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74 muertos y ningún culpable: así fue el incendio mortal en Londres que recuerda al de Valencia

El dramático accidente del 2017 en la capital británica calcinó la Torre Grenfell, que sigue de pie y abandonada

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Una panorámica de la torre de Grenfell, vista desde un barrio vecino

LondresDesde el andén exterior de la línea Central del metro de Londres, en medio de casas de dos o tres pisos como máximo, la Torre Grenfell sobresale envuelta en andamios y fundas ignífugas. Han colocado una tela en la parte superior que tiene un enorme corazón pintado de verde en el centro. Desde metros y metros de distancia se pueden observar las cuatro caras del edificio de 24 plantas. Pero ni el andamio ni el corazón, símbolo de la esperanza, pueden esconder el recuerdo de la tragedia que tuvo lugar la madrugada del 14 de junio del 2017.

El inmueble ardió como una antorcha a partir de un fuego generado en el piso cuarto por el mal funcionamiento de un frigorífico. El revestimiento del edificio con polietileno, que apenas llevaba meses acabado de colocarse a raíz de unas obras de restauración, y una serie de errores de los bomberos, que tardaron demasiado en evacuar a los vecinos, van convertir el edificio en una trampa mortal. El accidente se saldó con 74 víctimas, 72 de las cuales murieron esa misma noche. Otros dos murieron en el hospital, y un centenar largo de personas resultaron heridas de diversa consideración.

Pese a las múltiples diferencias, el devastador incendio de un bloque con 138 pisos en Valencia –de momento con cinco muertes confirmadas y una decena de desaparecidos– hace inevitable recordar la tragedia de la Torre Grenfell.

Como es habitual en Reino Unido, el choque generado por ese terrible accidente desembocó en la creación de una comisión de investigación que todavía, cuando hará siete años, no ha publicado las conclusiones finales. Pero algunos de los más de 320.000 documentos revisados ​​han permitido determinar por qué el incendio fue tan mortífero. La causa principal fue el material utilizado en la restauración, como los paneles de revestimiento Reynobond PE 55. Se trata de una capa de plástico altamente combustible, hecha a partir de polietileno y sujetada entre dos láminas de aluminio; materiales que también se sospecha que habrían favorecido el incendio del edificio de Valencia.

Sin conclusiones siete años después

Hace una década, al menos desde el exterior, la Torre Grenfell lucía y no parecía tener casi medio siglo de antigüedad. Pero los expertos convocados en la comisión aseguraron que el polietileno es como "gasolina sólida". Además, a la hora de probar su seguridad, se descubrió que dependiendo de cómo se colocaban los paneles de revestimiento eran más o menos propensos a propagar el fuego. O se hacía con un sistema de atornillado a unos marcos (remachado) pegados a las paredes maestras o bien se doblaban y colgaban de raíles ocultos (casetes). La compañía estadounidense que les vendía, Arconic, acabó suspendiendo su fabricación. Sin embargo, en el Reino Unido se calcula que todavía hay unas 700.000 personas que viven en pisos con peligro de incendio debido a los elementos utilizados para recubrir las fachadas.

Un bombero inspeccionando los restos del incendio de la Torre Grenfell, en el 2017.

En 2021, cuatro años después de la tragedia, el gobierno de Boris Johnson cambió la normativa en la construcción y seguridad de los edificios y creó un regulador de seguridad único, que tiene la obligación de conservar mapas de los edificios, salidas de evacuación e información sobre los materiales empleados en la construcción. Un año después se aprobó la ley sobre seguridad de edificios, que introdujo una serie de reformas en la antigua legislación para regular los diseños, revestimientos, construcción y ocupación de los edificios de más de 18 metros de altura o que cuentan con siete o más plantas y dos o más unidades residenciales.

Pero hay todavía un problema latente no resuelto. El revestimiento de más de cien edificios como el de la Torre Grenfell y de similar altura todavía no ha sido sustituido. Y el ministerio que se ocupa de esta área, el de Desarrollo Territorial, Vivienda y Comunidades, ha calculado que hay 140.000 arrendatarios que todavía viven en edificios de media altura –siete u ocho plantas– con "riesgo de incendio que amenaza" la seguridad de la vida".

¿Qué se hará de la torre?

Mientras, el gobierno todavía no ha decidido cuál es el futuro de la torre. Los vecinos afectados, que ven el revestimiento que cubre la vergüenza del incendio, están pendientes de una decisión que no llega. El informe final de la comisión de investigación debería publicarse no más allá de junio. Pero la redacción debe tener en cuenta las implicaciones legales que puede tener un texto que es un proceso completamente separado del litigio civil. Una vez publicado, la policía hará recomendaciones a la Fiscalía de la Corona sobre a quién debe acusarse y qué delitos. Esto comportará un caso penal que podría empezar en el 2025, ocho años después del incendio.

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