Sinhogarismo

Tres cuartas partes de las mujeres sin hogar sufren violencia en la calle

El 35% del colectivo tiene formación profesional y universitaria y un 10% trabaja a tiempo parcial

Las mujeres que viven en la calle son más vulnerables que los hombres

MartorellPor cifras son muchas menos, pero las mujeres que sobreviven en la calle sufren más violencia que los hombres en la misma situación. Concretamente, tres cuartas partes de estas mujeres afirman que han sido víctimas de agresiones, frente a la mitad de los hombres, según una encuesta entre las personas que el centro Assís de Barcelona atendió el pandémico 2020.

Los datos confirman que en la calle las que peor lo pasan son las mujeres, porque quedan expuestas a ataques y agresiones, una situación que durante el confinamiento y los toques de queda todavía se ha intensificado más porque los peatones desaparecen de la vía pública. Para las mujeres, el recurso de la calle es el último porque a menudo tienen una red familiar o de amistades que las acogen cuando pierden el techo y esto hace que sean un colectivo invisibilizado, a pesar de que compartir una habitación o dormir en un sofá ajeno se considera sinhogarismo. Con todo, las políticas de asistencia a este colectivo se centran básicamente en un modelo de ayuda al hombre, que representa el 80% de las personas que viven en la calle. "Si vivir en la calle supone una amenaza real para la vida de las personas sin hogar, en el caso de las mujeres esta amenaza es todavía más grande", dicen desde el centro Assís, que dispone de 25 plazas en pisos compartidos para mujeres.

La encuesta reafirma que estas mujeres arrastran un largo historial de violencia previo y, de hecho, en muchos casos pierden la casa por huir de agresiones de parejas o padres. Así, a lo largo de la vida, ocho de cada diez han experimentado ataques psicológicos, físicos o sexuales, dos tercios son supervivientes de violencia machista y un tercio afirman que han sido agredidas sexualmente ya de adulta.

"Estos resultados señalan un mayor grado de vulnerabilidad no solo en las trayectorias previas, sino también una vez se encuentran en la calle", según los responsables del centro, que recuerdan que "en cualquier delito de odio, la misoginia se cuela con una facilidad extrema, por lo cual podemos observar diferentes formas de ejercer y expresar violencia por razón de género".

La radiografía de las mujeres sin hogar se completa con el detalle de que durante la pandemia ha aumentado el número de mujeres de origen español (7%) y representan la mitad del colectivo. Además, hay un 10% que tiene un trabajo a tiempo parcial pero la gran mayoría –seis de cada diez– están en el paro después de haber perdido un trabajo relacionado con los cuidados, un sector con mucha precariedad que como es a menudo informal no da derecho a prestaciones. De media ingresan 250 euros mensuales, cosa que supone un 22% menos que los hombres, unas cantidades que se revelan insuficientes para acceder en una vivienda digna. Hasta una tercera parte (35%) de estas mujeres tienen un grado de formación profesional o incluso estudios universitarios, y de estas, el 89% son mujeres migradas, que sobre todo en el supuesto de que no tengan la situación administrativa regularizada son más vulnerables porque no tienen derecho a recibir prestaciones como la renta garantizada y el ingreso mínimo vital, ni ayudas para acceder a una vivienda social.

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