Los intentos de homicidio se doblan durante la última década en Cataluña
Fuentes policiales lo atribuyen a la mayor presencia de armas en la calle
Barcelona"¿Tienes fuego?". Quien formulaba la pregunta era un hombre que buscaba encenderse un cigarrillo el pasado 13 de septiembre por los alrededores del Mercado de Sant Carles de Granollers. En su búsqueda de un mechero en la calle, acabó preguntando a un hombre que estaba de espaldas. La respuesta que obtuvo fue negativa. No, no llevaba ningún mechero encima. Y ese fue el origen de una reacción del todo inesperada: el hombre que quería fumar le dio una puñalada a la que le había negado el fuego, y le dejó gravemente herido.
En un segundo caso, todo empezó por una simple máquina tragaperras. Dos hombres estaban probando suerte el pasado 29 de agosto en un bar de Barcelona, en el distrito de Sant Martí. Un rato después, el propietario del establecimiento les reprochó que hacían demasiado ruido y ellos se lo quitaron mal y empezaron una discusión que acabó fuera del local. El giro de guión llegó cuando presuntamente uno de los dos hombres sacó una pistola y abrió fuego contra el restaurador. La víctima también quedó gravemente herida.
Estos dos casos tienen dos cosas en común. Primero, que ya han sido resueltos. Los Mossos d'Esquadra detuvieron al presunto agresor de Granollers en Bilbao, hasta donde había huido. También los dos supuestos pistoleros de Sant Martí. Segundo, que comparten el delito por el que fueron arrestados: a los tres se les juzgará por tentativa de homicidio. Una tipología penal que se aplica cuando una persona ataca a otra con la intención de matarla, pero la víctima acaba sobreviviendo.
Según los datos de los Mossos d'Esquadra a los que ha tenido acceso el ARA, en los últimos años se han doblado las tentativas de homicidio y de asesinato en Catalunya. Si hace diez años, en 2015, la policía catalana investigó 143 casos de esta tipología, en 2024 ya eran 309. Además, este indicador ha subido prácticamente cada año, también de 2023 a 2024, un periodo en el que muchos datos delincuenciales, sobre todo los vinculados a los delitos.
Este año, hasta agosto, se han producido 210 tentativas y, si se mantiene el ritmo, previsiblemente en 2025 se superarán las cifras registradas en 2024. Un porcentaje muy alto de estos delitos ha tenido lugar en las regiones policiales metropolitanas, que también son las más pobladas. El 23,8% de las tentativas de los últimos años han pasado en los territorios de la Metropolitana Norte –el Maresme, el Vallès Oriental, el Vallès Occidental y las ciudades de Badalona, Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet (Barcelonés)–, mientras que el 22,4% de los casos se han visto como. El 16,4% de las tentativas sucedieron en la Metropolitana Sur, región que engloba las comarcas del Baix Llobregat, Garraf, Alt Penedès y la ciudad de Hospitalet de Llobregat. En paralelo, también aumentaron las detenciones de la policía por estos hechos, que se doblaron al mismo ritmo que los incidentes detectados.
El elemento de la subjetividad
Para el análisis de este indicador, tanto fuentes de los Mossos como expertos académicos en la temática alertan de que existe un elemento clave a tener en cuenta: la subjetividad. Es decir, son primero los Mossos y después los juzgados quienes acaban decidiendo si en una agresión había o no voluntad de poner fin a la vida de otro. A menudo, la ubicación de las heridas (si están en sitios vitales o no) son fundamentales para tomar esta decisión. "Hay un margen de relatividad que no está en un homicidio consumado", afirma Josep Maria Tamarit, catedrático de derecho penal y profesor de criminología en la UOC y en la UdL. Sin embargo, el académico advierte que este aumento no sólo responde a esta subjetividad. Alerta de que el incremento de las tentativas también se ha notado en España, y no sólo en las cifras absolutas: la tasa de tentativas por cada 100.000 habitantes en Cataluña es de 3,96, que si bien es baja si se compara con el entorno europeo, también se ha doblado en los últimos años.
"¿Hay aumento de una intención de matar? No lo sabemos. Las heridas, sin embargo, seguramente son más graves", reflexiona Luis María Planchat, médico forense, psicólogo y profesor asociado en la UPF. Ambos insisten en que, si bien aumentan las tentativas, no existe un incremento exponencial de homicidios, que se mantienen con unos sesenta al año y con una tasa por habitante inferior a muchos países del entorno europeo.
Más lesividad
Según fuentes de los Mossos d'Esquadra, las tentativas de homicidios son uno de los indicadores que explican ciertas tendencias que han detectado en la calle en los últimos años. Una de ellas es la proliferación de armas blancas. En 2024 los Mossos requisaron 11.453 armas blancas, un 24,5% más que en 2023 y un 95% más que en 2020. La policía está haciendo últimamente muchos esfuerzos en intentar sacar armas blancas de la calle, con macrodispositivos en el marco del plan Daga, y también. De hecho, los Mossos han ubicado en la geografía catalana hasta 236 puntos de protección reservada por una posible alta presencia de navajas. Según fuentes policiales, coinciden con las zonas de ocio nocturno y otros puntos críticos, como podría ser la estación de Sants. Sin embargo, se trata de un mapa que es volátil. En Barcelona existen un total de 82 puntos identificados.
Sin embargo, a la policía también le preocupa que, a pesar de la labor de prevención, aumenten los incidentes con un arma blanca de por medio: en el 2023, de media, en Catalunya hubo 250, y en el 2024 esta media creció hasta los 374. Las mismas fuentes apuntan a que, si ahora la gente va más armada, es habitual que es habitual delitos a los que se enfrentan sean calificados de tentativa de homicidio.
Además, Planchat avisa de que las armas de fuego están prohibidas y las penas que comporta llevarlas son altas, lo que provoca una mayor presencia de armas blancas. Un caso reciente lo ejemplifica: el pasado 14 de agosto los Mossos detuvieron a un hombre de cuarenta años por herir a cinco personas con un arma blanca durante una pelea en Amposta, en el marco de la fiesta mayor de la localidad. El hombre fue arrestado por seis delitos: cinco de lesiones y uno tentativa de homicidio. En todos los casos, las heridas fueron provocadas por una navaja, pero como en un caso fueron más graves y afectaron a zonas vitales los Mossos lo consideraron un intento de asesinato.
Sin embargo, las intervenciones de armas de fuego, sobre todo vinculadas al narcotráfico, también suben: en 2024 se intervinieron 1.172, un 43% más que en 2020. En este sentido, hay que tener en cuenta que en muchos casos, la víctima de un tiroteo pasa directamente a ser víctima de un tiroteo como víctima San Martín.
Detrás del aumento de la proliferación de armas y su violencia asociada, fuentes policiales sitúan también los problemas sociales profundos que llevan años arrastrando. En una entrevista hace unos meses en RAC1, el intendente de los Mossos Toni Rodríguez hablaba de un efecto "mimético" en ciertos puntos del país que acaba desembocando en la "violencia como recurso". Fuentes vinculadas a la seguridad de Catalunya ponen también el foco en ciertos barrios, que también han tenido este efecto mimético y que ahora están más cerca de movilizarse de forma violenta que antes, sea contra otras personas o contra la policía.
Ambiente y personalidad
También el forense Planchat apunta dos elementos que pueden conducir a una persona hacia una conducta violenta, que son la personalidad y el ambiente, todo siempre multiplicado si hay uso de sustancias estupefacientes de por medio. En el caso de las armas blancas, que pueden acabar derivando en una agresión más violenta que si únicamente se utilizan las manos, el ambiente es clave. "Ir preparado a cierto sitio con un arma blanca es prever que te puedes encontrar en problemas", plantea. Y en esa decisión cuyo mimetismo hablaba el intendente Toni Rodríguez puede ser importante: si nadie va armado, seguramente tú tampoco llevarás un arma encima. Por último, la personalidad es la que puede acabar haciendo que la persona saque el arma blanca o no.
En el análisis sobre el hecho de que aumenten las tentativas de homicidio pero que, en cambio, no lo hagan exponencialmente los homicidios consumados, Tamarit añade otro argumento: considera que los servicios de emergencia han mejorado la eficacia en la atención de los heridos y llegan más rápido al lugar de los hechos. De hecho, el tiempo de llegada de los Mossos a los incidentes se redujo con los años: en el 2021 era de 11,80 minutos, y este año se sitúa en los 10,53.