones, colinas, hurones, linces y gatos. Por lo que respecta al resto del mundo, desde la EFSA advierten de las elevadas mortalidades en algunas especies, como los leones marinos en Sudamérica. "Seguramente hay más mamíferos de los que hemos constatado que son susceptibles" de infectarse, asegura Bertran, quien cree que puede haber casos sin identificar porque son asintomáticos.
Fuentes del departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, sin embargo, remarcan que este 2024 no se ha detectado circulación del virus en Cataluña ni en aves silvestres ni en aves de corral y que, hasta el día de hoy, no no hay ningún caso en mamíferos. Por tanto, la vigilancia pasiva en mamíferos, especialmente en carnívoros, tiene por objetivo realizar un seguimiento epidemiológico del H5N1 y de su adaptación a nuevas especies y, así, ver posibles cambios en la evolución del virus y evaluar el potencial riesgo de transmisión zoológica.
Síntomas neurológicos
Mientras que el virus en aves causa una infección respiratoria, en mamíferos suele provocar una infección neurológica con síntomas a los que no estamos acostumbrados cuando hablamos de gripe, como desorientación, perder el equilibrio, torcer la cabeza e incluso caminar en círculos, detalla Bertran. Desde Acción Climática inciden en otras señales como anorexia, apatía, hipersalivación, fiebre, respiración acelerada, descarga nasal y síntomas nerviosos. Por lo que se refiere a su efecto en humanos, la experta explica que ha habido muy pocos casos y que la comunidad científica está todavía a la expectativa, si bien se han encontrado personas infectadas con conjuntivitis y alguna lesión en el pulmón. "No supone un grave riesgo vital, pero los expertos indican que no debería tratarse sólo como una infección respiratoria", detalla la investigadora.
El hombre fallecido por gripe aviar no tenía antecedentes de exposición a aves de corral u otros animales, pero sí tenía problemas de salud previos, como insuficiencia renal y diabetes. A principios de abril empezó a sufrir fiebre, dificultades para respirar, diarrea, náuseas y malestar general, síntomas que le llevaron a ingresar en un hospital, donde murió el mismo día "por complicaciones de su situación". Ninguna de las personas con las que estuvo en contacto en el centro sanitario dio positivo del virus.