Salud

Vivir las 24 horas conectada a una máquina para poder respirar: "No fume, por favor"

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica es la cuarta causa de muerte en el mundo y afecta al 10% de personas en el Estado

BarcelonaGemma lleva dos años viviendo permanentemente conectada a una máquina sin la que no podría respirar. Tiene 69 años y siempre ha sido muy deportista, le apasiona hacer excursiones y siempre ha ido con su marido arriba y abajo en autocaravana. Ahora ya no puede ir a cosechar setas ni bañarse en el mar y debe vigilar la altitud a la que se encuentra cuando está en la montaña por culpa de la insuficiencia respiratoria que sufre, llamada enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), que está muy vinculada al tabaquismo. Ella llevaba diez años sin fumar cuando le diagnosticaron esta enfermedad crónica, pero antes de dejarlo estuvo más de 30 años fumando un paquete diario. "Fui al médico por una neumonía cuando tenía 50 años y me dijo: «O lo dejas, o no llegas a Navidad», recuerda desde el comedor de su casa.

En total, Gemma necesita hasta cuatro máquinas en su día a día. Una que utiliza por las mañanas, otra por las noches, una de las grandes, una de las grandes portátil, más pequeña, que tiene una autonomía de seis horas, para cuando sale de casa. gustan. Sin embargo, la patología no tiene cuidado y cada vez la limita más. Miradme a mí y ya sabréis hacia dónde vas".

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Como Gemma, hay unas tres millones de personas en el Estado que padecen esta enfermedad, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, que advierte que hay un gran infradiagnóstico del todo y el causante de todo el mundo y el 75% de los casos. curable, es prevenible y tratable si se actúa a tiempo, explica Adriana Pascuas, fisioterapeuta respiratoria y jefe asistencial de Esteve Teijin en Catalunya, compañía que ofrece tratamiento a 6.000 catalanes con EPOC La experta sostiene que el diagnóstico precoz y la adherencia al tratamiento son los principales retos actualmente, mucosidad matinal y sensación de ahogo, especialmente entre personas fumadoras, ya que es la principal causa de la enfermedad.

Entre dieciséis y dieciocho horas diarias de oxígeno

Pascuas también defiende que deberían hacerse cribados a los fumadores de más de 40 años que tengan estos síntomas, porque muchos de ellos los normalizan y no consultan a un médico hasta que no están en fases avanzadas de la enfermedad, cuando el pronóstico de los pacientes es más malo. Si un paciente que necesita oxígeno no lo utiliza, los órganos no reciben lo que necesitan y empeora rápidamente su capacidad funcional. Gemma recuerda una mañana en la que el cable se desconectó sin que se diera cuenta, estaba mareada y débil, no podía caminar. "Para que la terapia sea efectiva, es necesario utilizar el oxígeno entre dieciséis y dieciocho horas diarias como mínimo", expone la experta. Con este tratamiento, los pacientes tienen mayor facilidad para respirar, se corrige el bajo nivel de oxígeno en la sangre y se incrementa su supervivencia y su calidad de vida, añade.

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Esta dependencia, sin embargo, tiene riesgos. Gemma aún recuerda la inquietud que le provocó elapagón eléctrico masivo del 28 de abril, ya que sufría por si se quedaba sin el soporte de las máquinas que le proporcionan el oxígeno necesario. Siempre procura que el aparato portátil esté preparado para cualquier emergencia y ese día le bastó hasta que volvió la luz a su casa. "La puse al mínimo y me moví lo menos posible. Me senté en el sofá y leí hasta que volvió la luz, pero si no, habría tenido que ir corriendo al hospital –explica la paciente–. Cuando se marcha la luz, te pones en alerta porque nunca sabes cuándo volverá ni si la batería aguantará. Yo necesito oxígeno las 24."

Con todo, Gemma celebra que ninguno de sus dos hijos haya fumado nunca, seguramente porque sus padres fumaron mucho cuando ellos eran pequeños. Pascuas asegura que no existe ningún "umbral seguro" de tabaquismo y que fumar poco no elimina el riesgo de EPOC. También sostiene que haber dejado de fumar años antes no evita la aparición de síntomas si el daño pulmonar ya estaba hecho, como en el caso de Gemma, y ​​que las personas que están expuestas al humo ambiental del tabaco –porque conviven con personas fumadoras– tienen mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Mientras, la cifra de fumadores en Catalunya se mantiene estable desde hace casi una década y la lucha contra el tabaco sigue estancada a la espera de que lleguen nuevas restricciones, como eliminar el humo de las terrazas de los bares y restaurantes.

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