Los Mossos siguen sin encontrar el arma homicida del crimen de Sant Hipòlit de Voltregà
La autopsia confirma que la víctima falleció por una herida de bala en la cabeza
BarcelonaYa hace cinco meses que, en plena calle de Sant Hipòlit de Voltregà (Osona), mataron a tiros a un chico de 15 años. Todo ocurrió a las cinco de la madrugada, frente a la casa de un hombre de 40 años llamado Dani, pero conocido por el mote de Perry y con fama de conflictivo. Según fuentes policiales, tiene varios antecedentes. Ese día, frente a su casa había cuatro personas: Perry, la víctima, otro chico y una chica. Cuando los Mossos d'Esquadra llegaron, no encontraron rastro alguno de Perry. Varios testigos aseguraron que había huido monte arriba. Sea como fuere, tras una búsqueda de película con los GEI de los Mossos vestidos de camuflaje, el sospechoso apareció unas horas más tarde, caminando por el arcén de una carretera. Tenía la cara llena de sangre y no iba armado. La policía le detuvo a dos kilómetros del escenario del crimen.
Mientras Perry huía, por el pueblo circuló de todo. Un exresponsable municipal incluso hizo correr un audio diciendo que no había habido disparos, sino que la víctima se había desnucado al caer en medio de una pelea. En el primer informe policial los Mossos no quisieron mojarse del todo: apuntaban que era una muerte compatible con un homicidio, pero no decían que fuera causada por un arma de fuego, según fuentes consultadas por el ARA. De hecho, aunque algunos testigos aseguraban que Perry había disparado un arma, cuando le detuvieron no llevaba hacia arriba. Al día siguiente,cachearon su casa con detectores de metales, y tampoco encontraron nada. También fueron a una nave en la que estaba trabajando de soldador y buscaron por la montaña por donde se habría escapado. Casi cuatro meses y medio después, según fuentes consultadas por el ARA, la policía sigue sin encontrar la presunta arma homicida.
Perry está en prisión provisional desde entonces. De todos los rumores que ese día corrieron por San Hipólito uno es la principal línea de investigación de la policía: todo fue un problema de drogas. Con las semanas, también se confirmó que la teoría del exresponsable municipal no tenía base alguna. Según fuentes con acceso a la instrucción judicial, la autopsia de la víctima acabó confirmando que había fallecido de un disparo en la cabeza. ¿Quién disparó? Dos personas aseguran que fue Perry, pero la defensa del detenido las considera de parto.
Los testigos
El conflicto que acabó con una muerte frente a la casa de Perry había empezado unas horas antes por una deuda relacionada con cocaína. Era un domingo, pero el equipo de hockey celebraba un título europeo y la noche se prolongó. A las cinco de la madrugada tres personas (la víctima, el otro chico y la chica) se acercaron hasta casa de Perry, supuestamente para reclamarle algo. En algún momento, Perry recibió un golpe en la cara, de ahí que los Mossos se le encontraran con la cabeza sangrienta. Su casa está en una calle estrecha, justo en medio del barrio antiguo de Sant Hipòlit. Era tarde, pero algunos vecinos despertaron por los gritos que venían de la pelea. De éstos, unos pocos han pasado por los juzgados a declarar lo que vieron.
De sus declaraciones, según fuentes consultadas por el ARA, se desprende una conclusión principal: ningún vecino vio a Perry disparando a la víctima. Algunos oyeron el ruido de la detonación y otros vieron que Perry llevaba un objeto en la mano que podría ser una pistola. Sea como fuere, sólo dos testigos aseguran que fue él el que disparó al chico de 15 años, y son el chico y la chica que estaban junto a la víctima y que le habían acompañado hasta casa de Perry para reclamarlo se la cocaína. Unos testigos que la defensa del acusado considera que no son objetivos porque eran amigos de la víctima y, en ese momento, enemigos de Perry. La investigación policial lo intentará aclarar.