Crímenes en Cataluña: medio centenar de personas han muerto tiroteadas en los últimos cinco años
El arma homicida más frecuente es la navaja, según el Instituto de Medicina Legal
BarcelonaUna sala de autopsia es fría y brillante. Todo está limpio, es metálico y deslumbra, desde las literas hasta las lámparas, pasando por utensilios y neveras. Las salas de autopsia del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Cataluña (IMLCFC) están en el sótano de la Ciudad de la Justicia, una especie de hospital (el olor es similar) bajo tierra. Hay cuatro salas de autopsia doble y una individual. Entramos en la que hay, a través de un cristal, unas cuantas sillas. Como si fuera un cine, estudiantes y futuros jueces se sientan y observan cómo funcionan las autopsias.
Durante el primer semestre de 2025, el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses ha realizado 2.242 autopsias, hasta doce cada día. Y cada año hacen más. De todas ellas, sólo una pequeña parte son asesinados. El 65% son muertes naturales –cuando ocurren en personas menores de 30 años se llega a hacer una autopsia molecular– y sólo un 1,5% son crímenes. Alrededor del 10% corresponde a suicidios y los accidentes se acercan al 20%. El verano es una época intensa, porque también se practica la autopsia de las muertes por ahogamiento: en un 25% de estos casos se encuentra alcohol en sangre, pero el estado de salud o la edad del difunto juegan un papel clave.
En el caso de un homicidio, la clave es determinar la causa de la muerte. Las autopsias suelen durar entre una y dos horas. Sin embargo, cuando son crímenes y casos complicados, se pueden alargar cuatro horas. En estas disecciones no sólo se determina la causa de la muerte, sino que también se realizan análisis toxicológicos y se intentan extraer restos del autor entre el cuerpo de la víctima: un cabello, un pedazo de ropa, saliva... Cualquier indicio que pueda ayudar a la investigación policial.
Récord
En los últimos cinco años, de 2019 a 2024, el IMLCFC ha analizado los cuerpos de 345 personas asesinadas. El 68,7% eran hombres –el porcentaje de hombres autores de homicidios es también muy mayoritario– y el año con más crímenes fue en el 2023, con 70, una cifra récord que en el 2024 se logró rebajar un poco (64).
Un problema al alza, advierten los Mossos, es el aumento de la proliferación de armas de fuego. En los últimos cinco años, hasta 56 personas han pasado por las salas de autopsia del Instituto con heridas de bala. El año récord, de nuevo, fue en el 2023, con 18 fallecidos por arma de fuego. En los años anteriores ese dato nunca había pasado de ocho. El año pasado se cerró con nueve muertos por disparos.
Ahora bien, el arma homicida más frecuente en un crimen es la navaja. De los 345 homicidios analizados por el Instituto, hasta 169 se han cometido con un arma blanca. De forma estable, casi cada año se cometen una treintena de crímenes de esta tipología. Y ahí el perfil de víctima cambia: más del 30% son mujeres. Esto, según fuentes policiales, es así porque el arma blanca está presente en la mayoría de crímenes machistas, porque es lo primero que encuentra el agresor para dañar a la víctima.
Crimen organizado
En cambio, en el caso de las armas de fuego el 80% de las víctimas mortales son hombres y los Mossos vinculan directamente a estos homicidios al crimen organizado. Cuando las plantaciones de marihuana se extendieron por el país, llegaron los primeros narcoasaltos o robos entre grupos criminales. Esto hizo que las bandas se armaran.
La última evidencia de uso de armas de fuego en Cataluña se encuentra en el crimen del Eixample de Barcelona: hace quince días asesinaron a tiros a un ciudadano serbio a plena luz del día en la calle Consell de Cent. La principal hipótesis es la de una revancha: según fuentes policiales, la víctima -que tenía una pistola en casa- formaría parte de la mafia serbia y habría participado en el asesinato de miembros de la mafia rival de Montenegro.