Seguridad

La cúpula para proteger puntos críticos de Catalunya frente a la amenaza de drones

Los Mossos extienden su red de detectores de estos aparatos y los Bomberos también los adaptan a muchos servicios

Cesc Maideuy Laia Galià
31/10/2025
5 min

Sabadell / BarcelonaLa sala está llena de pantallas. Se ven las cámaras de algunas carreteras importantes del país, pero sobre todo existen cuatro mapas aéreos. De Cataluña, del área metropolitana, de Barcelona y del aeropuerto. Existen varios símbolos, como puntos azules, zonas rojas y también puntos rojos. Son los detectores de drones instalados, las zonas de espacio aéreo protegido y las aeronaves no tripuladas que están volando en ese momento. Todo esto está en la sala central de mando de los Mossos d'Esquadra, en el Complejo Central Egara para poder detectar todo lo que pasa por encima de nuestras cabezas. A menudo son invisibles en el ojo humano, imperceptibles en las orejas, pero los drones son un "nuevo reto para la seguridad de Catalunya".

El comisario de la Jefatura de los Mossos, Josep Maria Estela, explica que hasta hace pocos años el trabajo policial se centraba en el suelo. Pero la aparición, entre otros aparatos, de los drones, les ha obligado a mirar hacia el cielo: "Nos hemos adaptado a esta nueva realidad para hacer frente a amenazas que van desde la protección de las infraestructuras críticas a las masas de gente", afirma el comisario. Para ello, hace cinco años se impulsó el proyecto Kuppel, un plan pionero basado en un sistema homologado por la OTAN, que crea una especie de cúpula protectora del espacio aéreo catalán para detectar los drones que sobrevuelan el país e incluso inhibirlos si representan una amenaza —aunque éste es el último estadio. "El objetivo es tener más antenas; son nuestros ojos en el territorio", asegura Estela. Ahora, hay varias en Barcelona —como en la Sagrada Família o en el Camp Nou— y en el aeropuerto. Todo dron que vuela cerca de estos lugares es detectado y puede saberse la matrícula, la altura y la ubicación de quien lo pelota.

El comisario Josep Maria Estela y el subsinspector Avelí Garcia en la sala de mando central de los Mossos observando el mapa aéreo del aeropuerto.

El subinspector Avelí Garcia es jefe del Área Aérea de los Mossos y explica que a menudo estas amenazas no son reales, ya que son pilotos de drones que desconocen la normativa y hacen un uso lúdico. Por ejemplo, es un problema habitual en la Sagrada Família. "Los drones no son ningún juguete", avisa. Sin embargo, la conflictividad de los drones también puede afectar a las industrias más críticas como las químicas o la celebración de grandes acontecimientos. "Debemos combatir la tecnología con más tecnología", afirma el subsinspector, que es piloto de avión. En estos momentos, los Mossos tienen 45 drones, entre ellos el de ala fija, que puede alejarse hasta 10 kilómetros.

Aliados de la policía

Al igual que los drones son un enemigo, también se han convertido en un aliado de la policía. "Nos han permitido mejorar el control de manifestaciones, detectar más plantaciones de marihuana o entrar con mayor seguridad en ciertos espacios", expone el comisario Estela. La gestión de una manifestación, por ejemplo, ha cambiado por completo. Antes había muchos coches patrulla y desde arriba sólo lo observaba un helicóptero.

Ahora, con los drones, desde la sala de control se pueden tomar decisiones "más cualitativas", ya que se puede intuir mejor hacia dónde se dirige la protesta o cuál es el grupo más conflictivo. También ha servido para identificar matrículas en una rábano ilegal, por realizar una inspección exterior durante un desahucio o por perseguir ladrones de casas. De la misma forma, se pueden detectar plantaciones de marihuana ocultas en el bosque e incluso ver cuántos vigilantes hay y si van armados. Los Grupos Especiales de Intervención (GEI) también van acompañados de drones en las actuaciones más delicadas. Cada vez hay más servicios que se realizan con estos aparatos, hasta 993 desde enero del 2025. Por eso, según Estela, el cuerpo camina hacia la descentralización de la unidad y su reparto por el territorio para que puedan llegar más rápido a todos los puntos.

Los drones también se han convertido en una manera de hacer llegar a las cárceles objetos prohibidos, como móviles y drogas. Para evitarlo, la Generalitat instalará en todas las instituciones penitenciarias aparatos para detectarlos e inhibirlos, precisamente integrados en el sistema Kuppel. La semana pasada, el departamento de Justicia concretó que se irán desplegando entre el próximo año y el 2027. Este sistema ya se ha probado en las cárceles de Brians 1 y 2, y hace unas semanas sirvió para que los Mossos pillaran a un hombre que enviaba drogas y móviles a los reclusos. El cuerpo policial es el responsable de la seguridad en el perímetro de las prisiones, por lo que la decisión sobre si, por ejemplo, inhibir un dron, recae en los agentes.

"Al mínimo riesgo, entra el dron"

Los Mossos también pueden utilizar drones en inundaciones y otras emergencias, como lo hacen Bomberos de la Generalitat desde el 2021. "Se nota una mejora muy grande en la toma de decisiones", señala el sargento Marc Matadarrodona, responsable de drones de los Bomberos. Estos aparatos sirven para buscar a personas en el medio natural; con cámaras, pero también con detectores de calor. También los utilizan en incendios de viviendas o naves para medir la temperatura, para comprobar que no hay nadie atrapado, para observar si alguna estructura está a punto de colapsar... "Asegura mucho la integridad de los propios bomberos. Al mínimo riesgo, entra el dron", afirma el sargento.

Drones de los Bomberos de la Generalitat.

Por ejemplo, en la búsqueda de personas los Bomberos están utilizando un programa de inteligencia artificial: "Marcamos un área de investigación y hacemos un vuelo programado. Hace 2.000 fotos de alta resolución. Introducimos cómo iba vestido, que nos avise si hay una persona estirada, que detecte temperaturas que podrían corresponder con un humano", Incluso han inventado un repetidor adherido al dron que fuerza la conexión con cualquier móvil, y así se puede ubicar el teléfono y probablemente el desaparecido. "Varios cuerpos de bomberos se han puesto en contacto con nosotros para ver cómo lo hacemos", recuerda el sargento.

Los drones también han permitido mejorar mucho la gestión de los incendios forestales. Pueden detectarse con cámaras térmicas a qué distancia está la columna de humo o si hay focos secundarios. "Antes, de noche estábamos vendidos, ya que los helicópteros y las avionetas no podían despegar", rememora. Ahora, esto ha cambiado: la sala de control recibe todo el rato imágenes de los drones, que permiten tomar mejores decisiones, exponer menos a los bomberos y, al mismo tiempo, perimetrar mejor el fuego y saber por dónde atacarlo. "A la larga, los drones podrían ayudarnos en casi todos los servicios", expone Matadarrodona. Ahora mismo, el cuerpo tiene 25 drones, aunque ya están pidiendo nuevos. Como novedad, comprarán unos que podrán llevar cargas, por ejemplo para hacer llegar herramientas o avituallamiento en un sitio de difícil acceso.

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