PANDEMIA

La variante británica amenaza la tercera oleada

La nueva cepa puede agravar la saturación hospitalaria si no baja drásticamente la incidencia

O. SERRA / G.G. GRANGER
3 min
Una unidad covid  del Hospital de Santo Pau de Barcelona.

Madrid / BarcelonaEl 2021, llamado a ser el año de la vacuna, abre un paréntesis para que cojan protagonismo la tercera oleada y las mutaciones del coronavirus. España, ya en una situación frágil por la saturación de los hospitales, está expectante a una evolución incierta de la pandemia debido a la variante británica. El escenario estaba anunciado desde que a las puertas de las fiestas de Navidades se constató que la superación de la segunda oleada era un espejismo y que la relajación aceptada de finales de año dejaría un nuevo incremento de contagios, con el riesgo asociado del colapso de los hospitales y de las defunciones. El mes de enero deja un goteo de medidas restrictivas para hacer frente a una nueva fase que se vive de manera desigual en las comunidades autónomas -a pesar de la tendencia generalizada-, pero los expertos las ven insuficientes. No basta con un decrecimiento progresivo: tiene que ser drástico.

Los paquetes de medidas no han sido homogéneos en todos los territorios y, taly como apunta el presidente de la asociación madrileña de salud pública, Miguel Ángel Royo, es difícil saber en qué grado funcionan más unas medidas que otras. Por ejemplo, ¿por qué Madrid, que ha tenido las restricciones más laxas, ha registrado una incidencia más baja que el País Valenciano, Murcia o Extremadura en esta tercera oleada? Una posible explicación es que estas tres comunidades llegaban a este punto habiendo tenido menos positivos durante la primera y la segunda oleada. El estudio de seroprevalencia del ministerio de Sanidad indicaba a mediados del mes de diciembre una prevalencia del 5,7% en el País Valenciano, del 6,1% en Murcia y del 8,3% en Extremadura, mientras que Madrid era de un 16,7%.

Otro factor es la capacidad de rastreo que, por ejemplo, Asturias y Cantabria han podido mantener y ha hecho que su tercera oleada no haya sido tan pronunciada. Por su parte, Catalunya ha conseguido frenar el fuerte incremento, pero de manera lenta, y la variante británica puede romper la dinámica.

Poca información sobre la variante

No se descarta que la nueva cepa acabe siendo mayoritaria en el Estado y jueves el director técnico de Sanidad, Fernando Simón, alertaba que a finales de febrero puede causar el 50% de los positivos. Esto es preocupante, según la epidemióloga de la asociación madrileña de salud pública Pilar Serrano, porque el sistema de vigilancia no es lo bastante fuerte para secuenciar las muestras y hacer un análisis profundo de sus peculiaridades. Los primeros estudios apuntan que se transmite más, mientras que la conclusión de que sea más letal es prematura, añade. En una residencia de Madrid la nueva cepa ha provocado el contagio de 65 personas: 48 internos y 17 trabajadores.

A estas alturas puede parecer evidente, pero Serrano recuerda que si la incidencia disminuye es porque se reducen la interacción social y la movilidad, y viceversa. Aportan luz los resultados de la macroencuesta ciudadana Covid 19 ImpactSurvey que ha hecho el grupo liderado por la experta en inteligencia artificial y comisionada de la Generalitat Valenciana en la lucha contra el coronavirus, Nuria Oliver: en Catalunya un 14% decían que durante las fiestas de Navidades no habían socializado con personas no convivientes y ahora es un 25%; en Madrid la cifra ha pasado del 15% al 29%, y en el País Valenciano del 11% al 26%. Estos datos explican que las últimas semanas, desde que las fiestas acabaron y han incrementado las restricciones, la curva ya no sube de manera exponencial.

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