Emergencias

La trampa millonaria de las horas extras en los Bomberos

La falta de efectivos ha llevado a Interior a normalizar que los funcionarios hagan guardias programadas saltándose la normativa

Un grupo de bomberos trabajando en un incendio en la Pobla de Montornès
19/10/2024
5 min

BarcelonaEn el 2022 un bombero de la Generalitat hizo 1.173,25 horas extras, que supusieron casi 30.000 euros de sobresueldo. En teoría, los funcionarios públicos de la Generalitat no deberían hacer horas extras y tienen un límite de 350 horas anuales. Un máximo que, desde hace más de una década, se han saltado sistemáticamente cientos de bomberos para cubrir las carencias del cuerpo. Faltan bomberos y el departamento de Interior ha normalizado que la falta de personal se cubra de forma estructural mediante horas extraordinarias. Horas que, de hecho, no son extraordinarias, sino programadas: no se trata de un alargamiento de jornada porque se está apagando un incendio, sino de guardias que se adjudican a cuatro días vista.

110 millones de euros

Los Bomberos de la Generalitat trabajan 1.640 horas al año, repartidas básicamente en 67 guardias de 24 horas. Generalmente, excepto durante los meses más complicados por los riesgos de incendio, realizan una guardia y descansan tres días. Aprovechando estas 72 horas de descanso, un grueso importante de la plantilla hace más guardias para sacarse un sobresueldo y garantizar los mínimos de personal en los 71 parques de Catalunya. Una situación que ha comportado que entre 2011 y 2024 la Generalitat haya pagado cerca de 110 millones de euros en horas extras a los bomberos. Este gasto ha aumentado especialmente a partir de 2017. En 2022, por ejemplo, se superaron los 16,6 millones de euros en esta partida. Ese año, en el que hubo muchos incendios forestales, un tercio de la plantilla, 840 bomberos, superó el tope de las 350 horas permitidas y se realizaron más de 666.000 horas extras, 90.000 sólo en junio.

La circular de cada año

En mayo del 2014, con la economía catalana soportando los últimos coletazos de la crisis económica, el departamento de la Presidencia emitió una circular que remarcaba la necesidad de "reducir las horas extras al máximo" entre los funcionarios y que, si se n hacían, debía ser con carácter "excepcional". Nada más lejos de la realidad. En noviembre de 2018, la falta de efectivos en el cuerpo de Bomberos llevó al secretario general de Interior, Brauli Duart, a autorizar que se pudiera superar el número máximo de horas, con carácter retroactivo para 2016 y 2017. Desde de entonces, cada año se ha realizado una autorización para saltarse la normativa vigente. Compensar a las guardias extras con tiempo de descanso es inviable porque la bola cada vez se haría mayor: por cada hora extraordinaria, el funcionario tiene una y media de compensación. Por tanto, se generarían más horas a cubrir. La solución es pagar.

Desde Interior aceptan que hay un problema y ponen fecha final: en el 2028. Entonces, aseguran, habrá plantilla suficiente para no tener que hacer horas extras encubiertas. Joan Delort, director general de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos, sostiene que la única salida que ha tenido la Generalitat hasta ahora era ésta: "O se cerraban parques o se incorporaban las horas estructurales". Durante más de una década la plantilla de funcionarios decreció: las jubilaciones no se cubrían por culpa de la crisis y de los 2.533 bomberos de 2011 se pasó a 2.333 de 2016, cuando se tocó fondo. En el 2022 se "giró la curva" y se recuperaron las cifras de hace una década. Ahora mismo hay 2.773 bomberos, pero todavía no son suficientes para acabar con esta anomalía. Con el añadido, dice Delort, que en determinados servicios y especialidades que estaban "infradotadas" de efectivos, como el equipo subacuático o de rescates de montaña, se les ha tenido que garantizar unas condiciones mínimas. Y eso implica destinar a personal que acaba menguando la cartera de bomberos que deben asegurar el buen funcionamiento de los 71 parques repartidos por el territorio.

La previsión del Govern es que dentro de cuatro años haya 3.300 bomberos para garantizar los "servicios estructurales", pero también para aumentar el número de efectivos "mínimo" en los parques. Y en el 2030, después de todas las convocatorias previstas, deberían estar entre 3.600 y 3.800. Interior considera que van por el buen camino para erradicar el problema: por ahora las horas extras, que normalmente oscilaban entre 50.000 y 60.000 mensuales, se han reducido a 32.000 en junio y julio, y 37.000 en agosto. Pero hasta que existan las nuevas hornadas, que en diciembre empezarán a realizar prácticas, no podrán seguir bajando los ratios. En parte, por las jubilaciones: se prevén 69 el próximo año y 76 en el 2026. "Nos piden hacer más convocatorias, pero es trampa. Pronto el 50% de la plantilla no tendrá más de 6 o 7 años de ' experiencia. No tener experiencia en una organización que es de emergencia genera un impacto muy grande", argumenta Delort para justificar los tempos.

"Es la perversión del sistema. Es la manera de tener la plantilla desactivada; no sale a la calle y está dividida. Hay cierta connivencia con los sindicatos", denuncia Tomàs, un bombero funcionario con una larga trayectoria y que conoce el problema de cerca. De hecho, sostiene que las cifras son mucho mayores porque un grueso importante de la plantilla hace de instructor y estas jornadas no se computan como extraordinarias a pesar de que lo son. El presidente de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Catalunya, Josep Maria Alcalà, coincide con él: "Desde 2019 no hay manifestaciones de Bomberos funcionarios". Los sindicatos admiten que es una cuestión compleja porque hay trabajadores a favor de estas guardias para sacarse un sobresueldo. Sin embargo, a pesar de las contradicciones, son tajantes. "Es verdad que unos euros de más van bien a todo el mundo, pero estamos en contra de las horas extras porque es un fraude de ley. Hay malversación de caudales públicos. Queremos gente para desarrollar la cartera de servicios, porque nos falta personal. A las escuelas, por ejemplo, hacemos inspecciones, pero quizás tardemos cuatro meses en hacerlas", explica Marc Guix, de CCOO.

Los Bomberos interviniendo en un incendio en una zona industrial

Bomberos voluntarios

Quienes están más molestos con este uso de las horas extraordinarias son los bomberos voluntarios, que en estos momentos son 1.831 en toda Catalunya. Ellos siguen siendo una figura imprescindible para dar buena cobertura a todo el territorio, sobre todo en las zonas más despobladas, donde los parques profesionales tienen poco sentido porque estarían muchas horas inactivos. Los bomberos voluntarios no son funcionarios ni personal laboral, y cobran por su intervención en siniestros o servicios de retaguardia, pero no mientras están esperando en los parques. Se les paga 10 euros por hora, mientras las retribuciones de los funcionarios oscilan entre los 23 y los 35 euros –desde el bombero raso hasta el inspector–. "La solución sería convertir en personal laboral a los bomberos voluntarios. Ya los tienes en el territorio", reclama Marc, un bombero voluntario del Vallès. "También somos bomberos de la Generalitat que hemos superado una convocatoria pública, hemos hecho un curso de formación, hemos aprobado unos exámenes...", añade Alcalà, quien también defiende que el "fraude y la estafa" de las horas extras " ilegales" podría acabar mejorando la situación de los bomberos voluntarios. Una propuesta que Delort tumba de lleno: "Si no fueras voluntario, no existirías. Nosotros apostamos decididamente por un modelo dual, que garantiza una respuesta en las mejores condiciones a las demandas del país. Cambiar el modelo supondría una reducción en el número de parques significativa. No se aguantaría".

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