Test de antígenos obligatorio para entrar en las residencias

Salud confía en que se estabilicen los nuevos casos positivos a finales de esta semana pero los ingresos en hospitales y UCIs seguirán alza

Personal sanitario haciendo tests antígenos

BarcelonaA partir de mañana las personas que entren en las residencias para visitar a un familiar tendrán que presentar un resultado negativo, atendiendo al nuevo protocolo de los geriátricos, que refuerza la vigilancia y el control tanto para los visitantes como para los trabajadores de los propios centros. El subdirector general de Coordinación de Salud Pública, Xavier Llaberia, había explicado en una rueda de prensa que estos tests se harían en "laboratorios privados o farmacias autorizadas" pero posteriormente el departamento de Salud lo ha rectificado y ha explicado que las pruebas correrán a cargo del Govern y estarán a disposición en los propios centres geriátricos.

El crecimiento explosivo de nuevos positivos, sobre todo entre los segmentos de población más joven todavía sin vacunar, se traduce en poco impacto en el interior del millar de residencias -con un 97% de los residentes inmunizados y un 83% de los trabajadores-, pero los departamentos de Salud y Derechos Sociales han endurecido las medidas: hasta ahora solo se exigía un test de antígenos (TAR) a los visitantes sin las dos dosis de vacuna pero ahora se extiende a todo el mundo, tengan la pauta completa o no. Del mismo modo también se exigirá una prueba a los profesionales que visiten los centros para hacer servicios, como médicos, voluntarios, peluqueras o podólogos. Además, se reduce el número de visitantes simultáneos que pueden visitar a un residente, de tres a dos.

El nuevo protocolo también afecta a los trabajadores, que tendrán que someterse a más controles. Hasta ahora, a los que todavía no están vacunados se les exigía un TAR semanal, que pasarán a ser tres, mientras que los que tengan la pauta completa pasarán uno a la semana para intentar detectar asintomáticos. Los responsables sanitarios insisten en que si bien todas las vacunas que hay en el mercado son eficaces, el hecho de que la variante delta sea hasta un 60% más contagiosa que las anteriores obliga a reforzar la vigilancia porque la inmunidad no es total y una persona vacunada puede contagiarse y contagiar. Para aumentar el porcentaje de plantillas de profesionales vacunados, Salud administra la monodosis de Janssen a los nuevos contratados.

Las residencias fueron durante las dos primeras oleadas los grandes focos del covid y, según datos oficiales, han muerto 8.812 residentes, el 40% de los 22.325 muertos que se ha cobrado la pandemia. La llegada de la vacunación supuso un alivio en las restricciones en el interior para los residentes, que pudieron volver a hacer actividades, salidas al exterior y recibir visitas con precaución, pero las familias organizadas han denunciado públicamente y reiteradamente que la gente mayor se mantiene encerrada y sin libertad de movimiento, a pesar de que se ha acabado el estado de alarma y la población general, con menor tasa de vacunación, disfruta de más libertad.

Previsiones de estabilización de casos

En la misma rueda de prensa, Llaberia ha confiado en que a finales de esta semana los casos nuevos diagnosticados "se estabilicen" como efecto de las nuevas restricciones aplicadas (cierre de ocio nocturno y toque de queda, entre otros), pero matiza que la traducción de este frenazo no se notará en los hospitales hasta dentro de unas semanas siguiendo el patrón habitual del covid. Así, se espera que en los próximos días los enfermos covid ocupen hasta 2.000 camas de planta y a finales de mes las UCI pueden llegar a los 400 o 500 pacientes críticos. Hoy hay en las camas de planta de los hospitales 1.683 pacientes por coronavirus, cosa que representa un 18% del total de ingresos, y 307 en las UCI, un 42% del total y alrededor del 30% de la capacidad de las plazas para críticos. Llaberia ha afirmado que se está frenando la transmisión entre los grupos de 15 a 29 años y 30 a 39 años.

Por otro lado, en las tres primeras noches de toque de queda, las policías locales y los Mossos d'Esquadra han impuesto 700 denuncias: alrededor de 400 personas que circulaban por la calle a partir de la 1 de la madrugada a pie o en coche, 130 por la mascarilla y unas cuantas más por estar en grupos de más de 10 o por locales que incumplían los horarios de cierre.

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