El padre de un niño con esquizofrenia: "Confundimos los síntomas con la adolescencia"
Uno de cada cuatro adolescentes con riesgo clínico de psicosis termina desarrollando este trastorno mental
Barcelona"Cuando tenía 13 años, Hugo empezó a comportarse de forma extraña y no sabíamos qué le pasaba", recuerda Edu, su padre. De repente, el chico no quería ir a la escuela, fumaba marihuana y tenía una actitud desafiante. Esta situación se fue agravando hasta que un día se peleó con otros chicos y acabó en el hospital. Desde ese momento, Hugo no quería salir de casa, se recluyó de todo y de todos, y con el paso de los meses cada vez estaba más encerrado en sí mismo. Un día la familia le oyó hablar solo. "Creíamos que era por miedo, pero al final vimos que había algo que no funcionaba", dice el padre. Poco después fue hospitalizado por un brote psicótico que le ha llevado a desarrollar esquizofrenia. Pensábamos que era cosa de la edad, pero confundimos los síntomas con adolescencia", admite este padre. Desde el diagnóstico, sin embargo, se acabaron las dudas y la incertidumbre y la familia sólo tiene un objetivo: 'Hugo se recupere y rehaga su vida. "Fue el principio de la solución a sus problemas", explica su padre. 17 y sigue en tratamiento. "Mi hijo ha tenido una psicosis persistente y todavía tiene síntomas. En casa lo vivimos como una carrera de fondo, tenemos una actitud positiva y continuaremos trabajando lo que sea necesario", asegura. Hugo a veces aún oye voces, pero son más lejanas que cuando empezó el proceso y tiene mecanismos para identificarlas : cuando las detecta, sabe que su jefe le está jugando una mala pasada y escucha música relajante y hace respiraciones profundas para ignorarlas. Tiene una fuerza brutal, se está saliendo adelante", destaca con orgullo Edu.
Aun así, Hugo aún toma una medicación muy fuerte y la familia no se pone objetivos de larga duración. Prefieren ir paso a paso. Como él, el Hospital Sant Joan de Déu atiende y hace seguimiento de 242 niños y niñas que tienen riesgo de tener psicosis, de los que 41 entraron en el circuito el año pasado. el Hospital Clínic, publicado en la revista European Child and Adolescent Psychiatry, uno de cada cuatro adolescentes con este riesgo clínico acaban desarrollando el trastorno mental a los 18 meses.
La jefa del área de salud mental de San Juan de Dios, Montserrat Dolç, advierte que el debut de la psicosis a menudo está en la adolescencia, por lo que los investigadores del centro trabajan con este grupo de edad para identificar posibles factores y minimizar su riesgo. Entre los distintos tipos de psicosis, la más prevalente es la esquizofrenia, una enfermedad que se diagnostica a partir de una serie de signos y sintomatología, pero que tiene un criterio de temporalidad muy importante. Es decir, es necesario que estos síntomas sean prevalentes en el tiempo para realizar un diagnóstico. "Hay que ser muy cuidadosos, sin infradiagnosticar, pero sí mirar bien cada caso y actuar con prudencia", afirma el psiquiatra del propio hospital Daniel Muñoz.
Implicación de toda la red
"Me ha costado mucho entender la situación de Hugo. No entendía qué le pasaba, el hecho de que unas voces le hablaran. En el hospital me han ayudado a entenderlo y asumirlo", detalla Edu sobre las primeras semanas desde el diagnóstico de su hijo, en el que tuvo que enfrentarse a los prejuicios asociados a la enfermedad. El centro trabaja más allá del ámbito farmacológico y realiza un trabajo conjunto con la familia y la escuela del paciente para que todo el mundo entienda qué le pasa y tenga herramientas para gestionar esta nueva situación. "Ponemos el foco en todo lo que rodea al niño. La fortaleza de la intervención infantojuvenil es esa mirada global", destaca Muñoz.
La familia de Hugo se ha sentido acompañada en todo momento, por los profesionales del centro y también por otros padres del hospital, con los que han hecho un grupo para compartir experiencias y cerrar filas. Edu explica que hay familias menos optimistas, pero ellos no bajan los brazos en ningún momento. "Saldrá de todo esto, estoy convencido", destaca.
Transición al centro de adultos
Cuando estos pacientes son mayores de edad, el hospital inicia una transición para vincularlos a la red de atención de adultos. Es un proceso que hacen de forma "muy cuidadosa" para que todo salga bien, en colaboración con los servicios sociales, y sólo les dan el alta cuando se aseguran que están firmemente vinculados a la red, aseguran desde el Sant Joan de Dios. Aun así, Edu muestra su preocupación para cuando llegue ese momento, ya que están muy satisfechos del trato que ha recibido toda la familia. "Los centros de salud mental de adultos carecen de los mismos recursos", se lamenta. Ahora bien, asegura que van a luchar para que su hijo tenga el mejor apoyo y acompañamiento posibles.
El padre también sufre por si, en un futuro, Hugo tiene recaídas. Quiere que su hijo sea consciente de su enfermedad. "Quiero que se cuide, pero también que se empodere y que sepa que no tiene limitación alguna, solo que no hay que soltar". Mientras esta transición no llega, Hugo sigue vinculado al hospital y, de momento, sólo quiere estar tranquilo y terminar el curso de jardinería y el tratamiento.