¿Se han encontrado bombas de la Guerra Civil junto a tu casa? Ahora ya puedes saberlo

BarcelonaJoan estaba reformando un piso recién comprado en Castellbisbal. Vio que la vivienda tenía un falso techo y él mismo decidió agujerearla. De repente, del techo cayeron dos granadas de la Guerra Civil. Por suerte, no explotaron. Contactó con los especialistas en explosivos de los Mossos d'Esquadra, los Tedax, que encontraron otras 10 granadas en el falso techo. Hacía 85 años que nadie las había tocado: ese mismo piso fue ocupado por la CNT durante la Guerra Civil y escondieron parte de su armamento ante el avance de las tropas franquistas. Luego, el piso pasó a ser un local de la Falange, y los falangistas nunca llegaron a saber que encima había bombas. Los de casa de Joan son los 12 últimos artefactos relacionados con conflictos bélicos históricos de los más de 8.200 que han encontrado los Mossos desde el año 2012.

Desde las Guerras de Sucesión hasta la Guerra Civil, pasando por la invasión napoleónica o las Carlinadas. Todas las bombas, granadas, proyectiles, cohetes y minas que se han encontrado se pueden consultar ahora en un mapa creado por la policía catalana. "Es un trabajo que va más allá de la puramente policial. Los historiadores y las universidades podrán acceder ahora a esta información", ha apuntado este martes el subjefe del área Tedax, el sargento Gustau Aparisi, en una rueda de prensa. En 12 años, los Mossos han encontrado 2.079 proyectiles de artillería, 100 bombas de aviación, 2.106 granadas de mano, 3.490 granadas de mortero, 26 granadas de fusil, 237 espoletas, 17 bombardas, 189 cohetes y 6.

A veces las han encontrado muy cerca de las comisarías, como en el 2006 en Cerdanyola del Vallès. Cuando estaban haciendo los cimientos de la nueva sede de la policía, detectaron tres bombas de aviación. No eran del ejército franquista ni republicano, sino de los nazis. Las mismas bombas que la Luftwaffe lanzó en Polonia, Francia y Países Bajos durante la Segunda Guerra Mundial ya habían caído en el Vallès Occidental unos años antes. "La Legión Cóndor las testó aquí", recuerda Aparisi. También se han encontrado bombas de la aviación nazi en el Ebro y granadas de mano de la Italia de Mussolini en varios puntos del país.

En la rectoría de Sallent (Bages), por ejemplo, se encontraron en el 2017 445 granadas de mano del modelo FAI en una falsa pared. De nuevo, era un local que había sido ocupado por los anarquistas. Tras la guerra, y durante varias décadas, fue la sede del esparcimiento de Sallent, un espacio concurrido, sobre todo, para niños. Las granadas FAI que encontraron las había diseñado nada menos que Ramón Franco, que a diferencia de su hermano, el dictador Francisco Franco, era de izquierdas y republicano.

En 2017 también encontraron 12 granadas en el monasterio de Santa Teresa de Vic. Las monjas de clausura que vivían hacían voto de silencio, y una tuvo que romperlo para comunicar el hallazgo a los Mossos. Como en ese monasterio sólo podían entrar mujeres, tuvieron que ir dos agentes especialistas de Tedax.

Prohibido el coleccionismo

Según explican los Mossos, se calcula que entre un 10% y un 20% de los artefactos sin explotar que se lanzaron durante la Guerra Civil no funcionaron y algunos todavía están donde cayeron. Habitualmente se encuentran en campos de cultivo, obras públicas en el extrarradio de las ciudades donde se dieron las batallas o donde estaban las tropas. También es habitual encontrarlos en el desván de edificios antiguos o en escondrijos en dobles paredes, como en el piso de Joan.

El historiador Jordi Amigó ha explicado en rueda de prensa que el rápido avance de las tropas franquistas en Barcelona provocó que los anarquistas tuvieran que marcharse repentinamente de los pueblos y, en algunos casos, en lugar de llevarse el material bello lico, optaron por esconderlo. En el caso de Castellbisbal, explica, "los falangistas convivieron, naturalmente sin saberlo, con las granadas guardadas a finales de la Guerra Civil por los anarquistas, justo encima de su cabeza".

Pero bombas han encontrado mucho más antiguas. El sargento Aparisi dice que en el 2004, durante las obras de la piscina municipal de Roses, encontraron artefactos explosivos del siglo XVI. Los Mossos recuerdan que existe riesgo de que estos artefactos exploten y que coleccionarlos está prohibido por el Código Penal.